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sábado, 21 de febrero de 2015

Preocúpate Solo De Lo Que Puedas Solucionar, El Tiempo Se Ocupará Del Resto

Hace poco, alguien importante me dijo: “preocúpate solo por aquello que sepas que puedes solucionar”.  Cuando estás pasando por un mal momento, racionalizar esto y ponerlo en práctica es bastante complicado, pero sí ayuda escucharlo. Así que lo repetiré para todo el que lo lea, por si pudiera servir de ayuda a alguien más: “preocúpate solo por aquello que sepas que puedes solucionar”.

Yo, quizás, de ahora en adelante sí lo haga. ¿Que ha cambiado? Muy fácil, ha pasado tiempo. Y es que el tiempo todo lo cura y todo lo cambia. Eso es así. Es la verdad universal más cierta de la historia, la prueba empírica más demostrada de los tiempos, no falla. ¿Y por qué? ¿Qué tiene el tiempo que hace que todo lo que un día nos hunde después nos hace más fuertes y más sabios que el viejo diablo?

El tiempo es pura perspectiva
Es tan simple como acercarte un periódico hasta la punta de la nariz e intentar leer una noticia y, obviamente, tener que alejarte para conseguirlo.

El tiempo te permite escuchar y entender a los que tienes a tu alrededor y tienen la oportunidad de ver tu situación desde fuera objetivamente, te deja analizar las causas y consecuencias de las cosas, te da la oportunidad de conocer a otras personas nuevas en tu vida que quizás cambien tu forma de pensar, y lo que es más importante, te enfría la mente. En caliente todos transformamos la realidad convirtiendo hasta tu ex relación con 5 años de crisis en la relación más bonita que jamás creerás volver a tener. ¡Que me digan dónde se compra el tiempo que todo lo cura, que quiero dos tazas!

Cuando alguien que te quiere te dice “pasará con el tiempo” o “el tiempo todo lo cura”, tú, con incredulidad y los ojos llenos de lágrimas, le miras pensando: “si solo han pasado 5 eternos minutos”. Pero tranquilidad, el tiempo tiene algo único e inigualable. Cuando en lugar de 5 minutos, han pasado 5 días, 5 meses y más adelante 5 cortos años, recuerdas ese instante en el que tu mundo se venía abajo y piensas: “cuánta razón tenía”. ¿Hay algo que llene más? Es una maravillosa sensación de fortaleza y de superación personal porque es de esas cosas que solo puedes conseguir tú solito.

Bien. Ahora solo se me ocurre decirte que si ya sabes esto, si el motivo por el que deseas que pase rápido el tiempo tiene solución por tu parte, déjate el alma en ello, pero si no la tiene, no dejes que pase un segundo de esta vida en el que te dé pereza vivirla porque sabes que con tiempo (no en los próximos 5 minutos) estarás mejor (“preocúpate solo por aquello que sepas que puedes solucionar”).

Lo que pasa en ese tiempo depende en un 80% de ti
Esto también es así, no falla. La clave está en relativizar la importancia de las cosas. Para los que nos gusta el drama, somos viscerales y vivimos todo intensamente, se nos va un poco de las manos  y nos cuesta más, pero si lo piensas con un poco de frialdad es así. Elige ser más racional y dale a las cosas la importancia que realmente tienen; te quitarás un 80% de peso, el otro 20% seguramente es pura emoción y poco podrás hacer, pero es una proporción más que justa teniendo en cuenta que se trata de algo de lo que no debes preocuparte mucho ya que no lo puedes solucionar. 

5 Cosas Que Debes Dejar De Lado Para Ser Feliz

No te sientes pleno, hay días que llegas a casa más quemado que la pipa de un indio y no sabes por qué. El mundo parece haberse puesto en tu contra y todo te sale mal. Tal vez no se te haya ocurrido, pero te recomendamos mirarte el ombligo. Muchas de las cosas que nos hacen infelices salen de nosotros mismos y es preciso acabar con ellas:

1. La dieta de la sandía
Parece una chorrada, pero no lo es. Para estar feliz, hay que estar bien comido (y dormido, y follado). Locuras como la dieta de la sandia, o comer una hojita de lechuga y pasar las horas mirando el reloj muerto de hambre, ponen de muy mala leche. Nos deja débiles, tristes, ojerosos, todo nos parece más difícil y cuesta arriba. Tampoco nos vayamos al polo opuesto y nos pongamos ahora a comer como vacas. Pero comamos bien, que con la tripita llena todo se calcula mejor.

 2. Quejarse más que un camión de cochinos de camino al matadero
No hay nada peor que un quejica, nada tan negativo como aguantar a una persona lamentándose de todo (del tiempo, del tráfico, del jefe, del hijo del vecino…). Las quejas, como los ánimos, tienen efecto en las personas en las que las proyectamos, y también en nosotros mismos. Quejándonos todo el rato haremos que lo molesto se vuelva malo, y lo malo terrible. A nadie le gusta revolcarse en su propia mierda, así que, por favor, en la medida de lo posible, dejadla en el felpudo, y tratad de tomaros las pequeñas dificultades con humor.

 3. Ponernos verdes de envidia
En serio, los envidiosos son unos penosos, y estamos hablando precisamente de alegría. De hecho, normalmente, alguien que no envidia suele ser envidiado por carros de personas que no comprenden por qué ese es tan feliz. ¡Que os la resbale lo que diga o haga el prójimo! No os comparéis con nadie, o mejor: comparaos con la otra mitad del Planeta, y recordad que todos ellos os envidian por motivos reales, que sois unos afortunados, y que no reconocerlo es un insulto a todas esas personas.

 4. Tirar del hilo
Como el cuento del hombre con la madeja de hilo mágica, que cuando tiraba del hilo hacía correr el tiempo, y se pasaba la vida saltándose los momentos desagradables y viviendo solo los buenos, hasta que consumió la madeja en un periquete y se dio cuenta de que había dejado correr toda su vida. No seáis membrillos y vividlo todo: lo bueno y lo malo. Porque sin lo malo no podríamos apreciar lo bueno, porque de todo se aprende, y porque hay pocos fines de semana y días de fiesta para pasar el resto del tiempo esperando a que estos lleguen. Cada segundo de vuestra vida es precioso, no lo olvidéis.

