En un mundo donde todo parece que es mierda, egoísmo y egocentrismo puro, de repente, casi sin esperarlo, un rayo de luz en forma de tregua parece que nos alcanza. Vivimos en una sociedad donde hemos normalizado tanto los malos gestos que cuando nos llega una sonrisa se nos queda parapléjico el cerebro. Pero aun así, a pesar de todo lo que se está cociendo, a pesar de las desigualdades, las guerras, las luchas y la violencia, hay algo que parece que aún sigue intacto: la bondad de algunas personas.
1. Historias al alcance de todos
Con eso de que Wert no hace más que empujar la desigualdad social a través de planes que no tienen consistencia alguna, en algunos puntos del mundo hay alguien haciendo fuerza por acercar la literatura a cualquier lugar. Es el caso de esta librería que, sin pagar ni un euro a cambio, te permite regalarte un libro y disfrutar de las buenas historias que se tejen en las páginas de los libros.
2. Tú pon tu cabeza, nosotros te lavamos la ropa
El bucle que nunca termina. Si estás parado, no tienes dónde dormir y además no puedes lavarte la ropa, ¿cómo piensan prepararse las entrevistas si ni siquiera pueden permitirse algo tan básico como oler a limpio? Esta empresa se dedica a ayudar a los transeúntes que buscan segundas oportunidades limpiándoles la ropa para ir a las primeras entrevistas más níquel que tú y yo juntos. Chapeau.
3. Las manifestaciones que salvarán el mundo
No todo es rencor y odio. De hecho, la mayoría de las manifestaciones se basan en algo tan simple como la reivindicación de lo que la sociedad considera que es justo. Sin embargo, más allá de la libre organización de siempre, en Kiev hicieron algo totalmente distinto. Un hombre tocó el piano de forma tan pacífica ante cientos de policías que resultó imposible paralizar el proceso con tanta belleza. Un ejemplo de valentía, y de buen gusto.
4. Te cambio mi libro por el tuyo
En las calles de Barcelona, al igual que en muchas de España y probablemente del mundo, ocurre algo mágico. Sobre los bancos de la ciudad a veces pueden verse libros. No están solos, aunque lo parezcan, simplemente están esperando a que alguien les escoja. El procedimiento es muy sencillo. Si vas caminando y ves alguno, no te pongas nervioso. Puedes cogerlo, llevártelo a tu casa y leerlo. Si te gusta, podrás quedártelo, pero a cambio tú deberás hacer lo mismo y dejar libre alguno de tu estantería para que otros lo disfruten. Una bellísima cadena de compartir palabras e historias eternas.
5. El taxista que ofrece trayectos gratis a niños enfermos
Se llama Rafael Segura y no es ningún héroe. Simplemente es una de esas personas que no solo se conforma con saber el bien, sino que además lo acaba poniendo en práctica. Ha adaptado su coche y lo ha adornado con motivos infantiles y ahora se dedica a transportar gratuitamente a niños enfermos.
6. No hay límites para tocar el cielo
Esto es lo que pasó durante un concierto en Korn. Sobra decir nada más porque queda bastante claro cuál es el concepto de trabajo en equipo.
7. Por mis cojones, tú no entras
Esta fue sin duda una de las imágenes más icónicas en la pasada manifestación del 25S. Es Alberto Casillas, dueño de un bar en Madrid que le plantó un par de huevos al asunto enfrentándose a los policías para deternerles el paso y poder cobijar a los manifestantes que se habían resguardado dentro. Brutal esta imagen.
8. Hijo, ya sabíamos que eras gay
No sabemos la veracidad total de esta historia, pero queremos creer que hay padres que molan, porque realmente los hay. Este es el caso de un padre que escuchó una conversación telefónica donde su hijo le contaba a su novio que en breve tendría que hablar con sus padres. Su respuesta: “Anoche escuché la conversación que tuviste hablando de tus planes para contarme que eres gay. Lo único que necesitas planear es traer el pan cuando salgas de clase. Nosotros estamos fuera, como tú ahora. He sabido que eres gay desde que tenías seis años y te he querido desde que naciste. PD: tu madre y yo pensamos que hacéis muy buena pareja”.
9. Cuando los gatos tienen siete vidas gracias a alguien
Pequeños detalles que nos hacen confiar en el ser humano. Nada hay más bonito que un gesto como este.
10. Alto al fuego
Es conocida por su popular nombre ‘Tregua de Navidad’ y consistió en un breve alto al fuego que ocurrió entre el Imperio Alemán y las tropas británicas durante la Navidad de la Primera guerra mundial. El 24 de diciembre, las tropas alemanas decoraron sus trincheras y continuaron la celebración cantando villancicos. Las tropas británicas, desde el otro lado, respondieron siguiendo sus villancicos y cantándolos en inglés.
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