Todos lo hemos vivido alguna vez. Conocemos a una persona y a partir de ese momento el 87% de tus movimientos diarios dependen de los suyos. Y es que aunque vayamos de liberales, autónomos e independientes, el amor, cuando es de verdad, nos vuelve lo-cos. Y si no amas con locura, es que no es amor. Amén.
3,2,1… ¡BOMBA DE HUMO!
Desaparecemos. Hasta la vista, familia y amigos. Volveré cuando me deje y me dé cuenta de que me he quedado más solo que la una.
2. Nos convertimos en guionistas de cine
Ni Almodóvar puede superar las películas que se monta una persona enamorada. Todavía no habéis empezado a salir pero tú ya sabes dónde iréis de vacaciones el próximo verano. Good luck.
3. Dime qué quieres que sea y lo seré
De repente te empiezan a interesar cosas que hasta entonces no sabías ni que existían. Si tu ligue es amante de la crianza de perros crestados chinos, casualmente eres la única otra persona en el universo a quien le importa eso. Si le gusta el cine experimental, ¡qué coincidencia! Tú también eres fan de esas películas franco-anglo-afganas que solo sus propios realizadores conocen.
4. Maniacos compulsivos del diminutivo
Bichito, gordi, cosita, peque…. Todavía no hemos descubierto el motivo exacto de este fenómeno, pero de esta no se salva ni Dios. Eso sí, una función útil de esta jerga tan cuki es apaciguar momentos tensos. ¿Te ha puesto bichito? ¡Qué monooo! Se acabaron las preocupaciones. Te ama.
5. Nuevo acompañante en tus salidas: El Cargador
Y la espera. Mirando de reojo el móvil cada 47 segundos por si tenemos algún mensaje nuevo.
6. Acceso VIP ilimitado
Tengo dos entradas gratis para el cine, ¿quieres venir? De repente, te llegan invitaciones por todas partes, de cine, conciertos, viajes… invitaciones que te han costado una pasta pero finges que te las han regalado y así todo queda más natural, casual.
7. CSI en acción
Ultimas conexiones que no te cuadran, miradas sospechosas, cambios de humor… empieza el show.
8. ¿Dónde se sale esta noche?
La pregunta sobra. Donde vaya él/ella.
9. Aumenta nuestra creatividad
Y nuestra imaginación. Tanto que de repente todas las canciones que suenan por la radio son señales del destino.
10. Monotema para dar y regalar
Tus temas de conversación se reducen a uno: tu nueva pareja. Eso o te la llevas contigo allá donde vayas. Tus colegas estarán encantados.
11. Las casualidades son tu nuevo lifestyle
“Justo pasaba por aquí… y he pensado: le voy a decir algo”. “Me pillas cerca de tu trabajo… ¿tomamos un café?”. Bien jugado campeón.
12. Volvemos a tener 15 años
Las rosas son rojas, el cielo azul y la hostia que estás a punto de darte es grandiosa. Y es que la inocencia y la locura es lo primero que recuperamos cuando nos enamoramos y esto implica una sección aparte en gilipolleces, entre ellas, escribir su nombre en todo espacio físico que se cruce en nuestro camino. Se llama obsesión.
El amor nos vuelve gilipollas, sí, pero admitámoslo, enamorarse es la gilipollez más emocionante, gratificante y excitante que hay.
No hay comentarios:
Publicar un comentario