Seguidores

Pages - Menu

miércoles, 11 de mayo de 2016

7 Cosas A Tener En Cuenta Si Buscamos Un Nuevo Mejor Amigo

Un perro es una gran inversión. Es el único amigo que podemos comprar tal cual queremos recibiendo una garantía de lealtad para siempre, y por eso es nuestra obligación cuidarlo y darle todo el amor posible. Esto no es fácil por el hecho de que el perrito no nos va a comunicar cómo se siente, qué necesita o por qué quiere salir al parque; nosotros tenemos que aprender a conectarnos con él hasta tal punto de entender sus emociones y poder brindarle todo lo que necesite. A continuación, se expondrán brevemente 7 consejos básicos para el cuidado de nuestra mascota:

1. Elegir una cama

Aunque no es muy común hablar de esto en el perro adulto (él se acuesta en cualquier lugar), sí lo es en el cachorro, pues este necesita dormir cómodamente y aprender a distinguir dónde debe hacerlo. Una cesta de plástico es buena idea para comenzar porque es fácil de limpiar.

2. Comprar juguetes

Un juguete lo estimulará física y mentalmente, por ejemplo, mordisquear un hueso de nylon fortalece las mandíbulas. Es recomendable usar los juguetes solo como premio por la buena conducta y no comprarlos de tamaño pequeño porque pueden tragárselos.

3. Dieta equilibrada

La ingesta no solo debe ser carne, también se necesita servirle hidratos de carbono, todo a temperatura ambiente. En este apartado, es muy importante recalcar tres cosas: no alimentarlo con comida para gato, tener en cuenta la raza para los requerimientos nutricionales y enseñarle a respetar el horario de comer. Jamás alimentar al perro si no ha llegado la hora; esto puede provocarle sobrepeso y maleducarlo.

4. Agua diaria

Si bien es cierto que los alimentos sólidos contienen una buena porción de agua, se hace necesario llenarle un tazón con el líquido cristalino. Es importante destacar que si el perro empieza a beber más de lo usual, se debe llevar al veterinario porque puede haber problemas internos.

5. Inspección casera

Es indispensable revisar los ojos, las orejas y los dientes de nuestro amigo mínimo una vez por semana. Los ojos deben estar brillantes sin signos de inflamación o supuración, en caso de lagañas o mucosas en el área alrededor, limpiar con un algodón húmedo. Las orejas no pueden presentar olores nauseabundos y se deben asear usando gasas; nunca emplear hisopos. Por último, la dentadura no puede tener sarro ni presentarse inflamación de las encías; es aconsejable lavar la boca con un cepillo de cerdas suaves y con crema dental para perros o agua salada diluida.

6. Entrenamiento

El acondicionamiento físico y la adquisición de “modales” son vitales. El primero ayuda a un buen desarrollo y a evitar enfermedades de corazón; el segundo nos puede ahorrar muchos enojos (no queremos que nuestro perro haga sus necesidades fisiológicas descaradamente en toda la casa o que muerda a un invitado). No es necesario golpearlo con fuerza para que entienda, con usar un periódico y señalarle el lugar correcto (un pedazo de papel de periódico, quizás) es suficiente; poco a poco lo irá asimilando.

7. Vacunas y contacto social

Para asegurar que nuestro perro sea feliz y reducir la probabilidad de muerte por enfermedades infecciosas, es obligatorio cumplir con el plan de vacunación completo y permitir el contacto con otros perros. ¡Mantenlo vigilado, no sea que regrese a casa habiendo hecho travesuras sexuales y después te llegue una nueva cuenta!

El Primer Día Viviendo Solo: La Liberación

Irte a vivir solo después de vivir casi veinte años con tus padres es un paso que marcará tu vida, como el primer día que anduviste en bicicleta, el primer beso o la primera vez que una paloma te defecó en el ojo. Son cosas importantes, que generan gran impacto en nuestras vidas. Y el primer día solo es algo inolvidable.

La vida con los padres suele tener beneficios y desventajas, y toda casa es un mundo aparte. Pero el tener que cumplir con sus horarios, cenar sin ver la televisión, hablar sobre cómo ha sido nuestro día, pasar el trapo por donde hayamos ensuciado, o soportar los merecidos gritos justamente por no haber limpiado aquello que ensuciamos, son algunas de las cuestiones que se viven a diario en varias casas de familias.

Yo recuerdo que en la época de mis padres se cenaba a las nueve en punto, la tele se apagaba mientras se comía en familia, mi madre hacía veinte mil preguntas por día, mi hermano menor me hacía otras setenta preguntas, tenía que salir a saludar cuando venían visitas, debía ir a comprar alguna cosita para la comida, y no podía beber una cerveza por la tarde sin que mi madre me mirara con mala cara. Ni hablar de música a todo volumen ni dejar una piel de banana sobre un lugar que no sea en la basura.

Y así como recuerdo eso, recuerdo el primer día viviendo solo. Puse la música bien fuerte, comí siete veces en un día (chatarra y a destiempo), desconecté el cable del teléfono para no contestar ni una pregunta, bailé desnudo, tiré la piel de la banana en el piso, tomé cinco cervezas tirado en el piso, y por la noche llamé a veinte amigos para que vinieran a mi casa nueva. Al día siguiente me levanté con una rara sensación de libertad y de cansancio.

Hoy sigo viviendo solo, pero ya no me acuesto en el piso, ni bailo desnudo, ni tiro las pieles de las bananas en el piso. Ya no saturo los altavoces a todo volumen ni como salchichas frías con mayonesa por la mañana mientras miro cualquier cosa en la TV.

Esas son cosas del primer día, en el que uno hace cosas que jamás haría en otro día, como acostarse a dormir en el piso ocupando todo el suelo teniendo un colchón al lado. Forman parte de esas sanas locuras que uno hace en momentos de liberación, y que luego, a veces más, a veces menos, se estabilizan en otra sintonía.

¿Por Qué Mejor No Miento?

En ocasiones solemos pasar por alto la importancia que tiene la verdad. La verdad es lo que existe, aquello que podemos demostrar sin duda y con contundentes pruebas. La honestidad es precisamente no intentar falsear de ningún modo esa verdad, no intentar falsear la realidad.

¿Cuántas veces hemos creído que decir la verdad no tiene importancia?


Y como los propios enfermos mentales terminamos creyendo hasta nuestras propias mentiras. Este mal hábito puede formar parte de nuestra vida desde muy chamos, cuando decimos por primera vez “Yo no fui” sabiendo que no es cierto. Desde ese momento comenzamos a construir la cadena que en muy poco tiempo terminará atándonos como esclavos.

¿Esclavos de qué?

