Están presentes en las neveras de todas las casas y se trata de un recurso fácil. Estamos hablando de las ensaladas de bolsa. Parece un elemento totalmente saludable e inofensivo, pero recientemente un estudio de la Universidad de Leicester ha alertado del riesgo de salmonela que se encuentra en ellas. En éste se determina que los jugos que salen de las hojas que se venden en bolsas de plástico aumentan el crecimiento de la salmonela 2.400 veces, sin que la refrigeración evite tal hecho: «Las hojas de la ensalada se cortan durante la cosecha y encontramos que incluso microlitros de sus jugos que salen del los bordes cortados de las hojas permiten que la salmonela crezca en el agua, incluso refrigerando la bolsa», afirma la doctora Primrose Freestone.
«Una vez abierta, las bacterias presentes de manera natural en las hojas también crecen mucho más rápido», destaca Freestone. Además, la salmonela se adhiere fuertemente a las hojas. En este sentido, se recomienda comer lo antes posible este tipo de ensaladas una vez se han comprado, no guardarlas más de un día después de abrilas y consumirlas siempre antes de la fecha de caducidad indicada.
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