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miércoles, 9 de agosto de 2017

Pensó que eran picaduras de insectos, pero cuando el veterinario lo vio, llamó a la policía

Quienes amamos a los animales sabemos que son seres que merecen todo nuestro amor, atención, respeto y cuidados, pero desafortunadamente todavía existen personas a quienes no sólo no les gusta acercarse a ellos, sino que encima los lastiman sin consideración.
Hayden Howard, de Seymour, Estados Unidos, tiene como mascota un mastín inglés al cual llama “Jack”, al que le tocó ser víctima de la crueldad de la gente aun sin hacer absolutamente nada para merecerlo.
Para suerte de “Jack”, Hayden lo considera un integrante más de su familia, y al notar que tenía en su cuerpo unas erupciones, rápidamente lo llevó al veterinario para que le curara lo que en un principio pensó eran picaduras de insectos. Lo que nunca imaginó fue lo aterrada que se iba a sentir al descubrir que se trataba de orificios. 
En la clínica los médicos le informaron que los orificios se debían a disparos de balines. Hayden no pudo contener el llanto al darse cuenta de que su compañero tenía heridas semejantes en cara, patas y estómago.
Después de que le entregaron los balines que quitaron del cuerpo de “Jack”, Hayden no podía creer que fueran tantos, y que alguien hubiera sido capaz de desahogar de esa manera su maldad.
Para que los doctores sacaran cada uno de los 33 balines que tenía el indefenso animal, tuvieron que rapar todas las partes afectadas. Aun así, dejaron alrededor de 20 plomos que les fue imposible sacar. Y como si eso fuera poco, encontraron alrededor de 15 orificios vacíos, por lo que suponen que los impactos lo lastimaron pero no atravesaron la piel, sólo rebotaron. 
Si sacamos cuentas de la cantidad de impactos que recibió “Jack”, estamos hablando de que quien disparó lo hizo por casi 70 veces, lo cual comprueba que es un ser lleno de maldad e incapaz de mostrar ningún tipo de compasión.
Al investigar, las autoridades encontraron unos balines junto al árbol del patio trasero de la casa de Hayden, sospecharon que quien disparó fue el vecino, y lo corroboraron al inspeccionar la casa y encontrar tanto la pistola como los balines. 
El responsable resultó ser Tom Woodward y fue inmediatamente arrestado. Tiene antecedentes criminales y ahora agrega el cargo de crueldad hacia un animal. Las pruebas arrojaron que los balines encontrados en su casa coincidían con los extraídos del cuerpo de “Jack” y fue sentenciado a varios años de cárcel, además de tener prohibido acercarse a un animal.
Por suerte para “Jack” y para su dueña, esta historia tuvo final feliz, pero lamentablemente no todos los casos son iguales, por lo que debemos seguir haciendo conciencia de lo importante que es detener el maltrato animal.

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