De la mentira y, en consecuencia: de la desconfianza. Desconfianza de los demás y hacia nosotros mismos. Cuando yo soy partícipe de la mentira, cuando yo las pronuncio sin cesar eventualmente consideraré que tú también lo haces. Ningún lazo de amistad verdadera será posible si la base de nuestra relación es ese lodo fresco y asesino llamado: mentira. La mentira es la forma más común que utilizamos para evadir nuestras responsabilidades y todos sabemos que la irresponsabilidad es un muy mal accesorio que no podemos esconder de nuestro atuendo universal: nuestro rostro.

¿Te imaginas que digan: “Vaya, allá va aquel irresponsable y mentiroso”?

Y penosamente ese será tu distintivo, tu sello ante las miradas de reproche. En este caso no se trata de lo que los demás piensen de ti, sino de lo que realmente eres. Porque la honestidad es una virtud y cuando la posees eres original, eres diferente y eres confiable. Otros creerán en tu palabra, tendrás poder de persuasión y lograrás atraer a ti a todas aquellas personas que te interesen y valoren tu personalidad.

A ver mentiroso… ¿Seguirás creyendo que te la estás comiendo con tu cara de yo no fui?

Como El Aleteo De Una Mariposa Puede Cambiar El Mundo

El otro día me encontraba en un bar de tapas con unos amigos, ya se sabe, el perfecto momento de transportarse a otro mundo donde la impenetrable armonía se basa en estudiar la vida.

De repente, apareció una mujer que parecía querer vendernos alguna cosa… -Otra vez- objeté, dado que en la ciudad en que vivo, desgraciadamente, son muchos los que, desesperados, se lanzan a la calle sin saber cómo ni qué hacer para conseguir algo para comer.


Al ver su mirada, cogí mi monedero y a continuación le di todo el dinero suelto que tenía. Quizás tan solo se tratase de un gesto interesado para limpiar mi consciencia, pero bueno, ese ya es otro tema. A lo que iba, le di todo el dinero suelto que tenía añadiendo un -es todo lo que tengo-. La mujer me miró y dijo: “este pequeño gesto es tan poderoso como tan solo el aleteo de una mariposa a millones de kilómetros de aquí, puede cambiar el mundo”.

Me quedé pensando largo rato, si digo la verdad, a día de hoy aún tengo metidas esas palabras en la cabeza. Lo que yo le di podría ser considerado para muchos de nosotros una miseria, insuficiente para ayudar a la mujer en sus propósitos, pero aun así, me deleitó con esa frase.

Días después, llegué a la conclusión de que, en verdad, de eso se trata. Recordé una cita que leí hace un tiempo de Steve Jobs que decía: “aquellos que están suficientemente locos como para pensar que pueden cambiar el mundo, son los que lo hacen”. Lo vi todo algo más claro, pensé que la conformidad resulta contraproducente y que pequeños gestos, como el vivido ese día en el bar, pueden provocar que se nos plantee un cambio de mentalidad, un cambio que nos permita considerar que lo que vemos o tenemos no es lo que realmente queremos, y entonces, estos gestos, por pequeños que sean, puedan convertirse en los primeros pasos de una travesía que puede llevarnos a metas que creemos inalcanzables.

Por Qué Nadie Sabe Lo Que Tiene Hasta Que Pasa Un Tiempo Solo

La soledad, tan temida por unos como adorada por otros. Pero aceptémoslo: la soledad es el único momento que tenemos para estar con nosotros mismos, para conocernos mejor. Es la mejor aliada cuando queremos tomar decisiones, es la mejor compañera cuando no queremos que nos molesten y es la mejor amiga cuando con nadie queremos estar. No es a la soledad a lo que se teme, es a uno mismo en la soledad pues nos aterra creer que necesitaremos a alguien más.

Produce miedo pensar que nos vamos a desvanecer si no sabemos qué hacer y no tenemos a alguien que nos responda la pregunta, nos aterran los momentos cuando nos perdemos en la inmensidad que simboliza el tomar decisiones. Pero recordemos que el miedo es una mera emoción que si la enfrentamos solos nos hará más fuertes, más confiados y más seguros de lo que somos.

La soledad tiene una característica: nos obliga a pensar. Pensar requiere concentración, mantener todos los sentidos alerta y hacer cuestionamientos sobre aquello en lo que estamos enfocados. Es una virtud usualmente acreditada a las personas libres, pues quienes sabemos estar solos somos catalogados de presumidos, engreídos y rebeldes.

La soledad es una virtud ligada a la independencia, acompañada de responsabilidad y del coraje individual para superar cualquier obstáculo.

Y tú… ¿Sientes miedo de estar contigo mismo?

¿Por Qué Me Aburre Todo?

Debe ser la necesidad de innovar, de crear, la culpable de que todo lo que conozco me aburra tanto que me haga detenerme a pensar: ¿qué es lo que está mal?

Lo que a los demás les encanta a mí me parece aburrido. Muchas personas hablan entre sí de lo que yo considero idioteces. Muchos individuos andan por la vida repitiendo las mismas cosas sin cesar, ya sean aspectos de trabajo o de ocio, ya sea en casa, en la oficina o en la universidad.


Sí, se me ocurren un millón de ideas que confieso aún no sé cómo materializar, pero eso no detiene mi afán por inventar. Si hablan de deporte dicen lo mismo que los locutores, si hablan de política repiten lo mismo que sus gobernadores, y si es de trabajo pues no son ellos quienes toman las decisiones. La educación nos acorrala para que no seamos desertores, desertores de un sistema donde unos pocos quieren tratarnos como si fuéramos sus peones.

¡Me niego a seguir esos patrones! Tan tradicionales, tan comunes y tan poco emprendedores. Quiero ser libre, quiero innovar, romper las viejas reglas, crear, crear y seguir creando.

Podemos estar convencidos de que este mundo, esta vida y las nuevas generaciones pueden ser más productivas, libres y mejores si en lugar de educar loros, liberamos a los gatos tan curiosos e inventores.

La historia lo dice y la realidad no lo puede ocultar:

¿No son potencia mundial las sociedades con individuos más libres para inventar, crear e innovar?

13 Maneras De Ser Más Feliz En Tus 20's

Sin darnos cuenta, muchos de nuestros hábitos de pensamiento se interponen en el camino de nuestra felicidad y nos hacen quedar atrapados en patrones negativos de pensamiento. A continuación vamos a ver 13 formas de arreglar nuestros pensamientos e ideas para permitirnos sentir la felicidad que nos merecemos, liberándonos para vivir, amar y ser felices. Vamos a ver cómo podemos liberarnos de esos pensamientos y hábitos que nos impiden avanzar y nos mantienen abajo, vamos a conseguir ser mejores, más felices y más positivos. Sigue estos consejos y no solo te sentirás mejor, sino que también lo harán los que te rodean. A fin de cuentas, dicen que la actitud positiva también se contagia.

