La madre y el padre, de Beveren, Bélgica, tenían una tienda de alimentos naturales e insistieron en centrar la alimentación de su pequeño Lucas en una dieta alternativa que incluía leche de quinoa, a pesar de que los médicos la calificaran como inadecuada, según informa Metro.
Lucas pesaba menos de la mitad de lo normal para un niño de su edad por culpa de esta dieta. Justo antes de que el pequeño falleciese pesaba unos 4 kilos.
Pudo demostrarse a través de una atopsia que el estómago del bebé estaba completamente vacío, y aunque el pequeño se quejaba por gases en los días que llevaron a su muerte, los padres nunca pensaron en buscar atención médica. Además, encontraron una estampita en el pañal del pequeño.
Ayer se celebró el juicio donde los padres han sido acusados por los fiscales de la muerte de su hijo después de darle la comida equivocada y administrarle su propia dieta.
El fiscal declaró que “los padres determinaron su propio diagnóstico de que su hijo era intolerante al gluten y tenía una alergia a la lactosa”. También culparon a los padres por llevarle a un médico homeopático al otro lado del país cuando el bebé estaba muriendo de hambre, en lugar de ir al hospital más cercano.
Defendiéndose, el padre de Lucas, Peter S. dijo: “Nunca fuimos con Lucas a un médico porque nunca notamos nada inusual”. Su madre, Sandrina V., dijo entre lágrimas: “A veces ganaba un poco de peso, a veces perdía un poco. Nunca deseamos la muerte de nuestro hijo”.
Según su abogado Karine Van Meirvenne, los padres pensaban que Lucas tenía un problema alimenticio. Le administraban leche de avena, leche de arroz, leche de alforfón, leche de sémola, leche de quinoa… Todos los productos que venden en su tienda.
La alimentación de leche de quinoa y otros alimentos de este tipo para los niños es absolutamente insuficiente. “Este tipo de leche, que se puede comprar en un supermercado, no contiene las proteínas necesarias, minerales y vitaminas que necesitan los bebés. No se ajustan a los lactantes y, por lo tanto, no son adecuados”, según explica la gastroenteróloga infantil Elisabeth De Greef, del Hospital Universitario de Bruselas.
El juicio aún está en curso y habrá que esperar hasta el 14 de junio para conocer la sentencia.
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