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lunes, 12 de diciembre de 2016

La daga de Tutankamon hecha con material NO terrestre

Desde el descubrimiento de su tumba en 1922 no ha parado de sorprendernos, y ahora más, que la daga de Tutankamon al fin tiene explicación. Sigue leyendo para descubrir de esta interesantísima historia, que nada tiene que ver con marcianos o seres de otros mundos.

La daga de Tutankamon hecha con material NO terrestre

En un artículo anterior te hablamos de algunos de los objetos más valiosos que se encontraron en la tumba de este faraón, que reinó en Egipto desde 1336 a 1327 a.C. Entre los numerosísimos objetos, hechos de oro, marfil o madera finamente trabajados, Howard Carter y Lord Carnarvon se toparon con dos dagas puestas sobre el cuerpo del faraón niño. No hubiese habido ningún problema si ambos puñales hubiesen sido fabricados con los materiales comunes, pero uno de ellos estaba hecho de hierro.

Pensarás que el hierro no tiene nada de raro; y claro que no. Sólo que en el antiguo Egipto los objetos hechos con este metal eran rarísimos y muy pocos, pues esta civilización, a pesar de todos sus avances, no manejaba la tecnología del hierro, y era tenido en más estima que el mismo oro. Por ello, la daga de Tutankamon despertó el interés y la curiosidad desde el principio. Además, no estaba oxidada, y la calidad de su manufactura sorprendió a los investigadores, viendo en ella la capacidad que llegaron a tener en la época de Tutankamon para trabajar el hierro.
Pero, ¿de dónde provenía el metal? En Egipto no había minas de hierro, pero en cambio, “llovía del cielo”, tal y como se registra en un antiguo papiro. Literalmente llovía del cielo: eran meteoritos caídos en el desierto egipcio que la gente recogía y que, incluso hoy, es posible seguir haciendo. Esta teoría no es nueva, aunque ya está confirmada. Mientras que unos pensaban que la fuente de hierro era los meteoritos que cayeron en la Tierra, otros aseguraban que lo importaban de la actual Turquía, de Anatolia, que sí tenían una metalurgia del hierro.
Sin embargo, en 2010 se descubrió un cráter muy especial, un pequeño cráter lunar en pleno desierto egipcio, bautizándolo como cráter Kamil. Tras este descubrimiento, un equipo liderado por Francesco Porcelli, profesor de Física en la Universidad Politécnica de Turín, ató los cabos y decidieron realizar un análisis a la hoja de la daga de Tutankamon.

Para ello, como es lógico, trataron con las autoridades egipcias, fieles y celosas guardianas de todos los hallazgos, y utilizaron la técnica de la fluorescencia a rayos X, no invasiva, para confirmar la composición del hierro que tenían entre manos. Esta composición ratificó el origen no terrestre de la daga de Tutankamon, pues contiene níquel al 10% y cobalto al 0.6%, concentraciones típicas de los meteoritos. Imposible que fuese una aleación con semejantes concentraciones. Además, es comúnmente aceptado que civilizaciones antiguas, como los inuit, o las del Tíbet, Siria, Mesopotamia y del pueblo de Hopewell, al este de Norteamérica, hayan utilizado el hierro proveniente de los meteoritos para fabricar pequeñas herramientas y también objetos ceremoniales.

Con este descubrimiento, el misterio de la daga de Tutankamon queda definitivamente resuelto. ¿Conoces algún otro misterio egipcio que valga la pena comentar?

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