1. Deja de quejarte

A lo largo del día podríamos encontrar un sinnúmero de cosas de que quejarnos: el clima, el tráfico, el servicio que recibimos en un restaurante, pero ¿estas quejas constantes nos hacen algún bien, realmente? ¿Hacen que las cosas mejoren para nosotros? ¿Nos hacen más felices? ¿O solo nos bajan nuestro estado de ánimo y nos hacen sentir más infelices y deprimidos? Nuestro estado de ánimo está en nuestras manos, y podemos elegir cómo reaccionar ante cualquier situación, así como podemos dejar que nos absorba un estado de ánimo negativo o podemos superarlo y ser felices a pesar de las adversidades.

“Dile al comité de negatividad que se reúne dentro de tu cabeza que se siente y se calle.”  – Martin Seligman
2. Deja de querer tener siempre la razón

Muchos de nosotros luchamos incluso contra el pensamiento de estar equivocados y esto va tan lejos que hasta peleamos con amigos o seres queridos solo con la finalidad de tener la razón. Si dejamos ir este hábito tendremos mejores relaciones. Te invadirá una gran serenidad a pesar de saber que es posible que hayas estado en lo cierto, ya que habrás ahorrado una gran cantidad de estrés, preocupación y tensión a ti mismo y a los demás, por no tener que estar en lo cierto o tener la última palabra. Wayne Dyer escribió “¿Prefiero tener la razón o prefiero ser amable?” Piensa en ello la próxima vez que te encuentres en la lucha contra este hábito.

3. Deja de autodestruirte las ideas

La mayoría de los obstáculos que enfrentamos en la vida son, en realidad, aquellos que hemos inventado nosotros mismos. Se trata de obstáculos imaginarios, irreales que nos impiden avanzar. Estos obstáculos imaginarios deforman nuestras ideas sobre lo que podemos y no podemos hacer, qué es y qué no es posible. Tenemos que aprender a ver a través de estos obstáculos. Solo entonces estaremos listos para abrir nuestras alas y volar.

“Toda el agua del mar no puede hundir un barco a menos que se meta dentro de la nave. De la misma manera, toda la negatividad del mundo no te puede derrotar a menos que permitas que llegue dentro de ti.” – Goi Nasu
4. Deja tus miedos

¿Qué intentarías si supieras que no puedes fallar? Nuestros miedos son, por desgracia, obstáculos que creamos para nosotros mismos. Imagina que todos esos obstáculos se desvanecen, ¿cómo te sentirías? Cierra los ojos y imagínatelo por un momento. ¿Te sientes bien? Ahora trata de vivir de esta manera.

5. Deja el apego

Los apegos crean una atmósfera de miedo. Tú no eres dependiente de las cosas y si te permites creer que lo eres eso te impedirá ser feliz.

6. Deja de hacer críticas

Abstente de criticar cualquier cosa que no entiendas. Todos somos diferentes y eso es lo que hace que la vida sea bella, si todos fuéramos iguales el mundo sería un lugar aburrido. Deja que la gente y las cosas sean diferentes, no veas la diferencia como una excusa para criticar. Todos queremos ser felices, dejémonos serlo y permitamos que los demás también lo sean.

7. Deja de culpar

Deja de tratar de encontrar las razones por las cuales las cosas son así, en la búsqueda de explicar las cosas solemos tratar de culpar a algo o a alguien y esta negatividad perjudica a los que nos rodean, pero más que a cualquier otra persona nos hace daño primeramente a nosotros mismos.

8. Deja de tratar de impresionar a los demás

Hay cosas más importantes en la vida que estar preocupándote de lo que dirán de ti, lo que haces para ganarte la vida o cuál es el coche que conduces. Esas cosas no son las que te van a ayudar a nutrir las relaciones saludables. Lo que la gente quiere de ti es que seas real, que seas tú mismo. Cuando dejes atrás toda la pretensión te darás cuenta de que la gente te aprecia por lo que eres y te encontrarás con que tus relaciones son más fuertes y más profundas.

9. Deja de lado las excusas

A veces tomamos el hábito de poner excusas para todo. En la etapa vital en la que nos encontramos tenemos más tiempo, recursos y energía que nunca. Tenemos que aprovechar nuestra juventud, nuestra buena salud, el tiempo libre y, sobre todo, cuidar de la mejor manera posible nuestro mayor regalo, la vida.

10. Deja de tratar de controlar siempre

Las situaciones, los eventos, las personas, etc. Por mucho que queramos, no podemos llegar a controlar todo lo que se encuentra a nuestro alrededor. Debemos ahorrarnos la molestia de tratar de pensar que se puede. Deja que todos y todo a tu alrededor sea como deba ser y te sentirás mucho más relajado y más feliz.

11. Deja ir el pasado

Mantén las cosas en perspectiva, no vivas en el pasado o estés preocupado por el futuro. En lugar  de ello disfruta de estos preciosos momentos cotidianos. Lo de hoy es todo lo que tienes. El mañana no te ha prometido nada y el ayer ya ha pasado de largo. Así que procura estar en el presente en todo lo que hagas. Recuerda, estos son los buenos viejos tiempos, la felicidad no es algo que se pueda posponer para el futuro.

12. Deja de lado la resistencia al cambio

Cada proceso de la vida implica un cambio. Como seres humanos, a menudo disfrutamos de la familiaridad y una vez que nos sentimos cómodos nos hacemos resistentes al cambio.  Pero esto dura muy poco y por eso tenemos que estar listos para el cambio. Cada vez que el cambio llegue a nuestra puerta, nos abrazamos a él, le damos la bienvenida y lo vemos como una oportunidad, la oportunidad para algo nuevo y mejor.

13. Deja de vivir la vida a las expectativas de los demás

Gastamos gran parte de nuestra vida tratando de encajar en arquetipos sociales. Permitimos que las expectativas de los demás determinen el trabajo que hacemos, el coche que conducimos, la ropa que usamos y mucho más. ¡Qué felices seríamos si en vez de ello siguiéramos nuestros instintos e hiciéramos las cosas como quisiéramos! Permitimos a nuestros seres queridos que nos dicten, a nuestros padres, hermanos, compañeros y con frecuencia dejamos que los medios de comunicación o el gobierno nos influencien en cómo vivir nuestras vidas. Todos somos personas con talento, todos tenemos algo que ofrecer, algo único. Cada uno de nosotros tiene un don. Tenemos que cultivar nuestros talentos y dones y contribuir con lo que hacemos mejor, haciendo lo que amamos, en vez de hacer lo que creemos que se espera de nosotros.

