Estudiar las fuentes de los textos religiosos debe ser sin duda una de las actividades más fascinantes en el campo del conocimiento científico. En este caso nos sumergiremos en uno de los relatos más importantes de la historia occidental: Jesús de Nazaret.
La filosofía nos ha enseñado a cuestionar todo y cuando se trata de narrativas religiosas, la seducción es aún mayor. ¿Es posible que el mito de Jesucristo se encuentre basado en falacias?, de hecho, ¿es posible que Jesús de Nazaret ni siquiera haya existido?
5. No existe mención de Jesús en los textos paganos
Quizás la más obvia de las razones, minimizada durante siglos por los cristianos, pero lo suficientemente importante como para tenerla en cuenta. Este argumento señala que no existe ninguna evidencia de la vida de Jesús de Nazaret en textos de su época.
Esto significa que ningún documento de la época, de fuente no-cristiana, hace mención a Jesús de Nazaret, tampoco se hacen alusiones a su figura en rumores. Vale aclarar que pese a los milenios que nos separan de esa época, contamos con gran documentación histórica de la época, hecha por oficiales de gobierno, historiadores y poetas. Ninguna mención de Jesús.
4. Jesús según la modernidad
Muchos historiadores cristianos han abandonado la idea de un Jesús "mágico" y se han abocado a buscarle un sentido simbólico basado en un personaje histórico. Así Jesús pasó de ser el mesías a fariseo, filósofo, hasida e inclusive chamán de la época.
No obstante, no sólo no existe ninguna evidencia tangible de que Jesús haya desempeñado alguno de esos oficios, sino que los historiadores parecen contradecirse entre si, dejando el asunto en una nebulosa de incertidumbre.
3. En las epístolas paulinas no se habla sobre la vida de Jesús
Las epístolas paulinas fueron una serie de cartas cuya autoría es atribuida a San Pablo (Pablo de Tarso) y que conforman los principios del canon cristiano. El objetivo de estas cartas era instruir a los cristianos sobre el modo a comportarse así como difundir su doctrina.
Lo más interesante es que aún en estos textos, escritos alrededor del siglo I, no existe mención alguna de Jesús como figura histórica. Sí se le menciona como enunciado, a modo de estrofa a lo largo y ancho del texto, pero claro, esto no arroja ninguna evidencia sobre su existencia física.
2. Incluso los evangelios son contradictorios
Los cuatro evangelios, encargados de narrar la vida y obra de Jesús de Nazaret, presentan severas contradicciones entre si. Quizás el ejemplo más notorio sea el del día de la resurrección, donde las diferentes fuentes arrojan datos distintos.
Dependiendo del evangelio que se lea, el dato que vamos a obtener. Si el evangelio de Juan dice que "una mujer" visitó la tumba de Cristo el domingo, el evangelio de Mateo dirán que fueron dos mujeres y el de Marcos tres. A su vez, los evangelios de Mateo y Juan dicen que aún estaba oscuro mientras que el de Marcos dirá que el sol apenas había salido.
Pero las contradicciones empeoran cuando llegamos a la resurrección, esta variará también acorde al autor. Para Mateo, Jesús apareció en algún lugar entre la tumba y Jerusalem, para Juan fue simplemente fuera de su tumba, para Marcos apareció en Galilee; a 130 kms de Jerusalem, y para Lucas fue en camino a Emmaus, a 11 kms de dicha ciudad.
¿Alguien puede fiarse de un texto con tantos testimonios contradictorios?
1. Jesús encaja a la perfección con el concepto de mitema levi straussiano
Para el etnólogo Claude Levi Strauss, el relato mítico se compone de pequeñas fracciones de relatos irreducibles que orquestan en su totalidad una narración mayor y que suele verse repetida en diferentes culturas.
No podemos dejar de señalar que la historia de Jesús, tal cual la conocemos, se corresponde con los mismos mitemas (porciones irreductibles del mito) que utilizan otros relatos religiosos como la muerte y la resurrección, así como varios personajes que encuentran su paralelo.
¿Conocías estas contradicciones del Nuevo Testamento?
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