Dicen que estamos hechos de historias. Nuestra vida no se mide en años o décadas sino en las historias que tienen inicios, nudos y desenlaces –la relación con nuestro primer amor y el desencanto que nos enseñó más de lo que queríamos, el trabajo de nuestros sueños que nos impulsó a seguir un camino en la vida o los viajes que cada vez nos transforman de maneras impensables.
Cuando somos niños creemos en las historias del ratón de los dientes o de que hay duendes en los jardines, pero a veces siendo adultos tenemos la necesidad de perpetuar esas historias que transforman nuestra realidad en algo mucho más interesante. Quizás de esa manera surgió la intriga al rededor del hoyo de Mel.
Hace 20 años una llamada telefónica comenzó un mito que llevó a miles de personas a obsesionarse con esa historia. El 21 de febrero de 1987 Mel Waters llamó al programa de radio Coast to Coast AM que conducía Art Bell. Ahí comenzó a hablar de un misterioso agujero en su propiedad que al parecer no tenía fondo.
La llamada de más de 30 minutos muestra a un hombre muy serio, que con lujo de detalle habla de este agujero que intentó medir al atar una libra de peso a hilo para pescar y que después de bajar esa libra por más de 24 kilómetros, aún no encontraba un final. Rápidamente la gente se interesó en el agujero de Mel, cuya locación nunca fue revelada. Mel se limitó a decir que estaba en su propiedad cerca de Ellensburg, Washington.
La forma en la que Mel contó la historia hizo que muchos creyeran lo que decía. Comenzó como un extraño agujero, luego insertó el elemento de la profundidad que parecía ser infinita y después, como si no fuera algo extraño, dijo que poseía la extraña facultad de revivir a los animales, pues según él vio cómo el perro muerto de un vecino suyo era arrojado al agujero y poco tiempo después lo vio caminando en los alrededores como si nada.
A pesar de lo fantástico de la historia, muchos lo creyeron y quisieron saber más. Mel siguió llamando al programa de Art Bell, elaborando la teoría, incluso encontraron mapas de la zona con un extraño cuadro blanco que cubría la zona en Mel mencionaba, creando una teoría de conspiración gubernamental. Fue en 2005, cuando Google Earth llegó al mercado, que muchos usaron las imágenes satelitales para buscar el misterioso agujero, pero todas las pistas que encontraban resultaban ser irregularidades o estanques sin nada en especial.
En esa época, un funcionario del distrito de Ellensburg afirmó que no existen papeles que demuestren que un Mel Waters haya vivido en la zona, por lo que la última transmisión de Radio de Mel fue un poco decepcionante cuando dijo que el gobierno había expropiado su tierra y lo había obligado a mudarse a Australia y nunca hablar del asunto. Una jugarreta clásica de los charlatanes.
Poco a poco el entusiasmo se apagó y aunque hoy es un mito urbano, cada cierto tiempo surgen personas que aseguran que Mel tenía razón, que han encontrado un agujero sin fondo en los alrededores de Washington y que extrañas cosas pasan ahí. Nuestra necesidad de creer en historias fantásticas fuera del límite de nuestra razón siempre nos harán creer que Mel fue algo más que una broma telefónica.
¿Para ti, es mentira o realidad?
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