Hace unos meses os hablamos del caso de Kirill Tereshin. Un ex-militar ruso que se inyectaba silicona en los brazos para hinchárselos y así tener unos bíceps “como tu cabeza” (Como se dice vulgarmente). Pues bien, Kirill, corría riesgo de tener parálisis en los brazos, de tener que amputárselos o incluso de llegar a morirse. Sin embargo, el Popeye ruso, contra viento y marea tenía decidido seguir haciéndolo para hincharse cada vez más y más… hasta ahora.
Ha tenido que ser su ídolo, Romario Dos Santos Alves, otro Popeye brasileño aunque de manera “””””natural””””” (nótense las comillas) el que le convenciera para dejar de poner en riesgo su vida y extraerse todo el aceite que se había inyectado en los músculos. Pero claro, Kirill no quería volver a ser un piltrafilla. Y mucho menos a tener que ejercitarse para conseguirlos. Así que inmediatamente después de extraerse todo el synthol, ha decidido sustituirlo por implantes de silicona. Eso sí, ya que estaba, también ha inflado los músculos de sus piernas (con silicona igualmente).
Tras recuperarse, los dos animalitos se han paseado por programas de TV para lucir sus figuras…
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