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jueves, 15 de marzo de 2018

La valiente historia de la niña que saboteó su propia boda

El pasado 4 de noviembre, Monika esperaba a ser peinada y maquillada. Se iba a poner su sari granate de boda, como manda la tradición. Pero algo cambió. Ella no quería casarse, como le sucede a miles de niñas en su país, en las que nadie repara hasta que es demasiado tarde. Pero Monika cambió su historia. Esta niña india pidió ayuda para detener su boda y lo logró.

Las joyas elegidas para la ocasión adornarían sus orejas y su nariz, y también cubrirían su cuello. Para esta boda india, sus manos también serían pintadas con complejos remolinos de henna. 

Había mucho por hacer. Pero a pocas horas de la ceremonia, nadie se dio cuenta de que la novia se escondía entre las sombras de la casa familiar para hacer una última llamada telefónica. No llamaba a un amigo, ni para comprobar que todo estaba listo en el lugar donde se iba a celebrar la boda. Nerviosa, Monika marcó cuatro dígitos: 1098.  

Monika contactó con Childline, una línea nacional de ayuda para niños. Había visto en libros el número fácil de recordar: 10-9-8. Agarró un teléfono y llamó. Solo faltaban unas horas para su boda. Pero fue suficiente para que lograran rescatarla.
Contra la ley 

Demasiado joven para casarse bajo las leyes indias, Monika quería detener su propia boda. La niña india tenía 13 años cuando se iba a celebrar su matrimonio. Así lo asegura la organización benéfica que la ayudó y sus registros escolares. Sus padres dicen que tiene más de 17. 

Lo que no está en duda es que sigue siendo una niña y que la ley solo permite los matrimonios a partir de los 18 años. Además, nadie debería ser casado por obligación.

En la búsqueda 

Fue en septiembre del año pasado cuando su padre, Ganesh, se levantó al amanecer para llevar a cabo una importante misión. Al regresar a su casa en un barrio pobre de Bikaner, en el noroeste del país, se sentó junto a la madre de Monika, Sita, para darle una noticia a la niña. 

"Mamá y papá me dijeron que habían encontrado un hombre para mí en Churu (a casi 200 kilómetros) y que era muy amable, educado y trabajaba como obrero", recuerda Monika. 

Cuando se le pide que describa a quien iba a ser su marido, ella no muestra ninguna emoción que nunca lo había visto, pero que sus padres le enseñaron una fotografía. Él tenía 22 años. Pero ella estaba decidida, no quería casarse por obligación.
Su último recurso 

Monika comenzó a tener dudas. "Sentía que era muy joven y que no debería casarme. Quería estudiar y ser maestra". Con esa convicción, la niña llamó al 1089, un número fácil de recordar correspondiente a una organización que protege los derechos de las niñas y niños y que ella había visto en una publicidad.

"Les dije que no quería casarme y ellos me preguntaron por qué. Les expliqué que una niña debería tener al menos 18 años". 

Preeti Yadav con su organización, Urmul Trust, atiende casos de la línea de ayuda para niños y fueron quienes ayudaron a Monika. Preeti ha visto entre 20 y 25 casos de matrimonio infantil en lo que va de año. Esta práctica está prohibida en India desde 2006, pero aún está muy extendida y es el país del mundo con mayor número de casos, según Unicef. 

 "La situación está cambiando y la edad promedio de las niñas que se casan está aumentando. Solía ser de entre 10 y 11 años, pero ahora es de entre 14 y 15", dice Arvind Ojha, líder de la organización Urmul Trust. 

Según Unicef, 12 millones de niñas (una de cada cinco en el mundo) son casadas cada año antes de cumplir los 18 años.

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