Lo llaman ¨el barrio bravo¨, se encuentra en la ciudad de México y debido a los altos índices de delincuencia Tepito es uno de los barrios más temidos, a los colonos de este lugar nada les sorprende, pues están acostumbrados a vivir con asesinatos y vi0laci0nes, son pocos los que se atreven a meter las manos a la hora del ataque, pero esta niña corrió con suerte cuando… Se dirigía a la escuela, era muy temprano, regularmente su madre la acompaña a mitad de camino pero esta vez la prisa terminó ganando, así que le dijo a Flavia que se fuera sola, de todos modos en cualquier momento podría pasar alguno de sus compañeros.
Todo marchaba bien hasta que pasó justo por aquel terreno baldío, parecía interminable, se sentía el aire helado en su rostro y mientras aceleraba el paso sus labios morados temblaban, iba un poco distraída, mirando al suelo y jugando con sus manos para darse calor, cuando inesperadamente sintió como taparon su boca fuertemente y la tomaron por la espalda, estaba gritando pero apenas y se escuchaban gemidos.
Un hombre la había llevado al callejón de al lado, aventó la mochila y sin piedad rompió desesperadamente su uniforme, Flavia comenzó a gritar con un llanto incontrolable, tenía mucho miedo, ese hombre la estaba tocando por todas partes y al mismo tiempo la golpeaba a puño cerrado, pronto sangre salió de su labio reventado, pero la hemorragia en la nariz terminó manchando aquel jumper blanco, por más que gritaba nadie la ayudaba, lo curioso es que a menos de 4 metros hay varios hogares, hogares en los que las personas no se tocan el corazón para socorrer el dolor de una niña de 12 años.
Su maldad estaba a punto de terminar, Flavia ya no podía más, intentó moverse pero su cuerpo no le respondía, estaba muy agotada y lastimada, así que tendida en el piso, viendo a la nada susurró: ¨Por favor déjeme, ya déjeme me duele¨. Pero al hombre parecía causarle aún más placer verla suplicando, se paró, desabrochó su pantalón y al quitarse el cinturón la golpeó repetidas veces, fueron tan fuertes que sus gritos se escucharon aún más, se quitó el pantalón y con su pene fue recorriendo el cuerpo de la pequeña, pero cuando estuvo a punto de penetrarla más de 5 perros callejeros lo atacaron con toda la rabia del mundo, ni siquiera pudo pararse, mientras unos mordían sus piernas, dos prácticamente desfiguraron sus rostro en minutos.
Flavia se arrastró unos cuantos metros para pedir ayuda, afortunadamente un hombre iba pasando y fue quien la auxilió, llamó a la ambulancia, después a la policía.
El abusador se encontraba casi inconsciente, pero aún así lo esposaron y subieron a la patrulla, ahora se encuentra en espera de una sentencia de 16 años por el delito de abuso s3xual.
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