A la gente le gusta publicar su vida, esa es una realidad de nuestra generación. Dar a conocer todas sus intimidades publicándolas en Twitter, Facebook, Instagram y hasta en el muro de anuncios de la facultad con tal de que sus amigos del colegio, de la universidad, del gimnasio y hasta los desconocidos que viven en la otra parte del mundo pero a los que decidieron agregar a su red social porque estaban buenos en su foto de perfil sean capaces de saber lo que hacen en cada momento.
Y todo esto ¿para qué? Para restregarnos por la cara ese súper viaje que se han hecho este verano, la última escapadita de fin de semana a la nieve, lo productiva que ha resultado la tarde de shopping o lo a gusto que han pasado el día en la playa con una cerveza en la mano mientras tú has tenido que estar encerrada todo el día currando a destajo y encima hacer horas extras que no te van a pagar (¡Mal rayo os parta!).
Pero si hay una publicación de Facebook que va a hacer que por tu cabeza pasen mil pensamientos a la velocidad de la luz es ese bonito momento en el que, para desconectar de la rutina de tu vida, decides meterte en Facebook a cotillear un rato y descubres esa foto de esa mano, con ese “bonito” anillo de pedida y un título en el que atisbas a leer: “El día más feliz de mi vida. Por fin me lo ha pedido mi amorcito” o cualquier otra cursilada por el estilo.
Entonces además de entrarte ganas de vomitar y de arrancarte los ojos cuando ves que tu amiga de Facebook anuncia que se va a casar comienzan a rondar por tu cabeza todo tipo de cosas como:
1. Vaya anillo de mierda, el día que me pidan matrimonio ya pueden poner en mi dedo un buen pedrusco o la respuesta será: otra vez será.
2. En lo feo que es su futuro marido.
3. En si estarás invitada o no a la boda.
4. En colgar en su muro de Facebook fotos de lo poco agraciada que era en su infancia-pubertad.
5. En colgar en su muro de Facebook fotos cariñosas con su ex-novio.
6. En colgar en su muro de Facebook fotos de ella con todos sus rollos de una noche.
7. En que tú tienes su misma edad y aun estás soltera.
8. En servirte una copa de vino.
9. En terminarte la botella de vino.
10. En por qué no tienes novio desde hace años.
11. En llorar porque no tienes novio desde hace años.
12. En apuntarte al gimnasio.
13. En volver a ponerte a dieta.
14. En que deberías hacer caso a tu madre y ¿salir más?
15. En que tienes tan poco vida amorosa que quizás deberías aceptar una cita con ese tío del curro que te dobla la edad y no te pone nada, pero al menos te puede invitar a cenar.
16. En probarte el traje de novia de tu madre.
17. En que hacerlo ha sido una mala idea porque te pareces a tu padre y le sacas a tu madre 20 cm de altura.
18. En llamar a tu ex.
19. En llamar a tu folla-friend.
20. En que todas las cosas que se te han pasado por la cabeza durante los últimos treinta minutos son chorradas. Excepto lo de servirte una copa de vino y llamar a tu follamigo.
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