Arqueólogos excavaron una fosa común de la época de la Guerra Civil Española y encontraron el cerebro naturalmente preservado de 45 personas, que habían sido fusiladas y enterradas en una ladera. España tiene cientos de grandes fosas desde la guerra, de 1936 a 1939, como resultado de la dictadura del fascista genocida Francisco Franco. Debido a la falta de “fondos” y el “pacto de olvido” del país en los años setenta, muy pocos han sido desenterrados.
Los cerebros de algunos de los cuerpos, en la tumba de La Pedraja, Burgos, fueron preservados por condiciones ambientales muy específicas: las fuertes lluvias se filtraban durante décadas en los agujeros de bala en los cráneos de las personas asesinadas. Los cerebros vivieron un proceso de “saponificación”, que los convirtió en una sustancia parecida al jabón. También encontraron un corazón que se mantenía preservado. Verdaderamente es un hallazgo sin precedentes.
“Sólo hay alrededor de 100 casos documentados en el mundo de cerebros preservados”, dijo el arqueólogo a cargo. Estos cerebros forman la colección más grande de cerebros humanos preservados naturalmente en el mundo.
Solo 16 de los 104 cuerpos han sido identificados. Rafael Martínez, presidente de una asociación socialista asesinada por los partidarios de Franco en 1936, fue recientemente identificado como uno de los cuerpos en La Pedraja.
Si esos cerebros pudieran contar su historia, mostrarnos las ultimas horas del horror, mirar nuestro tiempo con los ojos de su historia. Imagina todo lo que dirían esos cerebros. Imagina los mensajes que callaron, los últimos pensamientos que dedicaron, la última imagen que cruzó veloz, como una bala, antes de la muerte.
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