 5. Tomar decisiones por miedo a algo
Las decisiones se han de tomar por lo que uno quiere, y no por lo que uno teme. Hacer o dejar de hacer algo por miedo es seguro una mala decisión, y una fuente de futuros arrepentimientos. La valentía es una virtud contagiosa, y creer en uno mismo ayuda a que los demás crean también en nosotros. Avanzad por la vida con seguridad, porque la vida es bella, es más sencilla de lo que nos parece, las cosas siempre se acaban resolviendo, y los supervivientes son capaces de resurgir como el Ave Fénix. Así que, polluelillos, haceros el favor, saltad sin mirar abajo, y volad sin miedo hacia vuestro espectacular horizonte.

5 Verdades Que Deberían Contarte A Tus 16

Igual que a los 9 años alguien decide que eres suficientemente mayor para saber que los Reyes Magos son los padres y que no debes esperar más monedas, que el Ratoncito Pérez no es más que el cuento de un hada que se transforma en un ratón para derrotar a un malvado rey, ocultándose bajo su almohada y tras ello se le caen todos los dientes, alguien debería contarte ciertas verdades cuando cumples 16.

¿Y por qué a los 16? Pues porque es la edad perfecta para saber algunas de esas cosas, puesto que empiezas a tener ciertas libertades y expectativas, y, además, posiblemente ya te hayas llevado algún desengaño de alguna persona y puedes saber lo que se siente.

Allá van:

Probablemente el amor de entre los 16 y los 25 años no sea el amor de tu vida
Y ojo a todos los indignados que están pensando “el mío sí lo ha sido”, he dicho “probablemente”. Y esto tiene una explicación más que lógica: con esa edad, aún no sabes quién eres, qué quieres de la vida ni cómo piensas pasar por ella. No pasa nada. Tiene que ser así. Pero solamente sé consciente de ello, disfrútalo. Porque lo que sí es muy importante es lo que aprendes de cada experiencia y cada persona que conozcas a esa edad sabiendo que te queda mucho por delante. Así, a los 30 (que son los nuevos 20), cuando conozcas al verdadero amor de tu vida, sabrás cómo hacerlo mejor.

No le temas al Karma
En los últimos 3 años, de alguna manera extraña, el karma se ha convertido en “trending topic” de muchas retorcidas conversaciones. De lo que cuentan, lo creas o no lo creas, quédate con lo más importante. En la vida, con cualquier cosa que hagas, lo que proyectas cuando lo haces es determinante para su resultado. Si cocinas con cariño, sale mejor. Si tratas a la gente con una sonrisa y positividad, de alguna manera te responderán con lo mismo, y si no, la sensación que se te queda al hacerlo es mucho más placentera. Y ojo, de vez en cuando no pasa nada por no desearle a alguien el bien infinito, no desaparecerás por ello ni tendrás 10 años de mal augurio.

A la pregunta de “¿qué carrera quiero estudiar?” respóndete con un “¿qué quiero hacer el resto de mi vida?”
A los 16 años, tal y como está construida esta sociedad, solo nos han enseñado que al empezar los estudios debemos ser unos genios en matemáticas y física y que al acabarlos debemos estudiar una carrera, a ser posible ingeniería, para acabar trabajando en una multinacional alemana. Pues bien si es lo que quieres hacer el resto de tu vida, porque puede ser una experiencia maravillosa.

Pero si no, ten en cuenta que la felicidad no se mide solo con matrículas y orgullo paternal, sino que se mide en segundos disfrutados. Pasamos el 80% de nuestro tiempo trabajando, por lo que estaría bien que tuviera varios miles de segundos maravillosos. Baila, pinta, pilota, escribe, investiga, da las noticias o descubre la fórmula de la coca-cola; el abanico de posibilidades es tan grande como tu quieras.

Como en casa, en ningún sitio
Viajar es la mejor experiencia que puede vivir un ser humano. Pero una cosa es viajar y otra es irte a vivir a otro lugar. Y existen dos momentos en nuestra vida de crisis existencial con esto. El primero al acabar la carrera y tras un posible efecto erasmus del que vuelves y nada tiene sentido. Solo piensas en volverte a ir, aunque sea al Ártico. Pues bien, te irás y te darás cuenta de que hay lugares maravillosos por descubrir, pero para vivir, como en casa, en ningún sitio.

El segundo momento, si no te vas al acabar de estudiar y no has conseguido segundos de esa felicidad laboral, es en el que decides que te vas a “estudiar otro idioma”. Fantástica experiencia que recordarás siempre desde casa cuando algún día vuelvas. Porque volverás.

Ya no hay patrón
En el colegio te enseñaron que la vida era un “naces, creces, te reproduces y mueres”. De todo eso, a día de hoy, lo único inevitable que ocurra es la muerte (lo de crecer algun@s intentan posponerlo lo máximo). Si tienes la suerte de aparecer en esta vida, debes saber que no todo el mundo tiene que seguir ese esquema. Que hoy en día, se puede crecer un poquito más tarde y que las relaciones vienen y se van. Elige tu propio esquema de vida sin agobios, nada ni nadie te persigue.

Si Me Preocupo Por Mí, Puedo Preocuparme Por Ti

Qué distinta sería la vida si pudiésemos elegir desde niños la educación que recibimos. Podríamos decirle a nuestros padres ¡Hey, no me enseñes eso! O quizás halagarlos con un ¡Me encanta lo que me estás enseñando! Aunque en realidad la educación no siempre se trata de aquello que nos enseñan, sino de aquello que aprendemos.

¿Quién no ha oído desde niños que “compartir” y “ayudar al otro” te hace mejor persona? Pero nadie nos menciona a qué precio debemos hacerlo. Sin duda que compartir es una acción que en muchos casos genera una buena reacción y ayudar al otro podría ser muy gratificante cuando tenemos cómo hacerlo.

