Hay cuadros, o situaciones, que no quisiéramos ver jamás porque son tan tristes y devastadores que nos desgarran el corazón. Cómo quisiéramos que el mundo fuera un lugar feliz para todos los seres vivos, y que nunca hubiera sufrimiento pero, el mundo real se encargará de tumbar nuestros sueños.
Todos los bebés, de cualquier especie, pertenecen con su madre (y padre, claro), dependiendo de la especie. Y encontrarte uno completamente solo, y en peligro de muerte hiela la sangre de un solo tajo.
Pero, en esta historia, de pronto llegó Leia, una hermosa perrita curiosa que se acercó a la orilla del mar en la rocosa playa de Criccieth (cerca de la desembocadura del río Dwyfor), en Gales (Wales), Reino Unido.
Su propietario comenta que estaba tomando fotos del paisaje cuando escucho a la perrita ladrándole, avisándole que había encontrado algo:
El bebé delfín pudo regresar al mar y esperemos que logre tener una feliz y larga vida, siempre recordando a su amiga peluda, que aquel día, salvó su vida.
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