La sinceridad, como tal, está sobrevalorada. Me llama mucho la atención esa clase de personas que cuando dicen las cosas, sea cual sea la perla que sale de su boca, lo justifiquen y lo apoyen con que son sinceros. Existe una línea muy fina entre la sinceridad y el sincericida, la extraordinaria capacidad de ser un francotirador de tu propia verdad.
Un poco de sinceridad es algo peligroso; demasiada sinceridad, es absolutamente fatal. Oscar Wilde.
Al final, el objetivo de ser sincero es transmitir a otras personas un punto de vista, y hacer que con ello conozcan una verdad o recapaciten y replateen un pensamiento; si no se consigue esto último, tu aportación no valdrá absolutamente de nada. Por otro lado, es muy importante aprender a decir lo que piensas o sientes, sin miedo a no ser lo que esperan los demás. Es un ejercicio de coherencia con uno mismo y de aportación a los demás.
Una buena forma de expresar un pensamiento se sitúa justo en el tramo intermedio entre la asertividad y la empatía y existen muchas técnicas de comunicación que podrán ayudarte a conseguir tu objetivo final: decir aquello que deseas expresar y que sea recibido con los brazos abiertos.
1. La técnica del sandwich
Estructura de la conversación: Positivo + negativo + positivo.
Sigue esa estructura para expresar algo empezando con lo positivo y terminando de la misma manera. Tener un buen comienzo y buen final es una fórmula de éxito asegurado que, en primer lugar, te prepara el terreno para ser escuchado con atención y buena predisposición para encajar tus palabras y, por último, te da la oportunidad de terminar y cerrar con un mensaje positivo.
Ejemplo práctico: “Gracias por tu propuesta, me parece muy interesante y voy a tomar nota de todo aquello que considero que encaja en el proyecto pero creo que voy a continuar por el camino que había decidido tomar. ¿Te parece si te lo enseño al acabar? Creo que puedes aportarme un buen punto de vista”.
2. La técnica del boomerang
Estructura de la conversación: Escucha + asume tu error + ser escuchado.
Escuchar con atención y empatía la opinión de otras personas y asumir tus posibles equivocaciones o errores te dará muchas posibilidades de recibir exactamente lo mismo. Es una posición de comienzo de una conversación más que justa ya que le da la oportunidad a la otra persona de expresarse y recibir la atención y comprensión que seguramente necesite. Si es necesario, se honesto y continúa asumiendo errores o debilidades, primero porque es una buena forma de demostrar que estás en disposición de conversar y segundo porque es una buena forma de manifestar que eres consciente de que tú también cometes errores.
Ejemplo práctico: “… tienes razón y te entiendo. Por mi parte, perdona si te ha molestado algo pero creo que malinterpretaste mis palabras.”
3. La técnica del destape
Estructura de la conversación: Siento que + refuerzo positivo
Las emociones se contagian al hablar de ellas porque cuando expresas lo que sientes la gente empatiza contigo al conocer la emoción exacta a la que te estás refiriendo. Una emoción, estés equivocado o no en el motivo que crees que la puede producir, no se puede discutir porque nadie puede rebatir cómo tú te sientes. La gente no suele ser consciente de las consecuencias de sus acciones sobre el estado emocional de los demás por lo que describir tus emociones es un acto de destape que probablemente sorprenda a muchos y les haga reflexionar.
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