¿Cuántos podemos recordar a nuestros padres diciendo: “¡No seas egoísta y préstale tu juguete!”? Convirtiendo lo que pudo ser un acto emocionante y satisfactorio en una orden, en una imposición. Nos están “enseñando” a compartir, pero estamos aprendiendo que compartir no es tan bueno y divertido como creíamos, como decían los cómics y las canciones infantiles. Para ayudar yo necesito compartir algo, ya sean energías o recursos, y es por eso que es de lo primero que tratan de enseñarnos desde niños.

Cuando alguien nos dice que no seamos egoístas, nos está pidiendo que no nos preocupemos por nuestros intereses personales. ¿Y qué tiene de malo preocuparnos por nuestros intereses personales? Pues para el individuo promedio eso significa que te vas a convertir en un depredador que destruirá todo a su paso con tal de conseguir cualquier cosa que se te antoje.

Pero, ¿qué pasa cuando mis intereses personales son otras personas? Para los padres ejemplares, su interés personal pueden ser sus hijos. Para los esposos enamorados, su interés personal puede ser su pareja ¿Y eso está mal? Sin duda que no. Lo que motiva a una persona a ser buen padre o un buen esposo no es el placer de ayudar a otros, sino el placer de hacer bien su trabajo. ¿Que otros se beneficien? Eso podríamos llamarlo recompensa o valor agregado. Si algo o alguien es de mi interés, entonces pondré todas mis energías para obtenerlo, conservarlo y protegerlo. No significa que haría cualquier cosa por ello sino que haría todo aquello que esté dentro de mis posibilidades y que sea correcto.

Es muy difícil preocuparse por los intereses de otros si eso no representa los intereses de uno mismo. ¿Qué haríamos si la empresa nos pide que nos esforcemos cada día más solo por generar más rentabilidad sin recibir nada a cambio? ¿Qué pasaría si el Estado nos pide que aportemos más y más en impuestos sin recibir retribución alguna? Hacer todo ese esfuerzo por el puro placer de ayudarlos no parece muy inteligente y más temprano que tarde producirá en nosotros la sensación de estar siendo explotados, de vivir en una esclavitud.

Para satisfacer las necesidades de otro, las mías deben estar satisfechas. Para ayudar a otro debo querer y debe estar dentro de mis posibilidades sin yo sacrificar nada en el camino.

Si mi interés personal eres tú, ¿ser egoísta es malo?

jueves, 12 de febrero de 2015

12 Grandes Gilipolleces Que Hacemos Cuando Nos Enamoramos

Todos lo hemos vivido alguna vez. Conocemos a una persona y a partir de ese momento el 87% de tus movimientos diarios dependen de los suyos. Y es que aunque vayamos de liberales, autónomos e independientes, el amor, cuando es de verdad, nos vuelve lo-cos.  Y si no amas con locura, es que no es amor. Amén.

3,2,1… ¡BOMBA DE HUMO!
Desaparecemos. Hasta la vista, familia y amigos. Volveré cuando me deje y me dé cuenta de que me he quedado más solo que la una.
2. Nos convertimos en guionistas de cine
Ni Almodóvar puede superar las películas que se monta una persona enamorada. Todavía no habéis empezado a salir pero tú ya sabes dónde iréis de vacaciones el próximo verano. Good luck.

3. Dime qué quieres que sea y lo seré
De repente te empiezan a interesar cosas que hasta entonces no sabías ni que existían. Si tu  ligue es amante de la crianza de perros crestados chinos, casualmente eres la única otra persona en el universo a quien le importa eso. Si le gusta el cine experimental, ¡qué coincidencia! Tú también eres fan de esas películas franco-anglo-afganas que solo sus propios realizadores conocen.
4. Maniacos compulsivos del diminutivo
Bichito, gordi, cosita, peque…. Todavía no hemos descubierto el motivo exacto de este fenómeno, pero de esta  no se salva ni Dios. Eso sí, una función útil de esta jerga tan cuki es apaciguar momentos tensos. ¿Te ha puesto bichito? ¡Qué monooo! Se acabaron las preocupaciones. Te ama.

5. Nuevo acompañante en tus salidas: El Cargador
Y la espera. Mirando de reojo el móvil cada 47 segundos por si tenemos algún mensaje nuevo.

6. Acceso VIP ilimitado
Tengo dos entradas gratis para el cine, ¿quieres venir? De repente, te llegan invitaciones por todas partes, de cine, conciertos, viajes… invitaciones que te han costado una pasta pero finges que te las han regalado y así todo queda más natural, casual.

7. CSI en acción
Ultimas conexiones que no te cuadran, miradas sospechosas, cambios de humor… empieza el show.
8. ¿Dónde se sale esta noche?
La pregunta sobra. Donde vaya él/ella.
9. Aumenta nuestra creatividad
Y nuestra imaginación. Tanto que de repente todas las canciones que suenan por la radio son señales del destino.

10. Monotema para dar y regalar
Tus temas de conversación se reducen a uno: tu nueva pareja. Eso o te la llevas contigo allá donde vayas. Tus colegas estarán encantados.
11. Las casualidades son tu nuevo lifestyle
“Justo pasaba por aquí… y he pensado: le voy a decir algo”. “Me pillas cerca de tu trabajo… ¿tomamos un café?”. Bien jugado campeón.
12. Volvemos a tener 15 años
Las rosas son rojas, el cielo azul y la hostia que estás a punto de darte es grandiosa. Y es que la inocencia y la locura es lo primero que recuperamos cuando nos enamoramos y esto implica una sección aparte en gilipolleces, entre ellas, escribir su nombre en todo espacio físico que se cruce en nuestro camino. Se llama obsesión.

El amor nos vuelve gilipollas, sí, pero admitámoslo, enamorarse es la gilipollez más emocionante, gratificante y excitante que hay.

