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jueves, 21 de diciembre de 2017

Los científicos logran "revivir" la única nave humana que llegó fuera de nuestra galaxia

La Voyager 1 ha recorrido gran parte del sistema solar. Pero no es importante solo por eso, es también el objeto hecho por el humano más alejado de la Tierra que nos ayudará a conocer mejor el universo que nos rodea.  

La Voyager 1 es una sonda espacial robótica de 722 kg, lanzada el 5 de septiembre de 1977, desde Cabo Cañaveral, Florida. 

Sigue operativa en la actualidad, prosiguiendo su misión extendida que es localizar y estudiar los límites del sistema solar, incluyendo el cinturón de Kuiper y más allá, así como explorar el espacio interestelar inmediato. 
Su misión original era visitar Júpiter y Saturno. Fue la primera sonda en proporcionar imágenes detalladas de los satélites de esos planetas. A una distancia de 135 unidades astronómicas (20 195 730 000 km) del Sol. 

En junio de 2016 se convirtió es la nave espacial más alejada de la Tierra y la única en el espacio interestelar, pero aún sin salir del sistema solar. Necesitaría seguir viajando 17.702 años aproximadamente para salir a la nube de Oort. Entrará en esta en unos 300 años aproximadamente. 

La Voyager 1 es actualmente el objeto hecho por el humano más alejado de la Tierra, viajando a una velocidad relativa de la Tierra y el Sol mayor que la de ninguna otra sonda espacial. 
¿Por qué dicen que la nave "revivió"?

El pasado 28 de noviembre, los científicos de la NASA consiguieron corregir la actitud de la trayectoria de la sonda gracias a los propulsores TCM (de «maniobra de corrección de trayectoria»), que son iguales que los propulsores de actitud en tamaño y capacidad y están en la parte trasera de la sonda. 


Desde que la Voyager 1 pasó por Saturno, 37 años antes, no se habían vuelto a usar. La reorientación pudo hacerse mediante pulsos de 10 milisegundos; una maniobra de precisión sobre todo teniendo en cuenta que las señales de control tardaron 19 horas y 35 minutos en llegar a la sonda. 

Después, el 2 de diciembre, a 20 916 millones de kilómetros (38 h 14 min horas-luz de la Tierra), la sonda se dirige al centro de nuestra galaxia, la Vía Láctea, dejando el espacio dominado por la influencia de nuestro Sol y entrando así en el espacio entre las estrellas, el espacio interestelar. 

Luego, el 4 de diciembre de 2017 la NASA informó que el equipo de técnicos del Voyager 1, trabajando con los propulsores TCM (de corrección de trayectoria), lograron reorientar la antena de alta ganancia hacia la Tierra. Con este procedimiento se espera incrementar la vida útil de la sonda hasta, por lo menos, el año 2025. 

Desde su lanzamiento, en 1977, estas correcciones de la posición de la nave respecto a la Tierra se hacían con los impulsores de control de actitud, pero estos se han degradado con el paso del tiempo y el continuo uso. Los propulsores TCM, en cambio, estaban inactivos desde hace 37 años, oportunidad en que se utilizaron para maniobrar la nave y apuntar con precisión los instrumentos hacia los planetas estudiados. 

¡Una gran noticia para nuestra exploración espacial!

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