Puede que Adán y Eva lo hayan logrado en la Biblia, pero hablando en términos científicos, ¿dos personas serían suficientes para repoblar nuestro mundo desde cero? (Dejando de lado los inevitables problemas a la salud relacionados con la endogamia y un patrimonio genético limitado)
Primero que nada, hay que tener en cuenta los problemas obvios. La primera ‘nueva’ generación obviamente sería conformada por hermanos y hermanas; la segunda, todos primos. Múltiples estudios han mostrado que cuando estos parientes tienen hijos, los resultados no son los más óptimos.
Un reporte que observó a niños checos nacidos de padres que eran parientes entre 1933 y 1970, descubrió tasas más altas de mortalidad infantil e incapacidades físicas y mentales. Después, también está el ejemplo de la isla de Pingelap, en donde, debido a un devastador tifón que dejó a sólo 20 sobrevivientes disponibles en la isla para repoblarla, hay una alta incidencia de daltonismo entre sus pobladores.
Existen muchos estudios al respecto, pero el problema subyacente es el mismo a través de todos los ejemplos: un acervo genético pequeño. Las raras enfermedades genéticas usualmente son el resultado de dos copias de genes que son pasados por la madre y el padre. Si esos padres también son hermana y hermano, es mucho mas probable que los genes serán similares. El problema después se propaga a través de generaciones.
Y eso no es todo. La diversidad genética permite que las especies superen problemas y consigan adaptarse a los cambios del entorno y eso es precisamente lo que se pierde cuando parientes se reproducen. También se sabe que la endogamia afecta la calidad del esperma.
Hasta ahora las cosas no se ven muy bien, pero sí habría esperanza para estos nuevos pobladores de la Tierra. La historia de la civilización humana muestra que pequeñas muestras de sobrevivientes han conseguido crecer en numero y superar las probabilidades detrás de la genética: por ejemplo la comunidad de los huteritas en Norte América desciende de sólo 18 familias.
“La evidencia para los efectos a corto plazo de una diversidad genética pequeña es muy fuerte, pero todas estas cosas son probabilísticas,” dice el antropólogo John Moore a la BBC, quien trabaja en conjunto con la NASA investigando como los seres humanos podrían colonizar otros planetas. "Hay historias de increíbles viajes de vuelta del borde del abismo - todo es posible."
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