Por Qué Es Más Importante La Calidad Que La Cantidad: Amigos Que Realmente Valen La Pena

“Tengo 523 amigos en Facebook”, me reconocía el otro día una amiga mía. ¿523? Yo no sé si recuerdo los nombres de 523 personas en la vida real, así que me parecía complicado que mi amiga supiese algo de todas aquellas personas. Las redes sociales nos han creado la ilusión de estar mucho más acompañados de lo que realmente estamos. El heterogéneo grupo al que nosotros llamamos “amigos” suele estar compuesto por conocidos de una noche, el vecino del sexto del piso que ocupamos durante la universidad, algunos cotillas y mirones, y no es por asustaros, pero las estadísticas dicen que 1 de cada 100 personas es un psicópata. Así que echad cálculos.

Ahora párate. Entre todo ese grupo resta todo lo que sabes que no encaja en la palabra “Amigos”. Empieza por aquellos de los que ni siquiera recuerdas el apellido, ese tipo del que solo te aprendiste el mote por el que tus compañeros de juerga le llamaban aquella noche. Pregúntate algunas cosas como: ¿Sabes a qué se dedica? ¿Qué estudió? ¿Qué le gusta hacer? ¿Conociste a su yo infantil, adolescente? ¿Sabes qué se le da bien hacer, o en qué es torpe?

¿Cuántas personas te han quedado? ¿Unas 100? Aun así, siguen sobrándote amigos: ¿Tiene tu mismo sentido del humor? ¿Conoces a su familia? ¿Le harías un regalo por Navidad o por su cumpleaños? ¿Sabes qué adora? ¿Cuáles son sus más profundas pasiones? Sigue restando, y probablemente ya solo te queda una veintena.

¿Eres capaz de adivinar cuándo miente, cuándo está avergonzado? ¿Sabes qué le asusta de verdad? ¿Qué teme? ¿Sabes cuáles han sido sus pérdidas? ¿Las ha compartido contigo? ¿Ha estado siempre ahí, para lo bueno y lo malo? ¿Para darte consejos, para abrazarte cuando te dejaban, o para quitarle hierro al asunto cuando eras demasiado duro contigo mismo? ¿Es la persona a la que piensas en llamar cuando a las dos de la mañana has tenido una bronca con tu pareja, o cuando al final de un día chungo en el curro necesitas una cerveza?

Esa persona te dirá sin cortarse un pelo que llevas la camisa más fea que ha visto en su vida, y por lo tanto la creerás siempre que te haga un alago. Es una persona que no te juzga, y que jamás lo hará incluso si le confiesas que tú eras el psicópata de entre las 100 personas. Es aquella que sabe tus más retorcidos secretos; sabe que te muerdes los pellejos de las uñas cuando estás nervioso, sabe que tu película preferida es “Grease” y no te delata cuando delante de otros juras que te encantó “Lost in translation“. Es la que te trae sopas cuando estás enfermo, y la que aguanta que cuentes de nuevo el chiste del mexicano; incluso te dedica una carcajada de gracia al final. Es la persona que sujetaba tu mano cuando murió algún familiar tuyo, la única frente a la que lloraste amargamente, sin reprimirte, con hipo, con mocos, con la cara arrugada hasta que te dolió tanto que pudiste olvidar el resto del dolor.

Esa persona, ya sabes quién es, has estado pensando en ella todo el tiempo mientras leías estas líneas. Y lo sabes. Sabes que si tienes la suerte de tener a un amigo así en tu vida, ya puedes borrar a los otros 522.

La Polémica De Las Tallas Grandes: ¿Tienen Que Ser Las Modelos Un Ejemplo Saludable?

A ver, primero pongámonos en situación: Tess Munster es una modelo de tallas grandes americana que lleva bastantes años petándolo en Internet, pero no ha sido hasta hace pocos días que se ha convertido en noticia internacional. El hecho de que la agencia de modelos Milk Management la haya fichado ha hecho estallar la polémica.

¿Por qué? Porque Tess no es la modelo plus size de la talla 44 a la que estamos acostumbrados, sino que Tess está mucho más gorda, y hay gente a la que eso no le ha hecho ninguna gracia, supuestamente, por ser un ejemplo poco saludable.

La obesidad es considerada un problema de salud porque abre la puerta a bastantes enfermedades crónicas muy graves. No estoy diciendo que toda la gente obesa padezca estas enfermedades, ni que toda la gente que esté en un “peso saludable” se libre de padecerlas. Estoy diciendo que tener un sobrepeso elevado genera una mayor propensión a desarrollarlas, puede que no a la edad de Tess, pero casi inevitablemente con el paso de los años.

¿Tienen que ser las modelos un ejemplo de salud?
Primeramente, me gustaría saber si lo que le preocupa a la gente es que las modelos sean un ejemplo de estilo de vida saludable o que tengan una apariencia sana, porque no es lo mismo. Voy a intentar explicarme: por ejemplo, una de las cosas que socialmente se critica mucho de los gordos es que suponen un gran gasto sanitario. Pues bien, pongamos otro tema sobre la mesa, el tabaco. El tabaco es la droga que más gente se lleva al cajón en occidente y, como la obesidad, crea una infinidad de enfermedades crónicas cuyos tratamientos salen del bolsillo de los contribuyentes, y hablamos de cantidades de dinero muy importantes.

Hay muchísimas modelos que fuman como carreteras y se destrozan la salud con ello, aunque en la fotito de estudio eso no pueda verse. ¿Importa lo que se ve o lo que es? ¿Importa que las modelos sean anoréxicas o que lo parezcan? ¿Se puede considerar apología de la obesidad que una persona obesa trabaje como modelo?
Por otro lado, es a partir de la década de los 80 cuando la obesidad empieza a ser un problema de salud pública, no antes. La tasa de obesidad ha crecido en los últimos 20 años más que en toda la historia anterior de la humanidad pero, paradójicamente, esto coincide con el boom de las top models, que cada vez estaban siendo más y más delgadas.

¿Realmente alguien cree que modelos como Tess Munster pueden propiciar un incremento de la obesidad a nivel mundial? La gente no va a estar más o menos gorda por ver a esta chica, simplemente puede que consigan dejar de odiarse por estarlo. Si lo principal a la hora de mostrar un referente de belleza fuera que transmitiese un estilo de vida saludable no se nos deberían mostrar a personas que se han jugado la vida en el quirófano por mejorar su apariencia física o gente con moreno playero todo el año que se está ganando un cáncer de piel a la fuerza.

