Imagina que des a luz a tus gemelos y descubras que no solo tienen claras diferencias en su apariencias físicas reflejadas en el rostro, sino que el color de la piel es totalmente distinto. Eso fue lo que le ocurrió a Michelle Zanihser y su pareja Cruz Torres.
Ambos habían decido ir más serio en la relación cuando, de pronto, Michelle quedó embarazada de gemelas. Tras nueve meses de embarazo la pareja vio por primera vez a sus bellas hijas.
Al principio las diferencias no eran tan notorias, pero cuatro años después era evidente que las niñas eran muy diferentes.
Una gemela tiene la tez blanca, mientras la otra es morena.
Michelle y Cruz pensaron que las bebés habían sido intercambiadas en el cunero, indagaron en el hospital, preocupados por las diferencias. Pero resultó que sí eran sus gemelas y eran muy distintas. ¿Qué había pasado? ¿Cómo era posible?
En realidad, no es nada extraño ni anormal que eso ocurra, sobre todo tratándose de una unión interracial. Cruz es de origen caribeño, de Puerto Rico, mientras Michelle es de Norteamérica. Siendo así, ambas gemelas pueden haber recogido la información genética de ambos padres.
No hay nada de malo en que nuestros hijos sean diferentes entre ellos y de nosotros. Mucho menos si se trata del color de la piel, que no define absolutamente nada. Eso es algo que la pareja tiene muy seguro y fomenta el respeto entre la familia.
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