Los propietarios de perros no necesitan un estudio científico que demuestre que sus mascotas entienden lo que están diciendo (aunque quienes tienen gatos no están tan seguros).
Nuevos escaneos demuestran que, cuando decimos “¡Buen perro!”, los perros escuchan tanto las palabras como la manera en que las pronunciamos. Es evidente que las palabras y la entonación son importantes para las personas, pero nadie –hasta ahora- sabía si estos dos factores también eran significativos para los perros.
En un estudio publicado en Science, un equipo de científicos encontró que el cerebro canino procesa la información de manera similar al cerebro humano.
“Estoy muy entusiasmado con este hallazgo. Es muy emocionante ver cuán estrecha es la correspondencia entre la actividad cerebral humana y la canina”, declaró Chris Petkov, neurofisiólogo de la Universidad de Newcastle, Reino Unido, quien no participó en el estudio.
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Los cerebros perrunos son muy parecidos a los nuestros
Attila Andics, líder del estudio y amante de los perros, empezó a estudiar a los perros para entender cómo es que el cerebro mamífero procesa el lenguaje.
El primer paso no fue fácil: entrenar a los perros para permanecer absolutamente inmóviles en un escáner para imágenes por resonancia magnética funcional (fMRI). Los adiestradores tardaron varios meses para obrar su magia en 13 mascotas reclutadas en Hungría, incluidos seis collies de la frontera, cuatro cobradores dorados, un pastor alemán, y un crestado chino.
“La parte más complicada fue hacerlos entender que tenían que estar completamente inmóviles. Una vez que se dieron cuenta de que queríamos absoluta inmovilidad, todo resultó perfecto”, informa Andics, etólogo de la Universidad Eötvös Loránd en Budapest, Hungría.
En 2014, Andics y sus colegas demostraron que los cerebros de los 13 perros respondían a distintas vocalizaciones, como gruñidos, ladridos, gemidos, y gritos, tanto de personas como de otros perros. Y el estudio halló que los sonidos alegres y temerosos activaban áreas cerebrales similares en ambas especies.
Sin embargo, el habla fue distinta. “Nada en la naturaleza es tan complejo como el habla humana”, afirmó Sophie Scott, neurocientífica de University College de Londres, quien no fue parte del nuevo estudio.
“Eres un buen perro”
De modo que, con el mismo grupo de 13 perros, Andics y sus colegas reprodujeron grabaciones de sus propietarios hablando de cuatro maneras diferentes: una palabra de elogio (como el término húngaro que significa “astuto” o “bien hecho”) en tono de elogio; una palabra neutra en tono neutro; una palabra de elogio en tono neutro; y una palabra neutra en tono de elogio.
Los resultados con neuroimágenes mostraron que el hemisferio cerebral izquierdo de los perros respondía a la palabra, mientras que el hemisferio derecho respondía a la entonación.
No obstante, hicieron falta tanto la palabra como el tono de elogio para activar el centro de recompensa del perro. Dicho de otra manera, tu mascota sabe cuándo la estás elogiando y que además, lo haces en serio.
“Con algunos perros, un elogio bastaría para conseguir que hagan lo que deseas. En este estudio, tratamos a nuestros perros como voluntarios felices que querían complacernos”, agrega Andics.
Así pues, el secreto para el buen comportamiento canino es hacerle saber a tu mascota que, realmente, es un buen perro.
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