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miércoles, 21 de junio de 2017

Cómo sobrevivir a la primera hora después de una explosión nuclear

Aunque suene algo exagerado o apocalíptico, un ataque nuclear puede darse en cualquier momento. Por si alguien no lo recuerda, Kim Jong Un y Donald Trump, entre otros, tienen acceso a misiles nucleares. Ante tal realidad, no está de más saber cómo sobrevivir a la primera hora después de una explosión nuclear. 60 minutos que serán cruciales para determinar si serás de los que repoblarán el planeta o de los que formará parte de la lista de millones de fallecidos. Si te gustan estos temas, echa un ojo a Las partes fundamentales del átomo

Cómo sobrevivir a la primera hora después de una explosión nuclear

A la hora de exponer cómo sobrevivir a la primera hora después de una explosión nuclear, vamos a tomar como zona del impacto la ciudad de Nueva York. Un clásico de Hollywood, llevado a una catastrófica pero plausible realidad. Una hora es lo que necesitas para sobrevivir, si has tenido la suerte de no morir frito por el estallido de la bomba nuclear. Obviamente, este lanzamiento violaría, entre otros muchos, el protocolo de kyoto: qué es, normas y países que lo comparten
Minuto 1

Para sobrevivir a una bomba nuclear de 10 KT, deberías estar a casi dos kilómetros de la zona de impacto. Obviamente, Nueva York entera no sería arrasada pero, de primeras, en torno a 100.000 personas habrían perdido la vida de forma inmediata. A las víctimas, se sumarían los edificios dentro del radio de dos km del impacto, aunque los daños alcanzarían a construcciones ubicadas hasta a cinco kilómetros. Serían daños leves pero, por ejemplo, la virulencia de los cristales al romperse, podría causar daños importantes en miles de personas.

Minuto 1 a 15

Una vez asimilada la situación, tienes 10 minutos para buscar un refugio seguro. Obviamente, tras un impacto nuclear, la radiación estará en toda la superficie y son letales, además de invisibles al ojo humano. Morir por envenenamiento nuclear es más cruel y lento que hacerlo por el impacto de la bomba. Desde múltiples ampollas en todo el cuerpo a daños irreversibles en la médula, pulmones, intestinos y efectos a medio plazo como cáncer de piel o sangre. Ojo con eso que no es broma. Toca buscar refugio.
Obviamente, descartamos el coche, por mucho que tenga los cristales tintados. Los rayos gamma atravesarán el cristal y te darán de lleno. Hay que buscar edificios robustos, con paredes lo más grandes posibles y en pisos bajos, pues la radiación se acumulará en terrazas, tejados y plantas superiores. En este caso, los sitios más demandados de Nueva York serían edificios antiguos de hormigón, aparcamientos subterráneos en edificios de oficinas o los túneles del Metro. Sí, dan miedo, pero los trenes van a estar parados un tiempo.

Minuto 15 a 60

Otro elemento que has de tener en cuenta es con quien te juntas. Las partículas radiactivas se transmiten de una persona a otra, así que mucho ojo con quién compartes refugio y dónde ha estado en los 15 minutos anteriores. Ropa, pelo y piel acumulan esas partículas, al igual que el polvo y el polen, y las pasan a otras personas. Muerte flotante. Y dolorosa.
Si alguien vomita, sospechad. No sólo eso, temed. El estómago y el tracto intestinal son las zonas más sensibles a este tipo de radiación. Vomitar no hará sino confirmar que esa persona está infectada de radiación, y que tiene muchas papeletas para morir. Mejor alejarse. Sí, hay un medicamento llamado Prussian Blue que ayudaría a evacuar la radiación en menos tiempo pero, ¿llevas algo de Prussian Blue encima? ¿Crees que habrá en la farmacia de enfrente del edificio? ¿Irás tú a por ella?

Lo mejor es aislar a estas personas hasta que pase el momento de pánico. El resto no va a estar de brazos cruzados. Lo primero es, una vez en el refugio, cambiarse la ropa y sacudirse el pelo para quitar las partículas radiactivas de encima. Es más que probable que no haya agua. Si hay, perfecto, lávate pero con cuidado. No frotes demasiado. Si haces herida, provocarás que las partículas entren en tu torrente sanguíneo y se distribuyan antes por tu cuerpo.

Minuto 60 en adelante

Ahora toca echarle paciencia al asunto. No vas a tener electricidad, ni mucho menos Internet, así que toca esperar. Dentro de la situación catastrófica, hay algo positivo y es que la radiación de una bomba nuclear se va en poco tiempo. En principio, pasadas 24 horas, algo más del 80% de la energía de la radiación se ha disipado. Eso sí, el viento puede ser un aliado de los rayos gamma. Mejor no fiarse y esperar, al menos, 72 horas.
Lo más aconsejable es esperar a que la Administración Trump actúe e informe de la situación a sus ciudadanos. Vaya usted a saber dónde está el presidente USA en ese momento, pero confiamos en que alguien de su equipo asuma la responsabilidad de cuidar a la ciudadanía. Además, en las horas siguientes a la explosión, las calles no serán nada seguras. Caos, saqueos, robos, asesinatos… El estado de sitio dará paso a un panorama de pillaje que derivará en miles de muertos por radiación en las horas venideras.

Mientras esperas, es hora de sacar ánimos donde nos los hay. Intenta calmar a la gente que te acompaña, darles esperanzas y asignarles tareas. Lo primero que vais a necesitar son alimentos, medicinas y agua. Haz equipos y a buscar por el edificio, sin arriesgar lo más mínimo.
Pasados unos días, el Gobierno informará que lo peor ha pasado y mucha gente podrá volver a sus casas. Eso sí, salvo que éstas estén en el radio de acción de la bomba nuclear. En tal caso, o son demolidas o puestas en cuarentena. Toda precaución es poca con una bomba nuclear. Pero, como dijo aquel, al menos tenemos salud. Sí, y algunos tres brazos desde el día B.

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