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domingo, 2 de julio de 2017

Esta niña ha muerto por comer algo que todos tenemos en casa y que creemos inofensivo

Brianna Florer de 2 años de edad tuvo una Navidad inolvidable y dos días más tarde, la pequeña de Oklahoma estaba muerta.

Los médicos informaron que el causante era una pequeña batería/pila de botón que la niña se había tragado, dijo el portal de Daily News.

A pesar de que Brianna había presentado únicamente una ligera fiebre durante unos días, ella actuaba de forma normal y alegre. Incluso el día después de Navidad, cuando abrió sus regalos en la casa de sus abuelos estaba feliz, informó Tulsa World.

“El sábado estaba bien”, dijo el abuelo de la pequeña, Kent Vice, quien trabajaba en el condado de acuerdo a la página de la familia GoFundMe. “Fue una Navidad perfecta”, dijo.

La noche del domingo, la niña empezó a vomitar sangre y su piel se volvió azul. Sus padres preocupados, Brian y Stephanie Florer, llamaron a una ambulancia.

“Ella vomitó de nuevo”, dijo el abuelo. “Fue una gran cantidad de sangre, y la llevamos al hospital Grove”.

Los médicos se dieron cuenta del problema de forma rápida y la trasladaron de inmediato a otro hospital donde le realizaron una cirugía.

“Ellos la operaron durante 2 horas y media, pero no pudieron detener la hemorragia”, comentó el abuelo.

La familia de Brianna Florer explicó: “no teníamos idea de cuándo se la tragó”.

Los doctores les dijeron que probablemente había ingerido la batería seis días antes de su muerte.

Ahora, el abuelo está hablando sobre los peligros de las baterías de botón, como la que su nieta se tragó.

“Quiero seguir estas cosas fuera de los hogares”, dijo. “Son peligrosas.”

El médico forense comentó que realizarán una autopsia en los próximos dos a cuatro meses, la cual determinará la causa oficial de la muerte.

En 2016 hubo 53 muertes causadas por la ingestión de una batería de botón, según el Centro de Control de Envenenamientos Oklahoma, sin embargo no todos los incidentes de baterías son mortales.

A nivel nacional hubo 11.940 casos de niños que comieron baterías entre 2005 y 2015. Quince terminaron en muertes y 101 dieron lugar a graves problemas de salud, según el Centro Nacional de Toxicología del Capitolio.

A raíz de la muerte de Brianna, la familia Florer comenzó una campaña para que los padres pongan especial cuidado en casa para que este terrible suceso no vuelva a suceder.

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