La agorafobia es una de las fobias más frecuentes en la sociedad, su nombre proviene del griego: “agora” que significa “lugar de reunión” y “fobia” que quiere decir “miedo”.
La agorafobia es un trastorno de ansiedad caracterizado por un miedo intenso a los lugares abiertos o llenos de personas, así como los lugares y situaciones de los que puede resultar difícil escapar. No se sabe con exactitud cuántas personas padecen de agorafobia porque a menudo es algo que muchas personas no cuentan, pero se estima que entre el 1% al 7% de la población puede padecer este trastorno.
La agorafobia puede coincidir con otros trastornos mentales, tales como: ataques de pánico, trastornos de ansiedad generalizada, fobia social y trastornos de estrés postraumático.
Puede causar un gran impacto negativo en el ámbito personal, social y profesional de la persona que la padece. Sin embargo, el trastorno se puede tratar con psicoterapia y medicamentos y la mayoría de los pacientes señalan sentirse mejor con el tratamiento.
¿Cuáles son los síntomas de la agorafobia?
Los signos y síntomas de este trastorno incluyen:
— miedo a salir de casa solo;
— miedo a las multitudes y a las filas de espera;
— miedo al transporte público, espacios cerrados (como tiendas y cines) y espacios abiertos (como estacionamientos o centros comerciales);
— sensación de angustia si terminas en los lugares o en las situaciones mencionadas anteriormente;
— los síntomas físicos incluyen aumento del ritmo cardíaco, sudoración, temblores, dificultad para respirar, dolor en el pecho, náuseas y/o diarrea, debilidad y mareo.
La agorafobia puede reducir significativamente la calidad de vida de una persona. Si crees que tu o alguno de tus familiares padece de agorafobia, no dudes en consultar con tu médico.
¿Cuáles son los factores de riesgo de desarrollar agorafobia?
Al igual que con muchos otros trastornos mentales, aún no queda claro la causa exacta de la agorafobia, pero hay factores pueden aumentar el riesgo de desarrollar este trastorno, entre ellos están:
— tener un familiar con agorafobia;
— tener otro trastorno mental, como ataques de pánico;
— tener temperamento ansioso o nervioso;
— acontecimientos estresantes en la vida, como la muerte de un ser querido, ser atacado y o abusado.
¿Cómo se trata la agorafobia?
Existen diferentes formas para tratar la agorafobia. Muchos pacientes reportan mejoramiento con la terapia cognitivo conductual y la terapia de exposición. Los medicamentos utilizados para tratar los síntomas de la agorafobia incluyen los antidepresivos (como los inhibidores selectivos de recaptación de serotonina) y las benzodiazepinas (una clase de medicamentos sedantes).
Es poco probable que la agorafobia desaparezca sin tratamiento. Si no se trata, puede llegar a ser tan grave que el individuo puede dejar de salir de casa. Pero, si el trastorno se aborda de manera oportuna, la mayoría de los pacientes pueden volver a sus vidas con normalidad.
Ningún trastorno es menos importante que otro, por eso si crees que tu o algún familiar o amigo necesita ayuda, no dudes en acudir a los profesionales de la salud para paliar tus síntomas y mejorar tu calidad de vida.
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