Si estas 13 cosas te han ayudado aunque sea un poco a darte cuenta de algunas cosas y te has sentido influenciado en algunos aspectos, ayúdanos a llegar a más gente compartiendo el artículo.

Esta Es Tu Vida

¿Quién quiere desperdiciar su vida?

Seguramente nadie.


¿Qué hacer para que eso no ocurra?

La vida es corta: Haz lo que amas, vive tu sueño y comparte tu pasión.

Estos son algunos de los consejos que encontrarás en este valioso video.

Una cerveza en mano y play al video.

martes, 10 de mayo de 2016

Cómo Descubrí Que Bambi Me Estaba Enviando Una Señal Para Hacerme Vegetariano

¿Te gustan los animales? Normal, con lo buenos que están, eh. A mí me encantan los animales desde pequeñito, de hecho tengo grabada a fuego la muerte de la madre de Bambi. Bambi salió de la cueva al grito de “Mamiiiii, mamitaaaaa”, ¿os acordáis?, mi madre no me dejaba ver Sailor Moon porque decía que eran dibujos eróticos que podían perturbarme, en cambio ver a Bambi buscando a su madre muerta lo veía oportuno para mi desarrollo personal. Curioso.

El caso es que hace unos años vi uno de esos vídeos que ruedan por las redes sobre el trato que dan a los animales en las empresas cárnicas y por favor, no lo veáis. Ese vídeo es como el de la película de terror La señal, a los días veía a la madre de Bambi en cada bocadillo de longanizas que me pedía, y es muy difícil masticar escuchando a Bambi decir “Mamiiii, Mamitaaaa”, así que lo tuve claro y dejé de comer carne. Tampoco puedo escuchar reggaeton por razones obvias. Mantuve una dieta vegana durante 10 meses, luego volví a comer algo de pescado. Supongo que Buscando a Nemo me pilló más mayor… De hecho, si torearan lubinas estaría a favor. ¿Quién no querría ver eso?



Pero yo odio a los vegetarianos o veganos que dan lecciones morales. Dejar de comer carne no te convierte en un ser de luz y bondad. Simplemente dejé de comer carne porque de cada una de las injusticias en las que participo a lo largo del día, esa era la más directa. Porque ese trozo de carne pertenecía a un ser vivo que habían matado para mí. Veo la injusticia, huelo la injusticia y lo mejor de todo, saboreo la injusticia. Eso me impactaba mucho.

Pero siendo sinceros, ayer me compré una lámpara en un bazar chino que me costó 3€. Una lamparita fabricada en una cadena de montaje probablemente por niños con unas condiciones laborales más que cuestionables, “¿y por qué no dejas de comprar en un bazar, Diego?” Pues porque son niños explotados, sí, pero niños explotados que están a miiiiiles de kilometros de aquí, no los veo, no los huelo, no los saboreo. Así que con 3 euritos tengo una lamparita de puta madre que me ilumina por las noches mientras leo mis libros comunistas. No me miréis así, es justicia poética. En Occidente se debería permitir por ley que un vegetariano se coma a lo largo de su vida por lo menos a un chino.

Soy consciente de las injusticias en las que colaboro y hay que aceptarlo. Me hace gracia la gente que pide conejo en un restaurante pero sin la cabeza. “Por favor no me traiga la cabeza que, ya sabe, me recuerda de donde proviene y me corta un poco. Si no le veo la cabeza me hago a la idea de que es un conejo semilla que han plantado y regado a la luz del sol”. ¿En serio? “No me traiga la cabeza que me recuerda de dónde viene”, que manera de eludir responsabilidad. Esto es como ser infiel pero mirando al techo ¡Si no le veo la cara no son cuernos!

No me meto en la vida de nadie pero odio que se metan en la mía. Dejar un hábito que llevas haciendo durante 25 años es muy duro. Es una continua lucha interior entre tu paladar y tu moral. Si dejas de comer carne te vas a encontrar con gente muy imbécil que te pasará una loncha de jamón por la cara diciendote “mmMMMMmm ñam ñam que tierno y sabroso, ¿no quieres un poco? mira que grasita”. Esto es muy cruel porque saben que a mí me encanta el jamón, y saben que cada día libro una batalla entre lo que me encanta y entre lo que creo que está bien.  Y eso es injusto.

Así Viven Aquellos Que No Soportan El Contacto Físico

Esa caricia que te da tu abuela, los besos con los que te despiertan tus padres, el abrazo cargado de energía que intercambias con un amigo, un susurro al oído o la mano en el hombro, discreta muestra de apoyo que te brinda un compañero en el trabajo. Forman parte de nuestro día a día. Todos ellos, gestos que, por su cotidianidad, damos por hecho, nos parecen imprescindibles y nos es complicado imaginarnos nuestra vida sin ellos. ¿O acaso podrían sobrarnos? A algunas personas, sí.

Hay gente a la que el contacto físico le genera rechazo, que darían su reino por ser un cactus andante cuando alguien trata de abrazarlos, que han ingeniado 1.001 maneras para salir de una reunión de trabajo sin estrechar las correspondientes manos de despedida, que castigarían con la cadena perpetua la gracia de hacer cosquillas y que consideran ir a un concierto, montarse en el metro o salir de bares un deporte de riego que hace peligrar innecesariamente su espacio vital.

Este espacio, conocido como peripersonal, es la zona que separa nuestro cuerpo del mundo y que consideramos como segura. La mayoría de las personas necesitan un entorno de entre 20 y 40 centímetros alrededor de su cara, aumentando el margen en quienes padecen ansiedad, según un estudio del University College de Londres recogido por la agencia de noticias SINC (Servicio de Información y Noticias Científicas).

Fuera de ese espacio, lo que quieras. Pero dentro… Dentro, amigo mío, no pasa todo el mundo. En algunos casos, nadie, porque para ello hay que tocar y ser tocado, y el tacto, además de ser el único de nuestros sentidos que es recíproco, también es el que más cuidado ponemos al usar. Medimos cada contacto que establecemos. “El toque se interpreta en función del contexto de la relación con la otra persona. La cantidad de áreas del cuerpo que son más aceptables al roce varían dependiendo de lo fuerte que es el vínculo emocional“, se desprende del mapa topográfico del contacto físico elaborado por las universidades de Oxford y Aalto, en Finlandia, y del que se hace eco Papel.