Asumamos que si esto es polémica cuando otras cosas no lo son es porque hay unos prejuicios contra la gente gorda, porque a la gente le desagrada contemplar el sobrepeso y se resguardan en el tema de la salud para poder echar mierda en el asunto.

Cinco Peligros Que Debes Tener En Cuenta Al Recibir Un Consejo

Ay, los consejos. Está claro que nadie es más responsable que uno mismo al escucharlos. Cuando hablas, a veces los pides, sin quererlo. De todos modos, la otra persona tiene derecho a expresar su opinión. Vale, ya está bien. Demasiado bonito, hasta aquí llegó la nieve. Los consejos son una putada cuando estás demasiado caótica/o para recibirlos, y, en este caso y en muchos otros que no lo parecen, perjudican más que ayudan. Cinco peligros de los consejos, especialmente en cuestión de relaciones sentimentales, son los siguientes.

Las leyes universales
Las recomendaciones suelen seguir la línea teórica coherente que no (o difícilmente) se cumple en la realidad. No presumamos de ser cristianos practicantes porque todos la cagamos, y se aprende más de un error que de salirse de rositas, muchas veces. “Lo normal es”, “Yo haría”. No y no. Si “x” tiende a “y”, pues igual “y” no se seca.

Las leyes universales sirven para los estudiosos, y no son aplicables 100% a los casos particulares. Ni siquiera la norma de vida que rige al vecino de al lado. Si aprobaste con sobresaliente Filosofía, deberías saber que muchos consejos son pura retórica. La empatía es vivir algo parecido en nuestras propias carnes. Y ni aún así.

Los juicios
Como la norma escrita parece tan coherente a la vista y a los ojos, comenzarás a distorsionar la realidad. De repente, te parecerá que te has escapado del rebaño católico apostólico romano -con ese nombre, no es tan extraño perderse, digo yo-, y que todos llevan la mejor vida posible porque han hecho caso a los consejos que van de boca en boca y que precisamente el ser tan popular es lo que les da la categoría de “verdad absoluta”. Muchos te apuntarán con el dedo, sí, siguiendo el estilo bíblico, mal interpretado, por supuesto. No te sientas juzgado porque, normalmente, el que más habla es quien más tiene que callar.

Las fechas límites
Si no cumples con lo que te dice “el consejero”, el mundo va a estallar. Si has roto y tenía él la mayor parte de la culpa, espera dos días. Si la tenías tú, lánzate a sus pies. ¿Un calendario con un cronómetro para saber cómo reaccionar? No, perdona. Tiempo al tiempo, es el mejor refrán, en este caso, y que el tiempo todo lo cura, también. Así, lo mejor es desconectar del tema y centrarte en otros asuntos, si estás muy turbio todavía.

Tus padres o amigos
Inevitablemente, va a ser peligroso porque os une un vínculo emocional, igual que con amigos. Los progenitores te van a contar su experiencia de cuarenta años, y van a proyectar sobre ti -normal-. Muchos de sus consejos son tan útiles como aquellos que resultan altamente tóxicos. Las personas ligadas a ti son menos objetivas, si cabe, que el resto. No siempre sirve que te conozcan, tú evolucionas cada instante. Igual que no has de llorar las veinticuatro horas del día, porque su tendencia general será la de protegerte… Y digo yo, ¿de verdad no quieres desconectar ni aunque sea una hora y echarte unas risas?

Sensación de marioneta
Si siempre vuelcas tus oídos a un buen consejo, el resultado te resultará un cuerpo extraño. Como algo ajeno a ti, que realmente ha vivido aquella persona que te aconsejó. No es justo: sé responsable de haber escuchado, o bien no absorbas opiniones. Puede sonar un poco rebuscado.

La mejor alternativa es que tú asumas el riesgo, tanto si quieres decidir como si no. A veces, un no sé es un veredicto temporal, que puede aclararte las cosas a largo plazo. Otras veces cagarla es tu opción preferida. Porque aquí estamos para aprender, con y sin consejos.

Así, después de nuestros “no consejos”, te aconsejamos: que llores amarga y conscientemente, o escuches a los Rolling Stones; que te prepares un buen plato de pasta italiana o que salgas a dar un paseo. Sobre todo, que destruyas de tu memoria lo que acabas de leer y te escuches un poquito, hoy, mañana, pasado… No hay prisa cuando hay un buen motivo.

miércoles, 4 de febrero de 2015

5 increíbles cosas que te pueden caer del cielo

Las cosas no caen del cielo... ¿o si? Bueno, normalmente lo único que cae del cielo es la lluvia, pero en otras ocasiones pueden caer del cielo elementos mucho más difíciles de explicar. ¿Confundido? Si... Yo también, mira estos 5 extraños elementos que cayeron del cielo e intentar creer alguna de las explicaciones que dieron los especialistas.
#1 El día que las vacas vuelen...

Si, una vaca también puede caer desde el cielo. Bueno, no necesariamente desde el cielo, pero puede causar una gran sorpresa. En el año 2007 mientras una pareja conducía por una autopista en Estados Unidos algo misterioso golpeó el techo de su camioneta y causó una gran conmoción. Se trataba de una vaca que andaba suelta y cayó desde un acantilado al lado del camino. Afortunadamente no causó un accidente y no hubo que lamentar ninguna vida humana, sin embargo, la pobre vaca no tuvo la misma suerte. 

