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domingo, 21 de febrero de 2016

Si Quieres Que Algo Pase, Haz Que Pase

Es sencillo, sencillísimo. Solo hay que empezar a moverse. La palabra motivación deriva del latín “motivus o motus” y significa causa del movimiento. Quizás nos tomamos demasiado en serio y al pie de la letra esa definición y nos pasamos la vida esperando a que esa causa que produce un movimiento llegue a nosotros de manera mágica. En muchas ocasiones, es precisamente la motivación (o mejor dicho la falta de ella) la que se convierte en una barrera de hierro para hacer lo que te has propuesto. La pura realidad es que para hacer algo no necesitas motivación, simplemente necesitas ponerte con ello; y eso sí es el principio básico de todas las cosas.

No me canso de oír a gente diciendo que la inspiración les viene cuando menos la esperan y que es entonces cuando se ponen a trabajar, pero muchas veces, tienes que sentarte a trabajar para que las ideas lleguen. ¿Cómo? Pues buscando información, leyendo, escribiendo tus ideas y organizando tu mente. Y entonces, puede que entonces, la inspiración llegue. Tener la idea de hacer algo simplemente porque te motiva no es ni siquiera el comienzo de esa idea, ¿cuántos propósitos nos hacemos en enero y en septiembre de cada año que jamás cumplimos? y ojo, muchos de ellos muy motivadores.

El principal enemigo de la motivación es tu propia mente, así hazla callar.
El simple hecho de pensar en el proceso que lleva hacer las cosas destruye la posibilidad de encontrar cualquier tipo de motivación en lo que haces. No permitas que tu mente se apodere de ese espacio. Utiliza el tiempo en sentarte y empezar a hacer las cosas. Yo personalmente tengo la manía de fasear todo lo que tengo que hacer que le pueda suponer un engorro a mi mente. Dividir una gran tarea en pequeñas fases más fácilmente alcanzables hace mucho más sencillo su cumplimiento. Es una manera de ‘engañar’ a mi mente y que colabore en la búsqueda de la motivación que siempre suelo encontrar una vez me pongo con ello.

Las personas brillantes son aquellas que hacen que las cosas pasen. Optimizar un proceso, mejorarlo, actualizarlo o simplemente continuarlo será posible en cuanto exista. Sentarte a hacerte preguntas sobre el cómo, el cuándo o el porqué no hará que empieces a hacer nada, pero por pereza. Son preguntas que deberás ir contestando pero si ves que no va a ser una tarea fácil empieza a trabajar en ello y ya las irás contentando. ¿O crees que la genialidad llega sentado?

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