Normalmente, solemos vincular el contacto físico con nuestra pareja y con las personas más cercanas. Sin embargo, hay para quien ni siquiera ese vínculo es capaz de abrir la puerta al roce. En los casos más leves, se trata simplemente de celo por preservar su espacio vital, un carácter más reservado, la incomodidad de sentir que se pierde el control cuando alguien invade tu espacio o, simplemente, el creer que no es necesario tocarse tanto.

Llevado al extremo, aunque no es muy frecuente,  se convierte en una fobia que condiciona la vida de quien la padece y su forma de relacionarse con el mundo. Su nombre: Afenfosfobia e implica un miedo irracional e intenso a tocar y ser tocado.

Su origen puede encontrarse en comportamientos imitados de algún adulto clave en la infancia de la persona afectada, en traumas, abusos (sexuales fundamentalmente) o carencias afectivas en los primeros años de vida, que con el paso del tiempo han desencadenado una respuesta desmedida de rechazo al contacto físico.

La forma de exteriorizarlo dependerá siempre del grado de miedo: desde quien tolera tocar y ser tocado por los más allegados o es capaz de, con mucho tiempo y trabajo, confiar en personas ajenas a su núcleo más cercano y establecer un vínculo, hasta quien, ante la sola perspectiva de tolerar el contacto físico, sufre palpitaciones, temblores, estado de alerta, tensión muscular, hiperventilación, sensación de estar mareado o de sentirse atrapado, entre otros síntomas.

Es entonces, cuando se nos viene a la cabeza Sheldon Cooper, el personaje de The Big Ban Theory, quien, en clave de humor, refleja el día a día de las personas que padecen la Afenfosfobia. 

“He sido afenfosfóbica la mayor parte de mi vida”, explica la usuaria Raiven en Experience Project, una web que busca la creación de comunidades en las que compartir experiencias con otros participantes. “Nunca he tenido problemas con el contacto físico con familiares cercanos, como mi madre, mi padre o mis abuelos. Pero cuando se trata de gente no tan cercana o a la que no conozco tan bien, no puedo estar cerca de ellos. He hecho progresos con mi Afenfosfobia, pero no estoy curada del todo. Todavía no puedo quedar con mis amigos después de las clases o ir a una fiesta porque me da mucho miedo que alguien que no conozco me toque. No es que no quiera quedar con ellos, es que no puedo superar el miedo de tocar o ser tocada por alguien en quien no confío o a quien no conozco muy bien“, concluye su relato.

Lo Que Ganarás Si Empiezas A Decir Las Cosas Más Claras (Y Sin Miedo)

Miedo. Eso es lo que recorre nuestro cuerpo cuando estamos ahí, delante de alguien, a punto de decir algo, pero al final no lo decimos. Se hace el silencio, y no somos conscientes de que a menudo callarnos significa abandonar la lucha por nosotros mismos o incluso por otra persona. Podemos creer que callamos para hacerles un favor, pero no somos conscientes de que muchas veces el efecto es exactamente el opuesto.

Callamos, y entonces algo se pierde. A veces el que pierde es ese amigo que tanto le hacía falta que alguien le dijera el daño que se está haciendo con esa relación. O pierde ese compañero de trabajo, que como le criticamos por detrás y nunca sabe lo mal que hace su trabajo, seguirá cometiendo sus errores una y otra vez.



También perdemos nosotros mismos, cuando dejamos de pedir un aumento de sueldo o el pago a un cliente, porque nos da apuro. Callamos y con nosotros muere un poco de esa fuerza que tenemos, para luchar por las cosas importantes, y sobre todo, ser auténticos.

Renunciamos a ese momento de sinceridad a cambio de una mirada aprobación, o de una tarde de calma. Lo hacemos a veces con un amigo, con la pareja o con un compañero de clase. En cualquier situación en que nos preocupe lo que pueda pasar si a alguien no le gusta lo que queremos decir. Siempre es más cómodo guardarse todo, evitar conflictos y diferencias.

La Espiral del silencio

También a veces evitamos sacar temas políticos o ideológicos con personas que no piensan como nosotros, para evitar enfrentamientos. Callar nuestras opiniones políticas o sociales es parecido a no votar en unas elecciones: la balanza se inclina hacia el partido que no habríamos votado, porque nuestra posición política ha perdido a uno de sus votantes.

El problema es que vivimos con mucho miedo. Según la teoría de la espiral del silencio, que fue creada por la politóloga Elisabet Noelle-Neumann, hay opiniones en la sociedad que son aceptables y otras que parecen inaceptables, así que si opinamos algo que no encaja con lo que la sociedad acepta como válido, entonces preferimos no hablar por miedo. Se introduce en nuestra vida un imperativo social de lo que es bueno y malo, y sin darnos cuenta acabamos muy pendientes de cumplirlo, o preocupados por no encajar bien en él.

La espiral del silencio se ha reforzado mucho con la televisión. Los personajes de nuestras series favoritas influyen en nosotros más de lo que nos damos cuenta, y también los personajes que aparecen en los anuncios o en las películas. Internet es, en este sentido, nuestra salvación del pensamiento único. Internet es lo que permite democratizar las ideas, crear un auténtico espacio de pluralidad.

Antes había solo diez canales de televisión y otros tantos periódicos, y no había más donde elegir, mientras que con Internet podemos optar por una increíble variedad de estilos y tendencias. Sin embargo, ¿realmente hay pluralidad? Tenemos las herramientas, pero sigue habiendo mucha censura.

Ahora, más que nunca en la Historia, tenemos la oportunidad real de crear un auténtico espacio plural donde quepan diferentes opiniones y se respete de verdad la que tiene cada uno.

¿Y Si Te Decimos Que La Famosa Pirámide Nutricional Es Una Gran Mentira?

Que si las grasas son malas, que si los lácteos, mejor desnatados, solo dos huevos a la semana… estamos hartos de oírlo y de ver representados en la pirámide de la alimentación perfecta lo que debemos comer y con cuánta frecuencia. Pero a menudo damos por hecho cosas porque es lo que se ha dicho siempre, ¿no? En la tele, los médicos, en el colegio… Pero, ¿y si supieras que la famosa pirámide nutricional que rige los patrones de la alimentación supuestamente saludable se creó sin ninguna base científica? ¿Seguirías creyéndotela?


Resulta que un tal Ancel Keys quiso demostrar que al reducir la ingesta de grasas se reducían también las enfermedades cardiovasculares. Para ello presentó el Estudio de las siete naciones, en el que de 22 países analizados escogió los siete en los que se confirmaba su tesis, es decir, relacionar directamente las grasas con las enfermedades cardiovasculares. Para ello dejó fuera a países que presentaban un menor porcentaje de mortalidad por esta causa como Dinamarca, Noruega o Suecia, pese a tener estos un consumo muy similar en grasas a Estados Unidos (40% del total de calorías de la dieta).