¿Conocías estas historias de extrañas cosas que caen del cielo? ¿Algo te ha caído del cielo alguna vez? 
#2 Un cachorro

En 2012 un niño de siete años vio cómo caía un cachorro desde el cielo. Lo más probable es que el perro hubiese sido capturado por un halcón y luego logró escaparse. Milagrosamente, el cachorro sobrevivió a la caída y encontró un nuevo hogar, ya que el niño decidió adoptarlo. 
#3 Pájaros borrachos

En Viena, en 2006, se produjo una misteriosa lluvia de aves. Lo primero que pensaron fue que podían haber sido víctimas de la gripe aviar, pero los veterinarios luego determinaron que las aves habían enfermado luego de comer bayas fermentadas con alcohol.
#4 Monedas

En 1940, en un pequeño poblado de Rusia, comenzaron a caer una gran cantidad de monedas rusas del siglo XVI. Los arqueólogos que investigaron el extraño suceso creen que se puede tratar de un tesoro oculto que fue expuesto por la erosión del suelo y luego un tornado lo hizo volar por los aires.
#5 Carne

En 1876 una mujer estaba en en el jardín de su casa en Kentucky cuando de repente comenzaron a caer trozos de carne. Los científicos que acudieron a la zona para intentar explicar el hecho sugirieron que se trataba de vómito de buitres, probablemente intoxicados con la carne. 


7 impactantes historias de terror que sucedieron en la vida real

¿Para qué mirar películas de terror cuando la realidad misma puede ser igual o incluso más aterradora? Aunque no lo creas, algunas historias son ciertas. Saber esto puede dejarte un poco nervioso —sobre todo tan cerca de Halloween—, pero también es muy interesante. Si quieres conocer algunas impactantes historias de terror que sucedieron en la vida real, sigue leyendo a continuación.
1. Los alpinistas desaparecidos

En 1959, un grupo de amigos se dirigía a hacer alpinismo y acamparon en Rusia. Poco después desaparecieron y dejaron sus carpas vacías. Cuando los cuerpos se encontraron llevaban poca ropa, tenían heridas internas y el cuerpo teñido de naranja. No había señales de lucha, aunque a algunos de ellos les faltaba la lengua y los ojos. Hasta el día de hoy no hay información sobre qué pudo haberles sucedido, aunque existen toda clase de teorías.
2. La canción que mata personas

En los años 30 se popularizó la canción Gloomy Sunday, pero poco a poco fue tornándose terrorífica cuando se difundió que más de 18 personas (algunos dicen incluso 100) se suicidaron en Budapest debido a ella. Hungría siempre tuvo altas tasas de suicidio, y la canción era tan popular que no resulta extraño que un suicida la estuviera escuchando. Además, la letra depresiva no ayuda demasiado para mejorar el humor. Sin embargo, hubo un suicidio real por ella: el creador de la canción se suicidó luego de que su único éxito fuera culpado de estas calamidades.
3. Chucky realmente existió

La película Child’s Play, donde un niño tiene un muñeco con un espíritu maligno dentro, está basada en una historia real. Robert es un muñeco de tamaño real que pertenecía al niño Gene Otto. Al parecer, un sirviente se enojó con la familia y puso un hechizo sobre el muñeco. El niño comenzó a hablar con él y para sorpresa de todos, recibía respuesta. Sin embargo, pocos creyeron en lo que Gene contaba sobre que el muñeco movía objetos. Luego de su muerte, Robert pasó de mano en mano y ahora está en un museo donde, según cuentan, suceden cosas extrañas.


4. La primera asesina serial

Aunque no lo creas, el primer registro de alguien que asesinara gente en grandes cantidades fue una mujer en Roma llamada Locusta, precisamente en un período pacífico de la ciudad. En el siglo I fue encarcelada por envenenamiento, pero Agripina le dio el perdón luego de que la ayudara a asesinar al Emperador Claudius. Lo mismo sucedió tiempo después con Nerón, quien además le dio un sitio para enseñar sus artes y convertirse en profesora. Sin embargo, no pudo salvarse cuando el Emperador Galba la condenó y fue ejecutada públicamente.
5. Herculano y el Vesubio

Cuando pensamos en el Vesubio automáticamente pensamos en Pompeya, quizás por haber sido una de las ciudades más importantes y estar ahora enterrada debajo de la ceniza. Sin embargo, Herculano fue una ciudad pequeña, mucho más cercana al Vesubio y con consecuencias peores. Se dice que incluso algunos cráneos explotaron debido al calor concentrado y el magma cayendo en la ciudad. Estar allí durante la erupción seguro fue un infierno, con todos los elementos del Inframundo.
6. Los zombies del sífilis en las calles de Italia

En 1494 Italia no se parecía en nada a la que conocemos hoy en día. Un enorme brote de sífilis asolaba la ciudad, y la enfermedad no era escondida con vergüenza, como sucedería años más tarde, sino que se sufría frente a todo el mundo.

La enfermedad causaba que la piel en el rostro de las personas se cayera, así como las extremidades y los genitales. En términos estéticos, era prácticamente como vivir en una película de zombies. Las personas morían en el correr de algunos meses, con su piel completamente destruida.
7. El hombre que intentó salvar a Lincoln

Aunque sabemos exactamente qué pasó cuando Abraham Lincoln fue asesinado, y también conocemos el nombre del asesino, poco sabemos del hombre que intentó salvar al presidente. Henry Rathbone estaba allí con su esposa cuando falló en su cometido: no pudo salvar a Lincoln y esto cambió su vida radicalmente.

Rathbone nunca se recuperó mentalmente e intentó matar a sus tres hijos 18 años más tarde. Cuando su esposa lo impidió, la apuñaló y luego intentó suicidarse. Cuando la policía lo encontró, el hombre seguía repitiendo que había personas escondidas detrás de los cuadros. Vivió el resto de su vida en un asilo, convencido de que alguien intentaba envenenarlo a través de las paredes.

domingo, 1 de febrero de 2015

El Dolor De Querer A Alguien De Quien Te Tienes Que Alejar

A veces conocemos a personas que nos cambian la vida. Muchas veces son amigos, otras veces personas de nuestro entorno; nuestra familia, profesores, compañeros de trabajo, de la universidad… Pero sin duda alguna, si hay alguien capaz de hacernos cambiar y desarrollarnos como seres humanos son aquellas personas a las que queremos, aquellas a quienes dejamos entrar en nuestra vida y a las que les entregamos el corazón, esas personas a las que llegamos a amar de verdad.

Hay muchas historias de amor con final feliz, esas en las que es probable que los implicados pasen el resto de sus vidas juntos, tengan familia, crezcan, cambien y envejezcan juntos e incluso dejen el mundo a la par o con poco tiempo de diferencia, porque como en los casos más extremos de amor, no puedan vivir el uno sin el otro. En estos casos, el cambio que experimentan las personas no se entiende sin su pareja, porque sin ellas, sus vidas no serían lo que son.

