Francia, plaza fuerte de la energía atómica en Europa, cerrará hasta 17 reactores nucleares en los próximos ocho años. El ministro de Ecología, el conocido medioambientalista Nicolas Hulot, concretó este lunes en una entrevista radiofónica el método para reducir la proporción de la energía nuclear en la generación de electricidad en Francia. Ahora representa un 75%. En 2025 debe bajar hasta un 50%, según la ley adoptada en 2016 con el anterior presidente, François Hollande, y confirmada por su sucesor, Emmanuel Macron. Los planes no cuestionan el papel fundamental que seguirá teniendo en Francia las centrales nucleares, controladas por Électricité de France (EDF).
Mientras países como Alemania ya tienen avanzado el calendario para cerrar todos sus reactores, Francia mantiene la energía nuclear como un pilar de su independencia geopolítica y energética. Con la salida de Reino Unido de la Unión Europea, Francia será el único miembro del club con la bomba nuclear. Y es el país del mundo con la mayor producción per cápita de energía nuclear. Ambas —la bomba y las centrales nucleares— forman parte de la columna vertebral de la Francia moderna.
La primera central nuclear se construyó en 1963, tres años después del primer ensayo con la bomba atómica. Fue en los setenta, tras el choque petrolero, cuando París aceleró la apuesta por una fuente de energía que no emite gases contaminantes pero de enorme potencial destructivo en caso de accidente, y productora de residuos peligrosos durante centenares de miles de años.
Los vínculos del actual Gobierno con el sector son notorios: el primer ministro, Édouard Philippe, fue director de asuntos públicos del gigante Areva entre 2007 y 2010. Durante la campaña electoral para las presidenciales de abril y mayo, los ecologistas reprocharon a Macron su timidez en cuestiones medioambientales. El nombramiento de Hulot, y la contundente reacción del nuevo presidente al abandono, por parte de Donald Trump, del acuerdo climático de París, redimieron en parte las sospechas.
Lo novedoso en la declaración de Hulot es que, por primera vez, un ministro cuantifica el número de reactores que deberían cerrarse para cumplir con los objetivos de la ley. Hoy hay 58 reactores en funcionamiento y 19 centrales nucleares.
“Quizá serán hasta 17 reactores”, dijo Hulot a RTL. El proceso será paulatino. “Detrás de estos reactores hay hombres y mujeres que trabajan. Cada reactor tiene una situación económica, social e incluso de seguridad muy diferente”.
En Francia todo cambio requiere consensos amplios, y más si afectan a sectores estratégicos, y más aún si estos están controlados, como es caso del nuclear, por un viejo monopolio cuyo accionista mayoritario es el Estado. El sector nuclear da trabajo en Francia a 220.000 personas, según datos de la Sociedad Francesa de Energía Nuclear, lo que lo convierte en la tercera industria después de la aeronáutica y el automóvil. Seis de los 18 miembros del Consejo de Administración de EDF pertenecen a los sindicatos.
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