Una nueva superpotencia está creciendo y nadie lo nota. Alejada de los continentes y pasando así desapercibida por muchos, una nueva tierra se crea poco a poco pero al día de hoy ya es cinco veces más grande que Corea del Norte.
Esta potencia es parásita, no está buscando conquistar, no tiene planes para derrocar gobiernos, simplemente su naturaleza es destructiva para nosotros y lo peor de todo es que nosotros somos los que la creamos.
Wasteland es como se le conoce a éste continente que es una gran masa de botellas de plástico en medio del mar. Desde hace décadas se ha advertido de la contaminación marítima y aunque en años recientes las acciones han crecido, aún son mínimas para contrarrestar el efecto negativo que hemos ocasionado a los océanos.
Por razones como esas la organización Surfers Against Sewage ha creado un buque de guerra, pero ha sido construido simple y esencialmente con botellas de plástico que llegan a las costas de Gran Bretaña todos los días.
El buque de guerra no saldrá al mar, pues lo último que éste necesita es más plástico, pero sin duda la demostración de lo que se puede hacer con el material que poco a poco crea una masa en el mar que ya es más grande que muchos países sirve para llamar la atención de cómo estamos dañando al medio ambiente.
Y es que ya no se trata sólo de recicla. Se necesitan innovaciones en el ámbito tecnológico que nos permitan contaminar menos y sobre todo, necesitamos una nueva conciencia ambiental. Apenas un siglo de consumismo desmedido y a partir de la Revolución Industrial nos hemos convertido en los asesinos del planeta.
El buque no está en el mar atacando, pues su lucha está en la playa, nosotros somos el enemigo que hay que combatir, nosotros somos los únicos que podemos contrarrestar el efecto negativo que existe a causa de nuestra necesidad de tener más objetos por menos dinero.
La próxima vez que visites una playa mira todo lo que la marea trae, poco a poco la invasión de ese continente se despliega hacia nuestras costas y es cuestión de tiempo antes de que perdamos la guerra.
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