Los efectos del cambio climático se han hecho sentir fuertemente en los últimos años, de polo a polo. Pero pocos sectores han experimentado la fiereza de la naturaleza como lo ha hecho la pequeña isla Kivalina, en Alaska, que pudiera convertirse en el primer lugar en desaparecer, como consecuencia del ascenso del nivel del mar provocado por el aumento de la temperatura.
La isla Kivalina, el primer lugar en desaparecer a causa del cambio climático
Los 450 habitantes de la isla Kivalina, situada cerca de la costa occidental de Alaska, Estados Unidos, se encuentran abatidos. La posibilidad de perder por completo el lugar que los albergó por generaciones es demasiado alta, debido al impacto del cambio climático. En los últimos años han observado cómo el espesor del hielo disminuye vertiginosamente sin que los isleños puedan hacer algo para detenerlo.
El deshielo no solo amenaza con sepultar en el mar los hogares de estas personas, sino que además les ha obligado a dejar atrás tradiciones ancestrales para adaptarse a una nueva realidad. La caza de ballenas de Groenlandia en campamentos sobre hielo era una de las costumbres del pueblo inuit.
Con la carne de las ballenas los locales disfrutaban de un festín en el que no se desperdiciaba ninguna porción de estos animales marinos, el principal sustento de los nativos de Kivalina. Sin embargo, desde hace 20 años no han logrado realizar una captura digna de sus usanzas, ya que se ha vuelto peligroso orillarse en las cada vez más finas capas de hielo.
Otra de las amenazas que pronto pudieran azotar a la isla de Kivalina, quizás el primer lugar en desaparecer a causa del cambio climático, son las violentas olas que van abriendo su paso hacia los poblados, como resultado de la pérdida del nivel del hielo que servía como barrera. El asunto ha alcanzado tal severidad que el Cuerpo de ingenieros del ejército prevé que la isla Kivalina será inhabitable dentro de diez años.
¿Qué pasará entonces con los habitantes del posible primer lugar en desaparecer a causa del cambio climático? El tiempo de acción se acorta y el futuro es incierto para los isleños. La falta de financiamiento y preparación de parte del gobierno para reubicar a quienes viven en zonas costeras de Alaska, vulnerables al cambio climático, mantiene en tensión a los aldeanos.
Pues, según afirma Robin Bronen, director del Proyecto de Justicia de Inmigración de Alaska, miembro de un grupo de derechos humanos e investigador de la Universidad de Alaska, “no existe una agencia gubernamental que tenga responsabilidad de reubicar a una comunidad entera, tampoco cuentan con los fondos para hacerlo. Significa que para comunidades como Kivalina no saben qué pasos tomar.”
Esto nos obliga a preguntarnos, ¿estamos preparados para enfrentar las consecuencias del cambio climático? De acuerdo al informe del Grupo Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), “en muchos casos no estamos preparados para hacer frente a los riesgos del cambio climático. Las inversiones en una mejor preparación pueden reportar dividendos tanto para el presente como para el futuro”. En sí, la respuesta parece poco prometedora.
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