¿Has escuchado hablar de la leyenda oriental del hilo rojo? El mensaje de esta nostálgica historia es que, no importa lo que pase, hay personas que están destinadas a no separarse, o reencontrarse para no volverse a dejar. Aquí va:
"Hace mucho tiempo, un emperador se enteró de que en una de las provincias de su reino vivía una bruja muy poderosa, quien tenía la capacidad de poder ver el hilo rojo del destino y la mandó traer ante su presencia.
Cuando la bruja llegó, el emperador le ordenó que buscara el otro extremo del hilo que llevaba atado al meñique y lo presentara a la que sería su esposa. La bruja accedió a esta petición y comenzó a seguir y seguir el hilo.
Esta búsqueda los llevó hasta un mercado, en donde una pobre campesina con una bebé en los brazos ofrecía sus productos. Al llegar hasta donde estaba la mujer, la bruja se detuvo frente a ella y la invitó a ponerse de pie.
Hizo que el joven emperador se acercara y le dijo: «Aquí termina tu hilo», pero al escuchar esto el emperador enfureció, creyendo que era una burla de la bruja. Empujó a la campesina que aún llevaba a su pequeña bebé en brazos y la hizo caer, haciendo que la bebé se hiciera una gran herida en la frente, ordenó a sus guardias que detuvieran a la bruja y le cortaran la cabeza.
Muchos años después, llegó el momento en que este emperador debía casarse y su corte le recomendó que lo mejor era que desposara a la hija de un general muy poderoso. Aceptó y llegó el día de la boda.
Qué sorpresa sintió el emperador al ver por primera vez la cara de su esposa. Al levantarse el velo, vio que ese hermoso rostro tenía una cicatriz en la frente (como la que hizo a la campesina tiempo atrás).
La moraleja…
La antigua creencia asegura que “un hilo rojo invisible conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar el tiempo, lugar o circunstancias. El hilo se puede estirar o contraer, pero nunca romperse”.
¿Tú, crees en la exótica leyenda?
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