Los seres humanos no son notoriamente detectores de mentiras. En los experimentos científicos, nuestros niveles de precisión son ligeramente mayor que el azar, y a veces inferior. El problema es que la mayoría de estos experimentos se centran en la capacidad de una sola persona para detectar falsedades por su cuenta. ¿Qué pasaría si las personas unieran sus recursos cognitivos y trabajaron juntos para detectar cuando alguien no es honesto?
Un estudio publicado por Nadav Klein y Nicholas Epley, de la Universidad de Chicago, encontró que los grupos son significativamente mejores en la detección de mentiras. Los investigadores llevaron a cabo una serie de experimentos diseñados para probar qué tan bien la gente podía predecir mentiras de trabajo individual y en grupos.
En el experimento, los participantes vieron grabaciones de personas a las que se les preguntado acerca de las mejores vacaciones de su vida. Los participantes informaron de forma individual si pensaban que la gente en el video estaba mintiendo, mientras que otros trabajaron en grupos de tres para llegar a un consenso.
Los resultados mostraron que los grupos son un 8% mejor en la detección de mentiras que los individuos.
La investigación afirma que una multitud de personas puede producir juicios más precisos que individualmente, la razón es porque van a llegar a un promedio relativamente preciso.
También existe la oportunidad para que las personas apliquen estos resultados en su vida profesional. Cuando un administrador está tratando de averiguar si un empleado está mintiendo, la mejor apuesta sería traer a un compañero de trabajo o dos y discutir la evidencia.
Estos hallazgos son relativamente sencillos, pero potencialmente revolucionarios. Si pudiéramos renunciar a la idea de tratar de convertirnos en polígrafos humanos y aceptar que necesitamos un poco de ayuda externa, se podría mejorar drásticamente la precisión en nuestros juicios sociales.
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