Todos tenemos una viga, pero vista de lejos parece paja.
Nuestra viga nos hace ser ciegos ante nuestras miserias y miedos y nos impide ver
nuestro interior, pero nos deja ver la viga del otro…que nos parece paja, por aquello
de la lejanía.
Acostumbrados a mirar al exterior, dejamos de lado nuestra consciencia.
Siempre nos gusta que la vida transcurra de una cierta forma, sin embargo, la vida es
hoy.
Hoy es como es, mañana no lo sabemos.
Pero vamos mas allá y pensamos que hoy ya lo estamos pasando con lo que nos
preocupamos de que va a pasar mañana.
Por esta misma cadencia, no pensamos en nosotros, no somos conscientes de que
existimos…por lo que nos dedicamos a ver a los demás.
Como actúan, que dicen, que hacen y siempre damos nuestra opinión, mas o menos
agradable, mas o menos sensible, pero la damos..
A veces, cuando somos conscientes de nuestro yo , y manifestamos algo, caemos en
la cuenta, de nuestra propia viga.
Piensa que el otro, tiene paja que no nos gusta…pero y la nuestra?…
La perspectiva es que si el otro tiene paja, nosotros tenemos una viga…
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