Huang Dafa, el hombre que ha invertido 36 años de su vida en mejorar el bienestar de sus conciudadanos. Este anciano chino de 89 años de edad construyó un canal de 9.400 metros que rodea tres montañas con sus propias manos, con el objetivo de llevar agua a su localidad, de la que es alcalde.
Su gran proyecto comenzó allá en 1959, cuando los vecinos de un pequeño pueblo llamado Caoyuanba, situado en la cordillera de la provincia de Guizhou, China, apenas disponían de agua potable para sobrevivir, un recurso al que solo tenían acceso a través de las aguas pluviales y de un pequeño riachuelo que terminó secándose.
Antes del canal, Dafa recuerda cómo todos los vecinos de Caoyuanba debían dosificar el agua que gastaban cuidadosamente. “Si uno se llevaba mucha agua, los demás nos quedábamos sin ella”, explica.
Pero eso no es todo, antes de la consumación del proyecto, cultivar y consumir ciertos productos era un lujo que no podían permitirse diariamente. Por ejemplo, si el resto del país comía arroz casi a diario, los vecinos de esta pequeña localidad solo podían tomarlo en ocasiones especiales. Es más, solamente podían permitirse plantar patatas y maíz.
De hecho, la mayoría de pueblos vecinos se referían a Caoyuanba como “esa zona pobre”, pues no disponía de agua, electricidad y, mucho menos, de carreteras. Muchos vecinos se marcharon para intentar encontrar una vida mejor debido a la escasez de recursos. Por este motivo, Dafa decidió emprender un nuevo camino para conseguir que Caoyuanba fuese un pueblo habitable.“Por eso decidí que el pueblo debía tener tres cosas: luz, una carretera de acceso y agua”, añadió.
En primer lugar, visitó a los pueblos más próximos, para averiguar si alguno tenía suficiente agua como para poder compartirla con el suyo. Por suerte, en Yebiao encontró lo que buscaba. Solo existía un inconveniente: ambas localidades se encuentran separadas por 10km de montañas.
Así fue como, movido por su consistente deseo, Dafa decidió estudiar hidrología. A los 53 años, solicitó trabajar en el departamento de aguas de una ciudad cercana y allí empezó a descubrir cómo podría realizar su sueño.
Durante 3 años, acumuló un amplio conocimiento sobre el tema y decidió poner en marcha su plan. Cuando juntó los fondos necesarios, principalmente procedentes del gobierno local y de las donaciones de los residentes de Caoyuanba, Dafa lideró al grupo de 200 trabajadores que participaron en la construcción del canal.
36 años después, en 1995, se inauguró la obra de ingeniería que, sumada a la llegada de la electricidad y el acceso por carretera, cambió significativamente la calidad de vida de todos los habitantes de Caoyuanba, cuya población empezó a crecer.
La increíble historia de Huang, de una decisión que ha impresionado al mundo, es un ejemplo perfecto de que la voluntad del ser humano puede llegar a ser realmente irrefrenable.
Si todos los políticos y responsables del pueblo hicieran lo mismo en vez de saquear todo iría mucho MEJOR
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