La imaginación y las fantasías no entienden de idiomas, nacionalidades ni etnias. Independientemente de la edad, la necesidad de tener sexo va de la mano con las ganas de materializar en el acto los deseos previos. Las fantasías sexuales son aquellas que logran transportar a los seres humanos a los lugares más íntimos, sensuales y secretos de la mente. Son un recurso erótico como lo puede ser una película pornográfica o un juguete. Mientras fantaseamos, en la imaginación no existen las consecuencias que pudiera tener esa acción en la realidad.
El estado sentimental nada tiene que ver con las escenas pasionales que se generan y visualizan en la mente. La gente sueña con que sus deseos carnales se hagan realidad, o ¿no? Según un estudio sobre las fantasías sexualesllevado a cabo en la Universidad de Montreal, parece que, al menos en el caso de las mujeres, no es así. Mientras que los hombres son más propensos a hacer realidad estos sueños, las mujeres prefieren que se queden en su mente.
Para llegar a esta y otras conclusiones, contaron con una muestra de 1.500 adultos (mitad mujeres y mitad hombres) a los que hicieron cuestionarios sobre su vida sexual con el objetivo de conocer algunas de las fantasías sexuales más comunes, así como detectar aquellas excesivamente fuera de lo común. Más del 60% de las participantes coincidió en que ser sometidas por sus parejas es el punto clave que buscan “cumplir” en la cama. El informe, publicado en la revista ‘Journal of Sexual Medicine’, coincidió en que este hecho se repite (casi siempre) en la mente de millones de mujeres de todo el mundo.
Es fundamental compartir y comunicar los gustos sexuales en pareja. De lo contrario, las fantasías no cumplidas pueden influir en el deseo de infidelidad
Mejor pensarlo que hacerlo
El 95% de las personas fantasean con algo, según el Proyecto Tabú. Una investigación anterior demostró que entre un 40 y 60% de las mujeres desean ser sometidas y que su pareja lleve el papel dominante mientras que los hombres a menudo desearían poder ver a su pareja con otras personas o teniendo sexo con otra mujer .
Según los médicos y directores del estudio, Christian Joyal y Amélie Cossette, “las que tienen este tipo de fantasía también buscan un papel dominante, por lo que los temas sadomasoquistas suelen ser tratados más como un pensamiento que como una realidad en la vida sexual debido a los tabúes que todavía existen”. Por ejemplo, no es lo mismo imaginar tener sexo con 10 personas a la vez que hacerlo, quizá en la práctica no estés tan cómodo y seguro como en tus pensamientos.
Mientras fantaseamos, en la imaginación no existen las consecuencias que podría tener esa acción en la realidad
Joyal explica que esto se debe a que “las mujeres en general distinguen claramente entre la fantasía y el deseo”. Son conscientes de que algunas de esas “películas mentales” podrían no ser del todo agradables si se diesen en la vida real, ya que muchas están relacionadas con situaciones de subordinación descontroladas.
Hay que tener mucho cuidado si se quiere que la fantasía deje de ser solo eso. Lo que en un principio suena positivo, divertido y bueno también puede ser un arma de doble filo que nos haga sufrir ya que en caso de llevarla a la práctica, podría acabar siendo una mala experiencia. De la fantasía a la realidad hay mucho trecho.
Dominación
Según los expertos en sexología, hay dos tipos: las que sueñan con ser dominadas y las que se sienten atraídas por el papel de dominatrix. Las primeras podrían tener demasiado control sobre sus vidas y anhelar perderlo durante el sexo, mientras que las que fantasean con forzar a alguien a tener sexo con ellas podrían estar deseando tener más poder en la vida real y buscar un cambio de roles al menos durante las relaciones con su pareja.
Dentro de los juegos de dominación y sumisión, la práctica que se desea es la anal (no que se lleve a la práctica). “El ano es una de las zonas erógenas que más carga simbólica tiene desde el punto de vista cultural y social. Para las mujeres “brindarse” al otro de esta manera puede ser indicador de sumisión, y aunque las relaciones siguen centradas en la penetración, el clítoris sigue siendo protagonista para la estimulación femenina”, comenta Walter Ghedin, psiquiatra y sexólogo a ‘Infobae’.
El 95% de las personas fantasean con algo, las mujeres con ser dominadas y los hombres con ver a su pareja con otra persona
Los resultados de sus encuestas demostraron que “hay más fantasías comunes que atípicas”. La cantidad de parafilias confesadas era mucho menor que aquellos deseos coincidentes como la sumisión en el caso de las mujeres, las relaciones fuera del matrimonio o el ‘menage a trois’. En España, según un estudio realizado por dred.com (médicos especializados en sexualidad), el 20% de los encuestados querría hacerlo encima de la mesa además de hacer el 69 de pie y la carretilla de rodillas.
En cuanto a sexos, los hombres votaron con más frecuencia el 69 de pie y el sexo anal como prioridad. En cuanto a ellas, hacerlo encima de la mesa o también el 69 de pie estaban en los primeros puestos de la lista. Sin embargo, el sexo anal ni aparecía en sus preferencias.
“En la pareja es fundamental compartir y comunicar los gustos sexuales. De lo contrario, las fantasías no cumplidas juegan un rol predominante y pueden influir en el deseo de infidelidad”, comenta el sexólogo Juan Carlos Kusnetzoff.
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