El origen nada cientifico de la primera pirámide

Obnubilado por las ideas de Keys, el senador George McGovern publicó en 1977 la primera Guía de Objetivos Dietéticos de Estados Unidos dando lugar a la primera pirámide alimenticia, basada en las afirmaciones sin evidencia científica de Keys y que proponía en su base una burrada de carbohidratos, es decir, granos y cereales. No hay que sorprenderse, ya que quien creó esta primera pirámide era la USDA, es decir, el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, osea, los encargados de promover la venta y consumo de granos y cereales.


Las recomendaciones de la pirámide nutricional han ido cambiando con el tiempo. Antes inundaban los pasillos de los supermercados los productos bajos en grasas y hoy vivimos la cruzada contra el azúcar. Mar Navarro, Presidenta del Colegio Oficial de Dietistas-Nutricionistas de Castilla La Mancha, explica que “en España hemos ido adaptándola a nuestra forma de comer y desde 2011 la Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas ha incorporado nuevas aportaciones saludables”.

El primer cambio sustancial propuesto por el GREP-AEDN (el Grupo de Revisión, Estudio y Posicionamiento de la Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas) afecta al pedestal de la pirámide, restando importancia a los carbohidratos (recomendando mayoritariamente el consumo de los integrales) y dando mas protagonismo a las frutas y las hortalizas y verduras.

“Ambos grupos de alimentos son los únicos que hasta el momento han demostrado evidencia de peso en la prevención de numerosas enfermedades crónicas, entre ellas, las de mayor incidencia en nuestro país, las cardiovasculares y el cáncer”, señalan desde el GREP. Otra recomendación que se ha incluido en la base de la pirámide “para fomentar su consumo diario es el aceite de oliva y los frutos secos”, informa Navarro.


Hay propuestas como la creada por la Escuela de Salud Pública de Harvard, The Healthy Eating Plate, que pasan de la típica pirámide y representan en un plato diferenciados por colores los nutrientes que deberían conformar cualquier comida saludable, además de añadir recomendaciones de cajón como beber suficiente agua (litro y medio, mínimo) y mantenerse activo haciendo ejercicio.

Navarro además apunta que están teniendo muchos problemas en consulta “por el exceso de hidratos, sobre todo refinados, ya que pueden provocar una resistencia a la insulina, lo que puede acabar en diabetes”. Por eso, más que evitarlos -porque siguen siendo necesarios para nuestro organismo-, desde el Colegio Oficial de Dietistas-Nutricionistas de Castilla La Mancha hacen hincapié “en la calidad del hidrato”. Algo que se consigue con gestos tan fáciles como sustituir los típicos cereales de desayuno (compuestos en su mayoría por azúcar) por copos de avena o bien optando por el arroz o el pan integral en lugar del blanco.


También se decía que una dieta, cuanto más baja en grasas fuera, mejor, “pero se ha visto que no, que hay un porcentaje de grasas que debemos consumir diariamente”, advierte Navarro. Por ello se recomienda tomar cada día grasas saludables como el aceite de oliva o los frutos secos, que tienen un efecto cardioprotector y mejoran la membrana celular.

Hay que evitar por supuesto las grasas trans, presentes en productos elaborados como la bollería industrial, la carne procesada, etc. y apostar por ácidos grasos saludables “presentes, por ejemplo, en el aceite de oliva, que impiden que las grasas se depositen en las arterias”, informa Navarro.

Al final la recomendación sería muy simple y la sabemos todos: “llevar una dieta variada y reconocer dónde están los nutrientes perjudiciales para no abusar”.










domingo, 1 de mayo de 2016

Tu Voz Puede Influir A Los Demás Mucho Más De Lo Que Crees

La voz parece algo sin importancia en nuestra vida, pero en realidad nos afecta muchísimo. Todos hemos conocido a alguna persona con una voz tan espectacular que cautiva, o incluso lo contrario: alguien que pierde todo su encanto cuando abre la boca. Hombres que llegan a notas musicales que no deberían llegar, o mujeres que podrían imitar a Leonard Cohen sin dificultades. ¿Es un prejuicio nuestro o realmente dice algo de las personas la voz que tienen? ¿Podemos modular nuestra voz o estamos condenados a vivir con la que tenemos?

A veces no nos damos cuenta de cómo nos influyen los aspectos más sutiles, y eso no pasa solo en la publicidad. Nos ocurre todos los días cuando hablamos con personas, que no sabemos por qué alguien nos resulta atractivo, o nos cae mal, o nos genera tanta confianza. Puede ser un gesto, una mirada, el vocabulario que utilice.


El psicólogo norteamericano Albert Mehrabian dividió en porcentajes el impacto que tiene un mensaje oral, y su sorprendente conclusión fue que solo el 7% es verbal, un 38% es vocal y un 55% son señales y gestos. Aunque nos parezca absurdo, en realidad escuchamos mucho más lo que las personas nos transmiten que lo que realmente dicen sus palabras. Esto afecta a la hora de ligar, de hacer amigos e incluso al presentarse en una entrevista de trabajo.


4 Datos curiosos sobre la voz

· Cuando una persona habla con un desconocido al que intenta seducir, si es mujer tiende a utilizar un tono más agudo del que tiene normalmente, y si es hombre hace lo mismo a la inversa, con el fin de ensalzar el atractivo sexual.

· Cuando alguien habla con su pareja, normalmente sube su tono si la pareja lo tiene más alto, o lo baja si su compañero lo tiene más bajo, porque el objetivo es igualarse al otro y acercar los tonos de voz.

· La voz puede transmitir el estado de salud mental de una persona, de acuerdo con un el psicoanalista Paul J. Moses y su libro “La voz de la Neurosis”.

· La voz de una madre a un recién nacido influye mucho en el resto de su vida y en su desarrollo.

Lo interesante de todo esto es que, igual que la voz informa sobre cómo somos, podemos cambiar alguna cualidad de cómo somos si trabajamos nuestra voz. Podemos aumentar la alegría con tonos algo más agudos, transmitir mucha más confianza si empezamos a hablar algo más claro, lento y bajo. Las técnicas de respiración son muy importantes para modular nuestra voz y mejorarla.


Según el psicólogo y otorrinolaringólogo Alfred Tomatis, conocido por el método que lleva su nombre, una persona puede mejorar su voz a través de la escucha de música, como por ejemplo Mozart. Lo más curioso de todo es que esta mejora en la voz tiene efectos positivos en la personalidad completa.


