El mundo está mal, muy mal. Puedes dar mil vueltas a esta idea intentando quitarle hierro al asunto, puedes afirmar que pese a que hay injusticias parece que cada vez hay más respeto hacia la democracia, puedes decir que cada vez somos más conscientes de las desigualdades que nos rodean y eso es lo principio del cambio, puedes hacer las piruetas que quieras, pero al fin tendrás que asumir que el mundo está fatal. ¿Sigues sin verlo? Seguramente deberías leer alguno de los siguientes tres libros de crónica que te harán caer de los mundos de yuppie en los que vives.
Hambre de Martín Caparrós
El hambre es una madre con tres hijos que decide no comer para alimentar a su prole, el hambre es una madre que tiene que decidir a cuál de sus hijos alimenta primero porque sabe que no todos ellos sobrevivirán, el hambre son especuladores en Chicago que juegan con el precio del grano del cereal y matan con un simple click de ratón en un teclado a millones de personas a cambio de unos millones de dólares, el hambre son las toneladas de comida que tiramos a la basura en Europa diariamente.
El escritor argentino Martín Caparrós tras haber viajado por países tan dispares como Bangladesh, Estados Unidos, Madagascar, Argentina o Sudán del Sur, nos narra cómo se vive el hambre en esos lugares, analizando los mecanismo por culpa de los cuales, en países que producen suficiente comida para alimentar a toda su población como por ejemplo la India, hay millones de personas que pasan hambre. Dicho así parece la clásica tonada salida de una ONG, sin embargo lo que consigue este libro es superar los clichés dando cuenta de que el hambre no es una abstracción, el hambre tiene víctimas y tiene responsables.
El fin del “homo sovieticus” de Svetlana Alesksiévich
La periodista ucraniana es el último flamante premio nobel de literatura y con libros como este a nadie puede extrañarle el reconocimiento. El fin del “homo sovieticus” es una radiografía a partir de entrevistas de lo que fue la Unión Soviética y de lo que fue la entrada de Rusia en el capitalismo. Cuando hablamos de este tema es frecuente encontrarse con dos interpretaciones enfrentadas: quienes defienden a capa y espada la URSS y quienes creen que fue el experimento revolucionario más abominable de la historia de la humanidad. En este libro todos ellos se sentirán incómodos porque Alesksiévich recoge testimonios tanto a favor como en contra.
Al final, lo sobrecogedor para el lector es la radiografía que hace la escritora del alma humana. Este es un libro que consigue tumbar a los más optimistas demostrando que no existe ningún sistema político bueno. En Rusia, tanto durante la época soviética como con la implantación del capitalismo, se cometieron atrocidades (violaciones, asesinatos, mutilaciones, encarcelaciones, trabajos forzosos, etc.) que narran sus propias víctimas y verdugos de primera mano y que consiguen poner los pelos de punta. En resumen un libro que hace perder la fe en la humanidad y en la política.
CeroCeroCero de Roberto Saviano
Mientras lees esto alguien se está metiendo una raya muy cerca de donde estás, mientras lees esto es probable que otro alguien sea asesinado por una riña relacionada con la coca, mientras lees esto un político o un policía está pactando con los narcos en algún lugar del planeta. Esa es la idea de CeroCeroCero: la cocaína domina el mundo y tú no te has enterado o no has querido enterarte.
Según afirma el escritor italiano, famoso por su primer libro Gomorra, el de la coca es el negocio más rentable del mundo, pues si en la mejor etapa bursátil de Apple hubieses invertido 1.000 dólares en la compañía de Steve Jobs, al cabo de un año tendría 1.670 dólares. En cambio si hubieses invertido la misma cantidad en el mundo de la cocaína, al cabo de un año tu dinero hubiese sido 182.000 dólares.
No es extraño, pues, que millones de personas en todo el mundo (tanto pobres como ricos) quieran entrar en un negocio pese a producir miles de muertes al año, tanto por sobredosis como por asesinatos entre cárteles de la coca rivales. En países como México (actual centro de la cocaína mundial que ha desplazado a Colombia) la violencia se está convirtiendo en algo que supera los límites de la razón.
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