Hay dos grandes dudas que pueden crear un quebradero de cabeza al español medio: Por qué algunos pistachos te vienen cerrados y por qué vuelven cosas de los 2000 de las que aprendimos a librarnos. O la moda choni vuelve a ser trendy (dos conceptos que no sabíamos que podían ir juntos en la misma frase) o en realidad nunca se fue.
¿En qué momento dejamos de poner el grito en el cielo viendo nuestras pintas en fotos de nuestra adolescencia para pasar a volver a convertirnos en esas personas?
No solo se están recuperando las reliquias de ayer, sino que ahora está de moda pagar un dineral por ellas cuando hace unos años las metimos en bolsas de basura pensando: “¿Pero cómo podía llevar yo esto? FUERA DE MI VISTA”.
Empezamos por los clásicos de color negro pero empezó a comprobarse que en el patio del colegio era una competición cuántos tenías y de cuántos colores. Luego aparecía tu amiga con la versión en pulsera y la imitabas. Y cuando llegaba tu compañera de clase con el formato anillo, ahí ya llegaba el toque de atención y descubrimos que con el collar bastaba. Ese que te comprabas por dos duros en el quiosco del barrio y que ahora venden en tiendas carísimas como si fuera lo más.
Los pantalones campana
Quisimos volver a la moda hippie durante un tiempo y empezó de manera discreta. Luego llegó el extremo y empezó a verse a gente embutida en un pantalón con pata de elefante y más que parecerse a un setentero en un concierto de Woodstock era como ver a un reloj de arena andante.
Ahora están volviendo, de momento, de manera ocasional pero está comprobado que las modas se nos van de las manos.
Los chicos con más escote que su novia
Cuando se es un cantautor de pueblo con mar, que ha llegado a la capital a probar suerte en el mundo de la música y plasma en su estilo su pasado hortera y surfero, entendemos que la morriña le tira, aunque no estemos de acuerdo. Pero en general, nos da igual que se lo hayan visto a algún famoso y que tengan unos pectorales como para poder cortar tomates encima. Un tío no debería llevar más escote que una tía. NO, NO, NO.
El chándal
Odiábamos los días que teníamos Eduación Física en clase por tener que llevar chándal y ahora nos encanta el modelito. Los entrenadores de fútbol empezaron a usar traje en lugar de esa ropa deportiva y ahora somos el resto los que lo usamos para ir a todas partes con la excusa del casual look. Nuestras madres, que ya iban con el chándal a la compra, ahora alucinan, claro. Y encima, ahora se lleva con tacones. ¿Estamos locos?
Los aros
Empezó de manera sencilla, pequeños y de plata. Ahora se llevan en tamaño hula hoop y no sabes muy bien si es para la oreja o para la cadera.
Lo que afortunadamente no ha vuelto
Los zapatos de tacón blancos
Y que de verdad, no vuelvan por favor.
‘Santa Justa Klan’
Algo escrito con K cuando debería ir con C no debería volver NUNCA.
La falda por encima del pantalón.
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