Si un día conoces a alguien que te ofrece todo cuanto tiene… su verdad, su lealtad, su amistad, sus demonios, sus virtudes y sus defectos. Alguien con quien no tengas que fingir nunca, con quien siempre puedas ser tú, en toda tu esencia, con tus catástrofes, tus locuras, tus risas, tus miedos y tus sueños. Alguien que borre de tu diccionario la palabra aburrimiento, con quien estar relajado, de fiesta o gozando, cualquier cosa, pero siempre sintiéndote bien, sin desear estar en otro lugar. Alguien que también tenga su propia vida y que respete del mismo modo tu libertad, que no desconfíe, que no se pierda. Alguien que se preocupe por complacerte al máximo, que te enseñe que el sexo cada día puede ser mejor y más excitante, que se preocupe de conocerte en todas tus facetas y que se desviva siempre por hacerte sonreír, pase lo que pase, pero siendo conscientes de que la vida no es una fiesta y que la perfección no existe. Si un día conoces a alguien así… amárrele fuerte, no le sueltes, haz las cosas bien y no la cagues. Estas personas están en peligro de extinción. Son oportunidades de felicidad, que la vida por norma, no te daría dos veces…
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