El Estudio Que Explica Que Puedes, Literalmente, Morir De Amor

Que nadie muere por nadie y mucho menos por amor, es la típica frase que acuñamos para consolar a aquellos que acaban de sufrir una decepción o un fracaso amoroso. Pero, ¿qué ocurriría si lo llevamos a la literalidad? No es pura palabrería, una de las investigaciones llevadas a cabo por la Universidad de Glasgow (Escocia), que fue publicado en 2007 con el título ‘La pérdida de la persona amada puede conducir a la muerte’, así lo confirmó.

El estudio recopiló información sobre unos cuatro mil matrimonios de entre 45 y 64 años de edad entre la década de los 70 y el año 2004. En efecto, en muchos de los casos, la pérdida del ser amado, agravó alguna dolencia previamente adquirida por la otra parte de la pareja, llegando incluso a causar su muerte.


Una de las explicaciones que apuntó la investigación, fue la forma en la que se sobrelleva el duelo en los seis primeros meses cruciales tras la ausencia de la pareja. Es en esa fase, cuando puede producirse la muerte del sobreviviente, y siendo en los inmediatos años posteriores, cuando existe un elevado índice de perecer por problemas cardiovasculares. Puede ser tanta la aflicción, que desencadene en un latido irregular del corazón que conduciría a un mayor riesgo de muerte.

No es de extrañar que en Glasgow se adentraran en el estudio mencionado. En la década de los 90, ya se describió por primera vez. Es decir, que se te rompe literalmente el corazón y no de forma poética. Se le denominó Tako-Tsubo porque es el nombre que recibe una vasija abombada y con el cuello estrecho, usada entre los pescadores nipones para atrapar pulpos. La enfermedad se caracteriza por manifestarse de forma similar a un infarto de miocardio, y la parte afectada del corazón adquiere una forma similar a la de esta vasija.



Quizás ahora tenga mucho más sentido la canción que catapultó al estrellato a Alejandro Sanz, con su conocido Corazón partío. Bajo la dulzura que desentraña el amor, su antítesis o la pérdida de éste, nos puede llevar a la muerte. No porque la ausencia de amor signifique tristeza o vacío, sino que has acostumbrado a tu corazón a latir bajo los ritmos de la adrenalina de convivir con tu ser amado, y ahora es el miedo a no saber vivir sin el otro lo que se apodera de ti.

Pero si pensabas que somos los únicos que al tener el corazón roto podemos tener una muerte anticipada, te equivocas. Como no es de extrañar, el reino animal es paralelo al del ser humano. Un ejemplo de ello son los caballitos de mar que, según los científicos, cuando uno de la pareja fallece, el otro se deja morir al poco después de la pérdida de su compañero. Pero no son los únicos, se suele afirmar que los pingüinos eligen a un compañero para toda la vida, y una pérdida de este tipo puede desencadenar una reacción muy similar a la que viven las personas en su etapa de duelo.

Ya lo decía el líder de Joy Division con su Love will tear us apart (el amor nos destrozará), porque cuando perdemos la cabeza por amor, puede que no sea lo único que perdamos.

Mi Novia Está Muerta Y Sigo Recibiendo Mensajes Suyos En Facebook. Necesito Ayuda

Historia basada en el hilo de reddit: My dead girlfriend keeps messaging me on Facebook.

Me llamo Nathan y todo esto empezó el 4 de septiembre de 2013 cuando recibí un mensaje desde el perfil de mi novia Emily que había muerto en un accidente de coche en agosto de 2012. En un primer momento, sentí que el corazón se me salía del pecho pero enseguida superé el shock y me di cuenta de que sería Susan, su madre, escribiéndome por error desde su perfil. No cabía otra explicación.


inRead invented by Teads
Susan me aseguró que no había entrado en el Facebook de Em desde la primera semana después del accidente. Decidí no pensar más en ello. Habría sido un error de Susan, no tiene ni idea de cómo usar un ordenador. Pero, el 16 de noviembre, volví a recibir más mensajes y me di cuenta de que no podía ser un simple malentendido.


Mi parte irracional entró en pánico. Mi novia muerta me estaba enviando mensajes. Mi parte racional también entró en pánico porque una persona que probablemente me conocía estaba intentando joderme la cabeza de la peor manera posible.  Por supuesto, cambié las contraseñas de nuestras cuentas sin entender por qué alguien haría algo así.

A partir de aquí es cuando me animé a pedir ayuda en foros de expertos. Me dijeron que lo mejor era mantener al usurpador interesado para poder rastrearlo y averiguar quién era. Así que respondí a los mensajes. Le hice ver que estaba destrozado, no sólo porque lo estaba, sino porque entendí que eso era lo que querría ese hijo de puta.


Y ahí es cuando me di cuenta. Todos los mensajes que recibía eran una especie de reciclado de antiguas conversaciones que habíamos mantenido. Fuera de contexto resultaban aterradoras, pero todas eran frases que habíamos dicho anteriormente. Eso me dio un poco de paz porque podía significar, simplemente, que se trataba de un virus informático. Un virus macabro y horrible, pero menos horrible que una persona entrando en la cuenta de mi novia muerta con el único fin de volverme loco.

Pero entonces empecé a recibir notificaciones cada dos semanas, más o menos. Emily aparecía etiquetada en fotografías que yo había subido. La etiqueta aparecía siempre en un lugar en el que tenía sentido que Em hubiera estado: en mi casa, sentada a mi lado, en sitios a los que solíamos ir. La etiqueta solía desaparecer justo después de que yo accediera a la fotografía, así que sólo pude conseguir dos capturas.

Recibí, por fin, la información de los accesos a la cuenta de Emily.  Todos los accesos a su cuenta se habían realizado desde mi ordenador o el ordenador de mi trabajo. Cada vez me sentía más perdido. Emily empezó a escribirme con más frecuencia. ¿Cómo podía alguien hacer algo así? ¿Cómo se puede ser tan sumamente miserable?


Unas semanas después, recibí otro mensaje. En él, por primera vez, aparecía una palabra que no era reciclada: “CONGE LÁNDOM E”. Releí todas las conversaciones que habíamos tenido a lo largo de los cinco años que estuvimos juntos porque necesitaba que fuera una casualidad. Pero no. Era una palabra nueva.

Nueva.

No repetida.

Nueva.



Y así llegamos al momento presente. No sé qué hora es, pero me termino la botella que abrí ayer. Entro en Facebook y le escribo. Debería haberlo superado, debería saber que es un hacker, pero en el fondo sé que lo único que quiero al acabar el día es recibir una notificación y me contesta: “Deberías dejarme andar”.


