“Me cortó, me rompió las costillas, los dedos, los vasos sanguíneos en mi mano, mi boca, ennegreció mis ojos. Creo que mi nariz siempre estaba rota”.
De verdad es una tristeza este tipo de noticias, pero me da un poco de fe que la hayan liberado. Hace unos meses escribí sobre Bresha Meadows, una niña que, con tan sólo 14 años, disparó a su padre por años de abuso. 10 meses se tardaron en darle su sentencia, y hoy al fin será liberada. Pero aunque gran parte de su familia está feliz por ellos, otros están furiosos. Una historia donde el acosado tomó la justicia por sus propias manos y salió triunfando, aunque eso significó terminar con la vida de su propio padre.
En julio de 2016 salió una noticia que hizo temblar completamente al mundo: una niña de 14 años mató a su propio padre tras años de abuso.
Bresha Meadows, quien tenía 14 años el 28 de julio del año pasado (hoy 15), mató a Jonathan Meadows, de 41 años, con su propia pistola, para luego decirle a su madre “ahora mami, eres libre”.
Fue arrestada y acusada de asesinato agravado. Su madre, Brandi Meadows, sin embargo, llamó a su hija una “heroína” por matar al hombre que abusó de ella y a otros miembros de la familia por años.
“Ella es mi heroína” dijo Brandi. “Yo no era lo suficientemente fuerte como para salir y ella nos ayudó a todos”.
Después de la detención de su hija, la mujer dijo a los medios que el abuso de su marido la habían dejado en el hospital al menos 20 veces en 20 años.
“Me cortó, me rompió las costillas, los dedos, los vasos sanguíneos en mi mano, mi boca, ennegreció mis ojos. Creo que mi nariz siempre estaba rota”.
La tía de Meadows, Maritina Latessa, policía, dijo que su sobrina había huido dos meses de su casa “porque el padre estaba golpeando a la madre y amenazando con matar a toda la familia”.
Hoy, diez meses después, Bresha al fin recibió su veredicto: fue liberada.
La muchacha será puesta en libertad en un centro de tratamiento residencial. Allí recibirá tratamiento durante seis meses. Si todo va bien, puede irse a casa.
“Ella sonrió hoy, y por primera vez realmente sentí que esa sonrisa era genuina. Empezó a hablar de su futuro por primera vez y le complace saber que su caso puede ayudar a otros niños en su misma situación”, dijo su madre.
Más de 29 mil personas habían firmado una petición para liberarla de la cárcel.
Pero mientras gran parte de la familia celebra esto, otros simplemente están furiosos.
La hermana de Jonathan, Lena Cooper, no estuvo de acuerdo con que su hermano era abusivo.
“Mi hermano no era un monstruo violento. Es un complot y mi familia no está de acuerdo con esto”.
Antes de que liberaran a su sobrina, Cooper dijo: “Ella (Bresha) necesita ayuda. No debería estar caminando libre. La amo, pero hay algo mal aquí. Un niño no sólo dispara a su padre. Tiene problemas psicológicos“.
Ella también niega que su hermano abusara de su familia.
“Eso es lo que es tan desalentador… esto fue frío y calculado, mi hermano fue asesinado. No había señales de abuso o cualquier otr acosa en esa casa”.
Su hermano tampoco creía en las acusaciones de abuso. “Esto no tiene nada que ver con el abuso” dijo James Blount a la salida. “No. Bebía un poco, tenía la forma en que hacía las cosas, pero mi hermano no era así como lo describen“.
Sin embargo, los reportes oficiales prueban lo contrario: Jonathan sí era abusivo.
En 2011, la madre de la chica solicitó una orden de protección para mantener a su esposo lejos de ella y de sus hijos.
Los registros de la policía muestran que fueron llamados a la casa después de que Jonathan había intentado matar a Brandi y a sus tres hijos. Los cargos fueron presentados, pero quedados en el olvido.
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