La maestra cuenta que las cosas se ponen difíciles cuando llueve, debido a que el cauce de los ríos aumenta y le cuesta más cruzar de un lado a otro.
Hay profesores que son verdaderos ejemplos de vocación y servicio. Elizabeth Miranda debería estar en la lista de las educadoras más comprometidas no sólo de su país, sino que del planeta. Lo que hace es realmente impresionante. Ella debe cruzar 5 ríos y caminar un trayecto de dos horas para ir a enseñar a los niños de una escuela en Sitio Barogante, en Mindoro, Filipinas.
Elizabeth es la única profesora del centro educativo, por lo que el aprendizaje de los alumnos depende totalmente de las clases que imparte. Ella asegura que todo el sacrificio vale la pena. Los niños están recibiendo una educación de gran calidad y eso ya está dando frutos.
La maestra cuenta que las cosas se ponen difíciles cuando llueve, debido a que el cauce de los ríos aumenta y le cuesta más cruzar de un lado a otro.
La gente del sector se ha organizado para ayudarla. Le han armado una especie de balsa precaria en la que ella puede sentarse y atravesar a la otra orilla.
Los niños de su escuela son muy pobres. El establecimiento mismo no tiene televisores ni ninguna de las herramientas “tecnológicas” que la mayoría de las escuelas utiliza. Sin embargo, los pequeños han sabido apreciar otro tipo de cosas y sacan lecciones de vida de la perseverancia de su profesora. A pesar de los obstáculos, ellos se muestran alegres y han aprendido a entretenerse con lo que tienen a mano.
Cada vez que Elizabeth piensa en rendirse, recuerda lo mucho que están aprendiendo sus alumnos y el prometedor futuro que tendrían si ella sigue con su tarea. Eso le da fuerzas para continuar.
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