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domingo, 23 de julio de 2017

El misterio inexplicable de los Bote Vargas: más de 200 detenciones y siguen en la calle

David Bote Vargas y su banda fueron apresados por última vez el pasado 14 de julio. Junto a sus tres hermanos, Félix, Óscar y José Luis, conforman una de las sagas que «implantó» el robo por el método del alunizaje en Madrid
La escena le es de sobra conocida. Poco importa que haya sido detenido en más de 70 ocasiones o arrastre otros tantos antecedentes policiales. El pasado 14 de julio, David Bote Vargas volvía a ser arrestado -la tercera en lo que va de año- tras cometer en menos de tres meses una treintena de alunizajes. Esta vez cayó junto a su nueva banda, en el barrio de Barajas, cuando trataban de sustraer un vehículo con el que acometer su siguiente robo. Ninguno opuso resistencia. Saben que tarde o temprano volverán a pisar la calle. Y ahí, el clan de los Bote Vargas, solo conoce una palabra: delincuencia.

Tras su última detención, el 27 de abril, los agentes del Grupo de Delincuencia Organizada de la Guardia Civil poco tardaron en sospechar que el segundo en la saga de los Bote Vargas había vuelto a las andadas. Una vez en libertad, David dejó atrás a su última cuadrilla y juntó a tres nuevos compinches con el único propósito de retomar los palos. En mayo arrancaron su actividad delictiva, hasta el punto que, a mediados de junio, acumulaban ya más de 30 robos en establecimientos repartidos por toda la región y la sustracción de una veintena de vehículos de gran cilindrada.

Liderados por Bote Vargas, los cuatro aprovechaban los horarios de cierre -con indiferencia de la hora del día que fuera- de tiendas de móviles, estancos, casas de apuestas, bares y restaurantes para estampar los vehículos de alta gama y, en el caso de resultar necesario, estallar los sistemas de cierre mediante grandes mazas u otras herramientas. Una vez en el interior, se movían con rapidez. En pocos minutos, desvalijaban la caja registradora y cuantos objetos de valor encontrasen a su paso, y emprendían la huida a gran velocidad.

Un viejo conocido
Con un radio de actuación muy extenso -«cometieron pillajes en Meco, Colmenar Viejo, Valdemoro, Getafe... pero también en Madrid capital», señalaron ayer a ABC fuentes del Instituto Armado-, los investigadores descubrieron pronto que se encontraban ante un grupo «muy activo y perfectamente estructurado y organizado». Precisamente, la extensa ficha delictiva de Bote Vargas fue lo que puso en alerta a la Guardia Civil. Solo tuvieron que seguir su rastro y esperar. Finalmente, la operación -denominada Cerbero Águilas- se saldó con los cuatro detenidos, españoles todos ellos y con edades comprendidas entre los 23 y los 35 años, edad, ésta última, que tiene Bote Vargas. Actualmente, se encuentran en libertad con cargos.

Apresado por primera vez en el año 2000 por un robo con intimidación, David Bote Vargas acumula un amplio registro en los ficheros policiales. Forma parte junto a su hermanos, Félix, Óscar y José Luis, de uno de los clanes que «implantó» los asaltos por el método del alunizaje en Madrid. Suma más de 70 detenciones; dos, además de la actual, en lo que va de año. El 16 de enero cayó junto a la banda de Samuel Escudero, «Samuelillo», también por saqueos de índole similar. Y el 27 de abril fue capturado al toparse de frente con un patrulla cuando huía, en dirección contraria, tras un robo en un bar de Tetuán. Un vergonzoso historial que, sin embargo, parece no tener fin.

El clan familiar que aprendió a robar estampando coches

Cuando no era más que un adolescente, David Bote Vargas ya tenía claro cual iba a ser destino. De la mano de su hermano mayor, Félix, los dos aprendieron a delinquir en el poblado chabolista de Las Mimbreras. Y lo hicieron, especializándose en el método del alunizaje. Eso sí, cada uno a su estilo. Félix en farmacias y David en joyerías. Junto a otras sagas, como la de los Lázaro, atesoran el dudoso honor de implantar este tipo de robos en Madrid. Sus carreras delictivas siempre han caminado en paralelo con los múltiples arrestos: 70, en el caso de David; y más de 120, en el de Félix. Con tal panorama, sus hermanos menores, Óscar y José Luis, no tardaron mucho en seguir sus pasos. Óscar, el más escurridizo de todo el clan, fue apresado el pasado 5 de mayo tras cometer un centenar de pillajes en tan solo tres meses. Llevaba huido de la justicia desde 2009 y presentaba cuatro requisitorias en vigor de ingreso en prisión. José Luis, por su parte, es la cara «menos conocida» por las autoridades. En 2012, fue apresado junto a Óscar y Félix tras una serie de robos con fuerza. Además de los alunizajes, los cuatro han cometido numerosos asaltos mediante el método del butrón.

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