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martes, 4 de julio de 2017

El cáncer pierde más batallas con la máquina donada por Amancio Ortega

El cáncer pierde cada día más batallas con la vida. A esta guerra, donde entra en juego la pericia de los profesionales, el avance imparable de la técnica y la mayor conciencia social sobre la importancia de prevenir, se ha añadido una potente arma. Una revolucionaria máquina que alarga la supervivencia de las mujeres que luchan contra el cáncer de mama con una única sesión de radioterapia de entre 18 y 40 minutos, inmediatamente después de que el tumor sea extirpado y sin salir del quirófano. Los equipos actuales que existen en la mayoría de hospitales españoles y andaluces, auténticas moles difíciles de mover y a menudo obsoletos, obligan a las pacientes a someterse a entre 15 y 25 sesiones diarias para lograr o, al menos intentarlo, el mismo efecto: que el cáncer sea historia y no vuelva a aparecer jamás. Todo son ventajas. Para las pacientes que lo han probado, para los profesionales que la utilizan, impresionados por su precisión al aplicarlo sobre el lecho tumoral y por lo manejable que resulta. Ventajas también para el sistema público de sanidad -y, por ende, para los andaluces que lo sostienen con sus impuestos-. El Servicio Andaluz de Salud (SAS) ahorra el costoso tratamiento con fármacos.

Por paradójico que pueda parecer, han surgido voces que desprecian este «regalo». No es el artilugio de última generación en sí, sino por su procedencia. «Debería darnos pudor que una empresa como» la de Amancio Ortega «financie equipos sanitarios en Andalucía con un presupuesto en sanidad de 33.000 millones de euros», le reprochó la líder de Podemos en Andalucía, Teresa Rodríguez, a la presidenta de la Junta, Susana Díaz, durante un debate parlamentario.

Pese a quien pese, la donación del tercer hombre más rico del mundo (según la lista «Forbes») ya es una realidad en Córdoba. Entre 80 y 100 pacientes al año pueden utilizarla al año sólo en este hospital. El primero de los 25 equipos de radioterapia intraoperatoria que van a ir llegando hasta 2020 a los hospitales públicos de Andalucía está funcionando desde hace un mes en el Hospital Universitario Reina Sofía de la capital cordobesa. La filantropía del magnate de la industria textil con la sanidad andaluza se cifra en 40 millones de euros, según el convenio que desarrolla el protocolo de intenciones entre la Junta de Andalucía y la Fundación Amancio Ortega suscrito el 19 de mayo de 2016. El propietario de Inditex donará hasta 320 millones a hospitales de toda España.

Entre el equipo médico y sus primeros usuarias, todo son palabras de elogio. Amalia Palacios, jefa de servicio de Oncología Radioterápica del Hospital Reina Sofía de Córdoba, se muestra «totalmente contenta» con esta donación. Desde el punto de vista médico, «se da visibilidad a una técnica de tratamiento contra el cáncer que tiene menos mecenas que el arsenal farmacológico». «Aligera costes y hace que los pacientes ganen años de vida. Contribuye a mejorar la supervivencia de quienes luchan contra el cáncer. Con eso se va al garete cualquier critica», advierte esta médico que participó en la elección de la máquina. Permite tratar con exactitud la zona donde existe un mayor riesgo de que el cáncer se reproduzca, sin dañar el tejido sano adyacente. «Con un acelerador convencional, las mujeres tenían que desplazarse hasta cien kilómetros para realizar a 15, 20 o 25 sesiones. Ahora basta con una en el quirófano», explica Palacios.

El cáncer no solo erosiona el cuerpo, también desgasta la mente. Las virtudes del acelerador llegan al terreno psicológico. «Aparte de la comodidad, la percepción de gravedad en el paciente se reduce», resume esta profesional, que ya sueña con aplicarlo en otros tumores con alto riesgo de reincidencia como el de páncreas, colorrectal y sistema nervioso central. No está indicada para todas las patologías.

María del Carmen Anta Carmona, de 60 años, auxiliar de Enfermería en el Reina Sofía, es una de las primeras pacientes que han aprovechado este novedoso método. El pasado 7 de junio le extirparon un tumor de 1,5 centímetros y luego recibió la radiación de la máquina. «Al día siguiente ya estaba en mi casa y me olvido del hospital, no he tenido que volver», relata. «Una cuñada mía, con el mismo problema, tuvo que pasar por sesiones de quimio y radioterapia durante varios días. Estoy agradecida», señala.

«Dejad que nos ayuden»
Ella suscribiría sin pensarlo la campaña de recogida de firmas, a través de la plataforma Change.org, que ha puesto en marcha Tina Fuertes de la Torre al grito de «dejad que nos ayuden». Esta enferma de cáncer de Marbella responde así a los reparos de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública, que ha pedido a las comunidades que rechacen las donaciones del dueño de Zara.

La filantropía de Ortega va a suponer una actualización completa de la tecnología en los centros sanitarios de las ocho provincias, que en algunos casos empezaban a mostrar signos de obsolescencia. Darán la bienvenida a 25 aceleradores lineales para el tratamiento de enfermedades oncológicas, de los que 17 reemplazarán a otros tantos con más de diez años de antigüedad.

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