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viernes, 24 de noviembre de 2017

Salvar al pulmón de nuestro planeta es posible gracias a esta iniciativa sin precedentes

Le llaman el «pulmón del mundo» y con buena razón. La selva amazónica es hogar de más la mitad de especies de plantas y animales del mundo, pero en los últimos 40 años ha estado amenazada por la deforestación, las plantaciones de soja y la ganadería. Desde ese entonces, el Amazonas ha perdido el 18 % de su vegetación.

Durante décadas vimos con impotencia cómo la selva iba perdiendo sus árboles y nos sentimos desolados, pero ahora hay una noticia que nos llena de esperanza por el futuro: la iniciativa de reforestación más grande de la historia.

Una iniciativa con vuelo
La ONG Conservation International anunció un nuevo y ambicioso plan: plantar 73 millones de árboles en seis años. Se trata de la iniciativa de reforestación tropical más grande de la historia y se focalizará más que nada en el llamado «arco de deforestación», la zona más afectada del Amazonas.

Gracias a esta nueva iniciativa, 283 kilómetros cuadrados de tierra baldía volverá a convertirse en una selva frondosa, pero no de la forma que estamos acostumbrados. Para llegar a sus metas, la organización utilizará una nueva técnica de plantación llamada muvuca, que en portugués significa «mucha gente en un espacio pequeño» y consiste en plantar semillas de una variedad de especies nativas en cada pulgada de tierra deforestada.

«Con las técnicas de reforestación por las que se coloca cada planta, consigues una densidad de 160 árboles por hectárea», explicó Rodrigo Medeiros, vicepresidente del programa en Brasil y líder del proyecto, en una entrevista con Fast Company, «con muvuma, el resultado inicial es de 2500 especies por hectárea. Y después de 10 años puedes conseguir 5000 árboles por hectárea. Es mucho más diverso, más denso y menos costoso que las técnicas tradicionales».

Ganar - ganar
Por si necesitabas más razones para admirar este proyecto, no solo le van a dar un nuevo futuro a la selva, sino que lo harán con la ayuda de las comunidades indígenas del Amazonas. Más de dos mil personas de la zona trabajarán juntas para reforestar las tierras que pueden ser granjas privadas o zonas protegidas por el gobierno y pertenecientes a los nativos. 

Por otra parte, las semillas que se usarán son de la Red de Semillas Xingu, que ha proveído de semillas nativas a más de 40 organizaciones desde 2007 y cuya red de recolectores se compone mayoritariamente de mujeres indígenas y jóvenes locales. De esta manera, le darán oportunidades de empleo a personas que, por lo general, quedan en los márgenes de la sociedad.

El futuro es verde
Ya se plantaron un millón de árboles, lo que significa un comienzo muy promisorio, pero hace falta más para lograr la meta que se propone el proyecto: frenar el calentamiento global.

«Si el mundo va a llegar a la meta de calentamiento que acordamos en París, entonces proteger los bosques tropicales en particular tienen que ser una gran parte de eso», explicó M. Sanjayan, CEO de la organización, a Fast Company, «no son solo los árboles lo que importan, si no qué tipo de árboles. Si estás pensando en sacar el dióxido de carbono de la atmósfera, entonces las selvas tropicales son los factores más importantes».

Y tiene razón, según un estudio realizado por científicos de la Universidad de Boston, los bosques tropicales están tan degradados que, en vez de absorber el dióxido de carbono de la atmósfera, se están convirtiendo en una fuente de emisión de estos gases. Lo que sucede es que los árboles siguen cumpliendo con su función, pero las pérdidas han sido tan grandes que las plantas no pueden compensarlo. 

Por fortuna, el mundo está tomando consciencia de la necesidad de cuidar el ambiente e iniciativas como las de Conservation International consolidan nuestra esperanza: el futuro del mundo puede ser verde, pero requiere del esfuerzo de todos.

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