La historia de la humanidad se extiende durante miles de años, y los historiadores nunca podrán conocer todos sus secretos. Se han encontrado muchísimos artefactos y objetos extraños durante el curso de las excavaciones arqueológicas que lanzan preguntas que incluso dejan sin respuesta a los más expertos en este campo. Y eso hace que la búsqueda de la verdad sea aún más interesante.
Aquí te traemos algunos de los objetos históricos más destacados que se han encontrado en los últimos años, y que los historiadores y arqueólogos no pueden explicar.
Las Gigantes esferas de Piedra de Costa Rica:
Estas misteriosas formaciones rocosas son realmente intrigantes, no sólo por su perfecta forma esférica, sino además por su origen y propósito desconocido.
Fueron descubiertas en los años 30, por trabajadores que estaban limpiando la jungla de una plantación de plátanos. Las leyendas locales sugerían que que las misteriosas esferas contenían oro escondido en su interior, pero cuando explotaron algunas de ellas con dinamita, resultó que estaban completamente vacías.
Nadie sabe quién hizo estas esferas o por qué las hicieron. Es posible que simbolizaran cuerpos celestiales observados por una cultura antigua, o que sirviesen como marcadores entre los territorios de distintas tribus.
La Batería de Bagdad
Parece que los mesopotámicos nos dieron un pequeño empujoncito sobre cómo producir electricidad mucho antes de que se descubriese. En los años 30, un misterioso artefacto fue descubierto durante una excavación arqueológica no muy lejos de Bagdad. La conocida “Batería de Bagdad”, se trataba de una vasija de 13 centímetros con una barra de hierro sobresaliendo por la boca. Un cilindro de cobre se encontraba en el interior del vaso, y dentro había de nuevo otra barra de hierro.
Después de examinar su construcción, los expertos llegaron a la conclusión de que se trataba de una batería antigua, capaz de producir una corriente eléctrica de 1 voltio.
Según una teoría, esa batería se podría haber empleado para galvanizar metales con oro. Pero los expertos todavía no se explican cómo un desarrollo tecnológico tan gigantesco se podría haber olvidado posteriormente, y además no se había encontrado nada parecido en las regiones vecinas.
El Manuscrito Voynich
El Manuscrito Voynich puede que sea el libro más misterioso del mundo. Su autor es desconocido, y está escrito en una lengua indescifrable. Sus páginas están repletas de símbolos inexplicables y extrañas ilustraciones.
Lo que hace a este manuscrito tan inusual, es el hecho de que está escrito empleando un alfabeto único que no tiene nada en común con ningún sistema de escritura conocido hasta la fecha.
Este impenetrable guión dejó fascinados a los criptógrafos del siglo XX, y todavía no han sido capaces de descifrarlo.
Esculturas de oro Incaicas
Estas figuras de oro de misteriosos animales encontrados en Sudamérica pueden recordar a máquinas voladoras, lo que es difícil de creer. Lo que sirvió de inspiración a estas culturas indígenas todavía sigue siendo una incógnita.
En 1996, los constructores de aeronaves alemanas Algund Eenboom y Peter Belting confirmaron la hipótesis de que estas estatuillas fueron máquinas voladoras. Construyeron unas réplicas exactas aumentando el tamaño por un factor de 16, y las equiparon con motores y sistemas radio control.
Ambos modelos no sólo eran capaces de despegar, sino que además podían realizar maniobras incluso con los motores apagados.
El disco genético
Este fascinante artefacto parece representar objetos y procesos que los científicos modernos sólo han sido capaces de observar a través de los microscopios. En particular, por increíble que pueda parecer, el “Disco genético” muestra la concepción y el desarrollo de un embrión humano. Además de esto, las imágenes muestran una versión verdaderamente extraña de una cabeza humana.
El disco está hecho de un material excepcionalmente fuerte nadie parece entender cómo se hizo, y que teóricamente habría sido imposible de fabricar por una sociedad de aquella época.
El mecanismo de Anticitera
El mecanismo de Anticitera es uno de los mecanismos de computación más antiguos conocidos, puede que sea el primer computador analógico de la historia, con un diseño realmente complejo.
Después de décadas de investigación, los historiadores determinaron que el mecanismo estaba pensado para mostrar la posición del Sol y la Luna y el movimiento de los planetas, así como predecir eclipses solares y lunares y algunos eventos clave de la Tierra, como los Juegos Olímpicos.
Todavía sigue existiendo controversia sobre la cuestión de si las civilizaciones antiguas fueron capaces de producir este tipo de complejos dispositivos antes de la aparición del mecanismo de Anticitera. Algunos expertos afirman que su diseño – un conjunto de engranajes de bronce – influenció a los dispositivos del siguiente milenio.
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