Sin embargo, los finales felices no son para todos. Hay veces que conoces a la persona correcta, al amor de tu vida, pero por más que te duela, tienes que dejarlo marchar, no porque quieras, sino porque es lo mejor para los dos. Y son esos momentos dolorosos los que sin duda hacen cambiar a una persona, porque le hacen aprender, a la fuerza.

Y es que no hay nada como experimentar el amor verdadero, aunque en ocasiones pueda llegar a resultar abrumador, sobre todo si es la primera vez. Pero cuando uno se enamora está más feliz, y aunque ciertamente suene a tópico, lo ve todo más fácil, da la sensación de que el sol brilla más, nada parece complicado, se siente más vivo que nunca y es más feliz de lo que jamás antes habría imaginado que pudiera llegar a ser.

Por eso, experimentar el desamor puede resultar tan doloroso. Porque cuanto más arriba se está, más estrepitosa resulta la caída. Pero de todo se aprende, y cuando se trata de experiencias en las que sufrimos, el aprendizaje suele resultar mucho más rápido. Excepto cuando se trata del dolor que supone perder a la persona a la que amas, porque eso es más que romper un corazón y aprender la lección.

Porque para curar un corazón roto se necesita tiempo. Tiempo para afrontar la situación, tiempo para afrontar el dolor, tiempo para pensar y reflexionar sobre la vida, sobre uno mismo y sobre el valor de las cosas. Las experiencias dolorosas te dan una nueva perspectiva para cuestionarte lo que de verdad importa, lo que supone una nueva oportunidad para construir una nueva persona.

El amor perdido te mostrará aquellas partes que has de trabajar y mejorar antes de que vuelvas a sentirte preparado para iniciar una nueva relación, para volver a comprometerte y enamorarte.

El problema es que cambiar tu manera de ser por alguien supone crear una realidad, en la que de alguna manera esa persona va a estar incrustada por siempre. El amor, la alegría y el dolor que esa persona te hizo sentir se acabará convirtiendo en un elemento permanente en tu vida, sin el que probablemente no serías la persona que eres hoy, por eso es normal que en ocasiones añores los buenos recuerdos, te vengan momentos a la mente. Porque esa relación te ha convertido en la versión mejorada que eres hoy. Por eso, jamás hemos de olvidar el pasado que nos aleccionó.

Pero no olvidar un amor perdido no significa que no podamos volver a enamorarnos. Todo lo contrario, siempre hay esperanzas de encontrar de nuevo el amor, y los nuevos amores siempre superarán a los viejos, haciendo que con el tiempo se conviertan tan solo en recuerdos a los que acudir con una sonrisa llena de nostalgia.

Por eso, nunca hay que tener miedo a enamorarse, porque no importa cómo acabe una relación, ya sea mal o bien, de todas las experiencias se aprende. Y una vez se cura un corazón roto, existen mil y una oportunidades nuevas de volver a encontrar un amor mejor.

Si Todos Somos Iguales, ¿Por Qué Se Censuran Los Pezones Femeninos?

Estoy bastante harta de escuchar a la gente decir que ya tenemos igualdad, que de qué coño se quejan las mujeres ahora. Eso es, simplemente, falso. La represión ha variado, pero no ha desaparecido, y una prueba evidente de ello es la exposición que hombres y mujeres pueden hacer de su anatomía y las diferentes lecturas que se hará de ello. El ejemplo más evidente de esto es, sin duda, el pezón.

Los pezones de una mujer se censuran, los del hombre, en cambio, no. Sin embargo, nos bombardean con imágenes de mujeres desnudas 24 horas al día para vendernos lo que sea, en muchísima más proporción que desnudos de hombres. La imagen del cuerpo femenino y su interpretación no pertenece a las mujeres, sino que son una herramienta de negocio y control ya predefinida por otros.

Ya se nos ha marcado qué podemos y qué no podemos enseñar, y el tema de los pezones no parece negociable. Si esto fuera simplemente por una cuestión de volumen mamario, habría muchos gordos o tíos mazados que deberían cubrir sus pezoncitos, y muchas mujeres con pechos pequeños que podrían mostrarlos, pero no funciona así. Si la excusa es que los pezones de la mujer son una zona erógena, también lo son los del hombre. Y si algunos piensan “Bueno, no es lo mismo” aferrándose a que los pechos de las mujeres tienen un “mayor protagonismo en el acto sexual” o algo por el estilo, por esa regla de tres todos tendríamos que ir con las manos cubiertas por la vida, no jodamos.

Si alguien piensa que es por proteger la inocencia de los niños, que por favor me explique qué tipo de poder diabólico y lascivo tiene un pezón femenino que no tiene uno masculino. Y si los niños ven connotaciones sexuales o negativas en ello es porque se les ha enseñado así. Tanto el pudor como el grado de tabú sexual de una zona concreta del cuerpo son cuestiones aprendidas que no surgen de forma natural en el desarrollo de los niños.

Determinar que las mujeres no han de mostrar el pecho y los hombres pueden hacerlo es exactamente igual de opresivo que determinar que las mujeres han de cubrirse el pelo y los hombres no, pero a los xenófobos les ha venido muy bien montarse el discurso de que luchan por la dignidad de la mujer cuando simplemente luchan contra la gente que viene de fuera con otras creencias. Muy probablemente esta gente sea la misma que denigre a aquellas mujeres que enseñan su cuerpo más allá de lo que ellos consideran apropiado.

La dignidad de una mujer no se mide en centímetros cuadrados de tela tapando un pezón o una melena, la dignidad es el derecho a decidir libremente sobre su cuerpo y su vida. Lo que sí que es indigno es que se sigan justificando la violencia, la violación y la represión por una visión cultural que interpreta nuestra anatomía de forma sexual. Lo que es indigno es que sea más importante respetar el derecho de algunos a “no ser provocados” por nuestra imagen que nuestro derecho a gestionar nuestra imagen como queramos. Lo que es indigno es que se crean en derecho de marcarme desde fuera cómo tengo que comportarme para ser una mujer digna.