Me quedo mirando al ordenador. “Deberías dejarme andar”. Nadie sabe que el accidente le cercenó las dos piernas. Termino la botella y me tomo otro somnífero. Necesito callar mi cabeza. En un estado de semi-inconsciencia transformo su perfil en una página “in memoriam”. Se acabó. Duele. Es definitivo. Pero es lo que tendría que haber hecho hace mucho tiempo.


Han pasado varias semanas. Desde que cerré el perfil, no he recibido nada. Hasta hoy. Otra vez se trata de conversaciones recicladas, pero esta vez son fragmentos de los mensajes que le envié en el día de su muerte. No puedo más. No sé a quién acudir. Entro a Reddit y cuento mi historia.

Leer los comentarios en el foro es como leer las dos partes de mi cabeza. Unos tienen claro que es un hacker. Otros creen que es Em, que trata de decirme algo. Todos me aconsejan, sigo asustado, pero siento gratitud. 


Algunas personas del foro empiezan a decir que era yo mismo quien estaba enviando los mensajes desde la cuenta de Emily pero que no soy capaz de recordarlo.  Todos sus accesos se han hecho desde mi casa o desde mi trabajo. ¿Puede que el dolor me haya vuelto loco? Pero he visto el circulito verde junto al nombre de Emily muchas veces. He visto la palabra “escribiendo”. No puedo ser yo, no puedo estar escribiendo y viendo eso a la vez, ¿no?



Pensaba que congelar su perfil había supuesto el punto final a todo esto. Pero acabo de ver una fotografía en el muro. Soy yo. Es mi ordenador. Es mi silla. Es de hace un par de horas. Alguien la ha sacado desde el otro lado de la ventana. Tengo demasiado miedo como para salir a la calle. Agarro mi tablet y corro al garaje. Escribo en el foro. Necesito que la gente sepa lo que está pasando. No puedo ser yo quien escribe los mensajes, no puedo haberme sacado una foto a mí mismo. No sé qué pensar. ¿Es Emily? ¿Quiere que la deje ir? ¿Necesita andar? ¿Alguien me odia y quiere que me destruya a mí mismo? ¿Qué significa esa foto? Escribo en el foro, necesito encontrar fuerzas para subirme al coche para ir a casa de unos amigos. Me tiemblan las manos.


No puedo salir del garaje. No encuentro la puerta, no encuentro las llaves, no me encuentro a mí. Miro en el foro, que alguien me ayude, que alguien me pregunte dónde vivo, que alguien me saque de aquí, que alguien me saque de mí. Un usuario me envía ánimos. Un usuario nota que, en la foto colgada, hay barrotes en la ventana. Como los de un psiquiátrico que hay al lado de su casa. Pero yo estoy en mi casa, estoy en el garaje, las paredes son blancas. Oigo a alguien llorar en la habitación de al lado. No entiendo nada, vivo solo. No recuerdo haber comprado estas pastillas. A lo mejor mi amigo ha venido a buscarme. Ella me parece más real en ese estado. Las ventanas de mi casa no tienen barrotes. ¿Las ventanas de mi casa tienen barrotes? ¿Dónde estoy? ¿Estoy en el garaje? Congelándome. Ella. Ella es más real. Frío. Yo soy más real. Em = Me. Emily, abre la puerta. Abre la puerta, Emily. Sus piernas.

Llaman a la puerta. La puerta se abre como un corazón.

Las Mejores Técnicas Para Decir Las Cosas Sin Que Al Otro Le Molesten

La sinceridad, como tal, está sobrevalorada. Me llama mucho la atención esa clase de personas que cuando dicen las cosas, sea cual sea la perla que sale de su boca, lo justifiquen y lo apoyen con que son sinceros. Existe una línea muy fina entre la sinceridad y el sincericida, la extraordinaria capacidad de ser un francotirador de tu propia verdad.

Un poco de sinceridad es algo peligroso; demasiada sinceridad, es absolutamente fatal. Oscar Wilde.


Al final, el objetivo de ser sincero es transmitir a otras personas un punto de vista, y hacer que con ello conozcan una verdad o recapaciten y replateen un pensamiento; si no se consigue esto último, tu aportación no valdrá absolutamente de nada. Por otro lado, es muy importante aprender a decir lo que piensas o sientes, sin miedo a no ser lo que esperan los demás. Es un ejercicio de coherencia con uno mismo y de aportación a los demás.


Una buena forma de expresar un pensamiento se sitúa justo en el tramo intermedio entre la asertividad y la empatía y existen muchas técnicas de comunicación que podrán ayudarte a conseguir tu objetivo final: decir aquello que deseas expresar y que sea recibido con los brazos abiertos.

1. La técnica del sandwich

Estructura de la conversación: Positivo + negativo + positivo.

Sigue esa estructura para expresar algo empezando con lo positivo y terminando de la misma manera. Tener un buen comienzo y buen final es una fórmula de éxito asegurado que, en primer lugar, te prepara el terreno para ser escuchado con atención y buena predisposición para encajar tus palabras y, por último, te da la oportunidad de terminar y cerrar con un mensaje positivo.

Ejemplo práctico: “Gracias por tu propuesta, me parece muy interesante y voy a tomar nota de todo aquello que considero que encaja en el proyecto pero creo que voy a continuar por el camino que había decidido tomar. ¿Te parece si te lo enseño al acabar? Creo que puedes aportarme un buen punto de vista”.

2. La técnica del boomerang

Estructura de la conversación: Escucha + asume tu error + ser escuchado.


Escuchar con atención y empatía la opinión de otras personas y asumir tus posibles equivocaciones o errores te dará muchas posibilidades de recibir exactamente lo mismo. Es una posición de comienzo de una conversación más que justa ya que le da la oportunidad a la otra persona de expresarse y recibir la atención y comprensión que seguramente necesite. Si es necesario, se honesto y continúa asumiendo errores o debilidades, primero porque es una buena forma de demostrar que estás en disposición de conversar y segundo porque es una buena forma de manifestar que eres consciente de que tú también cometes errores.

Ejemplo práctico: “… tienes razón y te entiendo. Por mi parte, perdona si te ha molestado algo pero creo que malinterpretaste mis palabras.”

3. La técnica del destape

Estructura de la conversación: Siento que + refuerzo positivo

Las emociones se contagian al hablar de ellas porque cuando expresas lo que sientes la gente empatiza contigo al conocer la emoción exacta a la que te estás refiriendo. Una emoción, estés equivocado o no en el motivo que crees que la puede producir, no se puede discutir porque nadie puede rebatir cómo tú te sientes. La gente no suele ser consciente de las consecuencias de sus acciones sobre el estado emocional de los demás por lo que describir tus emociones es un acto de destape que probablemente sorprenda a muchos y les haga reflexionar.