Ya nos lo decía el profesor de la autoescuela cuando hacíamos prácticas y aún nos sigue pasando. Todos tenemos costumbres al volante que nos son difíciles de erradicar. Sabemos que hacemos mal, pero lo hacemos sin pensar, y esto podría pasarnos factura a la larga, tanto para nuestra seguridad como para la integridad de nuestro vehículo, y por eso os traemos unos cuantos vicios y costumbres que debéis eliminar para evitar males mayores:
1. No pongas las manos en el cambio de marchas
Cuando apoyamos una mano sobre la palanca de cambios manual forzamos los sincronizadores del cambio, lo que hace que se reduzca su vida útil. Dependiendo de cómo sean los cambios de marcha se puede apreciar más o menos la vibración y el sonido de la caja de cambios cuando apoyamos la mano sobre la palanca. Esta avería suele aparecer a largo plazo y es muy cara, pues es necesario sacar el cambio y abrirlo para cambiar los sincronizados que se han dañado, generalmente los de las marchas quinta y sexta.
2. Deja el pie en un reposapiés, no en el embrague
Esta costumbre la tendrá mucha gente, pues es muy común dejar el pie apoyado en el pedal del embrague mientras conducimos. Este es un vicio que tienen sobre todo las personas inseguras que tienen miedo que de un momento al otro tengan que pisar el embrague para no calar el coche. Dejando de lado el problema físico que supone la tensión de mantener el pie en esa posición, también existe un problema mecánico, pues el collarín del embrague sufre, sobre todo si el coche tiene ya muchos años. Por norma general la avería es costosa, pues se tiene que sacar la caja de cambios para substituir la pieza.
3. No pises los pedales en los semáforos
Esta costumbre tan común es realmente mala para tu coche. Llegas al semáforo y dejas el embrague y el freno pisado, y así estás haciendo trabajar innecesariamente todo el sistema de embrague. Con este vicio aceleramos la fecha del cambio de embrague, cuya vida depende mucho del modo de conducción, y que normalmente se realiza pasados los 100.000 kilómetros del coche.
4. No pongas punto muerto en las bajadas
Si no lo has hecho nunca, seguro que conoces a alguien que sí que lo hace, según ellos, para ahorrar combustible. El peligro de descender con el coche suelto es grande, y lo peor es que puedes poner en peligro no solo tu integridad, sino la del resto de personas que circulan. Esto afecta a tu coche, sobretodo, si tienes cambio automático, y podría hacer que tengas que arreglar partes del cambio, que acabará cediendo y generando una avería mayor.
5. No dejes tu coche calentándose a ralentí
Esto de arrancar el coche y dejarlo cinco minutos así para que se vaya calentando es algo del pasado, y aunque no es malo para el vehículo, sí que lo es para tu salud por los gases que se emiten si lo haces en un espacio cerrado. La realidad es que poca cosa se ha calentado durante ese tiempo: ni la caja de cambios, ni los frenos, los neumáticos, la suspensión, los amortiguadores ni la dirección. Es mejor salir despacio y sin brusquedades en los primeros minutos, y no se fuerza ninguna parte del coche.
6. Cuidado con el ahorro en las marchas
Muchos artículos que se centran en el ahorro de combustible del coche hablan sobre la ley de cambiar de marcha cada diez kilómetros por hora. Se supone que debes poner tercera a 30 y así sucesivamente, pero no es nada lógico que cuando lleguemos a cincuenta vayamos en quinta, pues es una marcha larga. Conducir así no permitirá que los gases de escape lleguen a la temperatura óptima, y no dejará que el filtro de partículas trabaje correctamente. También podrías llegar a estropear las transmisiones por los traqueteos a los que lo sometes.
7. Calma con los badenes
Su función es reducir la velocidad, pero intentamos pasarlos lo más rápido posible para frenar lo mínimo. A todos nos resultan molestos y no es de extrañar, pues la altura de algunos es abusiva y no cumple la normativa, pero no tenemos otro remedio que mirar por nuestro coche. Los neumáticos sufren, la suspensión y la amortiguación también, además de las articulaciones y las rótulas. Lo mejor es pasarlos de lado y despacio para que el golpe no sea directo, y sobre todo, no entres pisando el freno, pues multiplicas el efecto dañino.
8. No fuerces los giros
Ahora que los coches tienen dirección asistida, hacemos que nuestros neumáticos y las articulaciones hagan sobreesfuerzos innecesarios. Si giramos la dirección en parado y con el freno pisado estamos dañando el coche, y lo mejor es girarlo sin pisar el freno y a poder ser en movimiento.
9. No gastes la reserva, no es para eso
El piloto se enciende y tenemos combustible para unos 50 kilómetros más. Quedarse tirado sin gasolina es un problema y si te topas con la policía, también te llevarás una multa. En el depósito de tu coche hay suciedad, que se encuentra en parte suspendida en el combustible pero que también se posa en el fondo. Si apuramos la reserva comenzaremos a pasarle al motor esos posos, que pueden obturar los filtros y hacer que el motor se pare y no vuelva a arrancar, o peor, que la bomba de combustible succione parte de esa suciedad y se pare.
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