Por Qué Siempre Deberías Hacer Lo Que Te Apasiona

A veces cometemos el error de vivir como si nuestra existencia fuese un producto desechable. Sí, desperdiciamos nuestra vida con tanta facilidad y en tantas tonterías como si de verdad creyésemos que habrá otra oportunidad, otra vida. La desperdiciamos en peleas, en envidia, en rabietas, entre otras; pero la forma más común en la que desechamos nuestra existencia es haciendo algo que odiamos hacer.

Lo odiamos, y tenemos que admitirlo de esa manera. Es angustioso ver a miles de personas con la cara arrugada todo el día, y basta conversar unos minutos con ellas para darse cuenta de que la razón es que están haciendo con sus vidas algo que detestan, aunque ni siquiera lo saben. Aquellas que lo saben pelean con sus propios demonios por no querer aceptarlo, y este es un comportamiento más común en personas que ya tienen un título profesional.

Tiene lógica, ¿cómo van a admitir que estudiaron durante más de cinco años carreras que realmente no les gustan? Y por si fuera poco, están trabajando en eso que han odiado desde la primera vez que lo vieron. Se detienen a pensar que sería “ridículo” si admiten que perdieron su tiempo, y a cambio de eso, prefieren perder lo mucho que aún les queda.

Es una gran tontería decir que las cosas “no hay que hacerlas por dinero”, porque a fin de cuentas el dinero es solo el resultado de tu esfuerzo. Pero más tonto aún es creer que las cosas “hay que hacerlas solo por dinero”, sacrificando intereses personales, pasiones, habilidades y gustos. Sobre la segunda premisa viven muchas personas, infelices porque aun con sus cuentas bancarias a reventar, no se sienten motivados por lo que hacen.

Otras muchas viven guiadas por la primera premisa, y para no parecer “materialistas” dedican su tiempo a regalar su esfuerzo. Ninguno de ellos disfruta lo que hace, porque uno trabaja por sacrificio y el otro trabaja para obtener algo que no lo hace feliz. Ambos están tirando sus vidas a un depósito de basura como si esta maravilla que es vivir fuese un pote de plástico ya vacío.

Tú, que aún estás a tiempo y que te has topado con este llamado de alerta, bienvenido a la realidad; este no es el mundo de Mario Bros donde puedes morir y aparecer de nuevo con toda la energía de un recién llegado. Sea lo que sea que vayas a hacer con tu vida, por lo que más quieras debes ser tú mismo, y asegúrate de que te encanta, de que estás enamorado de lo que haces.

La verdadera felicidad se encuentra en el orgullo, y la única forma que tienes para experimentarlo es sintiéndote satisfecho con lo que eres. Eso está estrictamente ligado a lo que haces, en el día a día, para ganarte la vida y cómo interactúas con las personas que te importan. No pierdas tu tiempo viviendo la vida de alguien más ni tampoco la vida que otros quieren que vivas.

Con toda propiedad puedo decirte que, cuando haces lo que te gusta, la vida realmente se disfruta. Tu pasión es tu motor, es tu combustible y tu acelerador para que avances directo hacia ese honorable objetivo de vida: tu propia felicidad.

Y Tú, ¿Estás Entrenado Para Olvidar?

La memoria es selectiva y estamos entrenados para olvidar. Es un mecanismo de defensa del propio cerebro que sitúa los recuerdos más tortuosos de uno mismo a un lado para poder seguir hacia adelante y no verse paralizado por ellos. Es así de sencillo: nuestro subconsciente se deshace de todo aquello que no utilizaremos en un futuro, desde los once temas que has empollado para un examen y que inmediatamente al salir de este olvidas, hasta las personas que fueron a saludarte el día del funeral de uno de tus más allegados.

Nos empeñamos en retener todo aquello que hemos vivido, pero es imposible. Nuestra memoria es acotada y, aunque a veces nos creamos un USB extraíble, lo cierto es que no disponemos de gigas y gigas de capacidad. Cada “x” tiempo nosotros solitos hacemos un reset, ya que no podemos aparcarlo todo en un rincón para recuperarlo cuando queramos.

El psicólogo sueco Gerd Thomas Waldhauser, de la Universidad de Lund, dirigió una investigación sobre el lugar exacto del cerebro donde se borran los recuerdos de forma voluntaria mediante un Electroencefalograma (EEG). De esta forma, demostró que cuanto más tiempo dediquemos a olvidar un recuerdo más difícil será recuperarlo en un futuro.

Constantemente convivimos con sentimientos contrarios: quiero olvidar por completo, pero por otro lado deseo congelar todos y cada uno de esos recuerdos en la retina. Esta disonancia nos lleva a eliminar uno de ellos y con frecuencia incluso a alterarlos, en lo que influyen también las versiones de los demás si se trata de un recuerdo conjunto, pues lo que viviste con lo que vivió otra persona acaba creando una nueva vivencia vista desde puntos de vista muy dispares.

Otras veces tendrás que conformarte con el recuerdo de otros y decidir conservarlo o no. Suele pasar: lo que unos tienen presente con facilidad otros tienen la rara costumbre de olvidarlo.

Coge la Polaroid y dispara eso a lo que sí con certeza quieras recordar. Probablemente, cuando pase el tiempo no conseguirás recordar minuto por minuto ese día, pero por lo menos sí contagiarte de nuevo de esa sensación, del bienestar que te proporcionaba entonces y de lo que llegaste a sentir, querer o reírte aquel día.

Es vital dejar espacio para experiencias insólitas, personas nuevas que aparecerán sin esperarlo e ir dejando a un lado aquello que ya pasó y que solamente nos trae congoja. Lo que debemos hacer es darnos tiempo, tiempo de aceptación, tiempo para respirar, tiempo para llenar de nuevo el ilusorio USB extraíble.

Existiendo miles de recuerdos que te hacen sentir feliz, ¿por qué dedicar más tiempo a aquellos que a día de hoy no te aportan nada bueno?