Dicen que un nuevo día es una nueva oportunidad… ¿Qué tal un nuevo año?
El 2015 trae consigo 365 nuevas oportunidades que cada quien aprovechará como mejor le parezca. Pero no son la cantidad de oportunidades las que nos permitirán alcanzar cada meta que nos propongamos, sino lo que hacemos para alcanzarlas.
Por regla general, antes de cada nuevo comienzo solemos realizar nuestra respectiva reflexión de eso que dejamos de hacer en el pasado y nos planteamos el deseo de realizarlas en el futuro junto con una lista de “metas por alcanzar”. Queremos cambiar de trabajo, ganar más dinero, comprar un coche nuevo, abrir nuestro propio negocio; en fin, tantos deseos como personas hay en el mundo.
Pero el error que cometemos posterior a esta reflexión y a medida que transcurre el tiempo es que seguimos haciendo lo mismo. Queremos que las cosas cambien mientras nuestro despertador sigue sonando a la misma hora, transitamos el mismo camino al trabajo y, peor aún, nuestra actitud sigue siendo la misma.
Toda esa especie de éxtasis que tuvimos al momento de plantearnos lo que haremos termina siendo anulado por la rutina de la inacción. Nuestra actitud cerrada y conformista hace que queramos hacer de todo pero sin tener que hacer nada; así comenzamos el año y así lo terminamos.
Aunque es cierto que para realizar grandes cambios hay que tomar decisiones radicales y normalmente eso da miedo, nos acostumbramos a que ese miedo sea siempre más grande que nuestros sueños, que nuestros deseos. ¿Qué hacer?
Toma al menos una decisión radical en este primer mes
En el boxeo dicen que “quien pega primero, pega dos veces”. Comienza el año dando tu primer golpe, aunque solo se trate de mudarte porque llevas tiempo queriendo hacerlo o que deseas trabajar para otra empresa pero ni siquiera has enviado el currículum: ¡hazlo!
Considera el tiempo que has invertido pensando en eso que quieres pero aún no te atreves. ¿Dejarás que siga siendo tiempo perdido? Recuerda que el tiempo no es una cuenta de ahorros en la que vas guardando y guardando para luego usar ya que, de hecho, cada minuto es un gasto. Conviértelo en inversión.
No te permitas llegar al tercer mes sin haber cambiado en algo
Después de ese plazo empezarás a considerar que ya falta poco para que llegue la mitad de año y será buena excusa para posponer las metas para el siguiente. En un abrir y cerrar de ojos estarás en la misma silla, con la misma taza de café y la misma cara de fracasado.
Toma decisiones, emprende acciones; que tus miedos terminen derrotados por esos deseos que has convertido en metas y que te acercan a la vida que deseas tener. Valora tu tiempo, reconoce tus habilidades y enfrenta nuevos retos.
Si quieres alcanzar tus metas, intenta nuevos caminos, porque nadie ha logrado grandes cambios haciendo siempre lo mismo.
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