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lunes, 2 de abril de 2018

Cajera se burla de anciana en la tienda – la brillante réplica de la abuela la deja sin palabras

Las viejas generaciones contribuyeron tanto en su día. Han vivido distintos periodos y, por supuesto, entienden bien cómo han cambiado las cosas a lo largo del tiempo. Un resultado de esto es que ellos tienen una valiosa experiencia frente a los más jóvenes.

Desafortunadamente, éste no es un hecho que siempre se respeta. Los jóvenes a veces piensan que saben más que sus mayores, sin pensárselo mucho. Esto es exactamente lo que pasó con una anciana cuando fue a pagar su compra con la cajera en un supermercado. Su conversación se ha hecho viral y ha sido compartida en Facebook 1,5 millones de veces. No es difícil ver el porqué.

No está claro si ésta es una historia de ficción o si su origen se ha perdido en los anales de Facebook. Para mí, de dónde procede es irrelevante teniendo en cuenta el contenido.

En cualquier caso, empieza con una anciana acercándose a una mujer que va a empacar su compra. La cajera le pidió que trajera sus propias bolsas a la tienda porque “las bolsas de plástico no son buenas para el medioambiente”.

La anciana se disculpó y trató de explicarse: “No teníamos esta ‘cosa verde’ en el pasado’.

En lugar de aceptar esta respuesta, la cajera siguió: ‘Ese es nuestro problema hoy. Tu generación no se preocupaba lo suficiente por nuestro medioambiente para las futuras generaciones’.

Fue entonces que la señora reaccionó con sorpresa. Su respuesta es algo que todos deberían leer y entender.

La anciana decidió que no iba a aceptar más reprimendas y dijo:

‘En aquellos tiempos, devolvíamos las botellas de leche, las botellas de soda y las botellas de cerveza a la tienda. La tienda las enviaba a la planta para que las limpiaran, esterilizaran y las rellenaran, así se podían usar las mismas botellas una y otravez. Así que realmente se reciclaban. Pero no teníamos esa ‘cosa verde’ en aquellos tiempos’.
Ella continuó: ‘Las tiendas de alimentos embolsaban nuestra compra con bolsas de papel que reutilizábamos para numerosas cosas. La más común más allá de como bolsa de basura era usar estas bolsas marrones de papel para cubrir los libros de la escuela. Esto se hacía para asegurarse de que la propiedad pública (los libros que nos proporcionaban para la escuela) no resultara dañada por nuestras travesuras. Entonces podíamos personalizar nuestros libros con las bolsas de papel marrones. Pero, qué mal que no teníamos esa ‘cosa verde’ entonces”.

La cajera retrocedió, pero la mujer siguió hablando.

‘Entonces teníamos una televisión, o radio, en la casa. no una TV en cada habitación. Y la TV tenía una pequeña pantalla del tamaño de un pañuelo (¿Los recuerdan?), no una pantalla del tamaño del estado de Montana. En la cocina molíamos y mezclábamos a mano porque no teníamos máquinas eléctricas que lo hicieran todo por nosotros. Cuando empacábamos un objeto frágil para enviarlo por correo, usábamos periódicos viejos, no espuma o plástico con burbujas. Entonces, no quemábamos gasolina o encendíamos un motor para cortar la hierba. Usábamos un cortacésped a tracción humana. Nos ejercitábamos trabajando así que no necesitábamos ir a un gimnasio y correr en una cinta que usa electricidad. Pero tienes razón, no teníamos esa ‘cosa verde’ entonces.
Llegados a este punto, otro cajero abrió una cola en otro carril. Sin embargo, la anciana aún no había terminado.

Ella insistió: “En aquel entonces lavamos los pañales de bebé porque no teníamos del tipo que se tira. Secábamos la ropa en una línea, no en una máquina que consume energía y quema hasta 220 voltios. El viento y la energía solar realmente secaban nuestra ropa en aquellos días. A los niños les regalaban ropa de sus hermanos o hermanas, no siempre ropa nueva.

“En aquel entonces, la gente tomaba el tranvía o un autobús y los niños montaban sus bicicletas a la escuela o caminaban en lugar de convertir a sus madres en un servicio de taxi de 24 horas en el SUV o furgoneta de $ 45,000 de la familia, lo que costaba una casa entera antes de la ‘cosa verde’”.
Entonces la anciana finalmente alcanzó su crescendo:

“¿No es triste que la generación actual se lamente de lo derrochadores que nosotros, los viejos, éramos simplemente porque no teníamos la ‘cosa verde’ en aquel entonces?”

Naturalmente, el cajero se quedó sin palabras. La anciana empacó sus propios productos y abandonó la tienda. Estoy seguro de que la joven empleada lo pensará dos veces antes de discutir con la generación anterior en cuanto a conciencia ambiental se refiere. Las personas más jóvenes a menudo piensan que saben más y, aunque a veces ese sea el caso, siempre es importante escuchar a las personas mayores que han visto y hecho cosas que sus contrapartes más jóvenes no han hecho.

¡Por favor, comparte esta historia si estás de acuerdo y piensas que la anciana dio la respuesta perfecta!

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