Ya está a la venta la primera muñeca sexual con inteligencia artificial y su éxito fue inmediato. Su creación estuvo a cargo de la compañía Realbotix, que también diseñó una aplicación que acompaña a estos robots sexuales. Este software permite que el robot hable y mantenga una conversación, una «habilidad» que los convierte en los androides sexuales más reales hasta el momento.
Pero la empresa no parece detenerse y ahora tiene un nuevo objetivo en la mira.
El año de los robots sexuales masculinos
El fundador de Realbotix Matt McMullen afirmó que próximamente habrá también robots sexuales masculinos. El empresario reconoció que existe una demanda masiva de ellos. Estos robots contarán con un pene «biónico» que será del tamaño y de la forma que el usuario desee. Además, podrán ser programados para que estén activos el tiempo que se prefiera.
Según declaraciones de McMullen al Daily Star, su creación tiene un potencial de mercado más grande que el de otros juguetes sexuales femeninos. El doctor David Levy es un investigador que está a cargo del proyecto y comentó que «está seguro de que las mujeres encontrarán a este robot tan atractivo como un hombre real».
El avance de la inteligencia artificial
En una teleconferencia en Lisboa, Stephen Hawking dio su opinión sobre el avance de la inteligencia artificial:
«La creación de una inteligencia artificial (IA) efectiva podría ser el evento más grande en la historia de nuestra civilización o el peor, simplemente no lo sabemos [...] tenemos que ser conscientes de los peligros, lograr identificarlos, usar las mejores prácticas posibles y prepararnos por adelantado para las consecuencias».
El científico puso énfasis en que el avance de la inteligencia artificial puede ser beneficioso, pero solo si el ser humano logra controlarla. De lo contrario, podría «poner en riesgo la supervivencia de los seres humanos». Además, en una entrevista que le hizo BBC afirmó que «los robots podrían llegar a tomar el control y rediseñarse a sí mismos».
¿Qué consecuencias tendrá la IA?
No tenemos más que recordar todas las brillantes historias de ciencia ficción que la literatura y el cine nos ha regalado para no desestimar la advertencia que nos hace Hawking. O simplemente podemos ir más cerca y rememorar el primer capítulo de la segunda temporada de Black Mirror: «Be Right Back».
Ante la pérdida de su pareja, Martha hace uso de la tecnología para apaciguar su dolor: acepta un proyecto en fase experimental y adquiere un robot físicamente idéntico al de su pareja, Ash. El androide tiene una inteligencia artificial que le permite comunicarse con ella, de hecho, logra emocionarse y reaccionar igual que lo hacía Ash.
El robot es una réplica exacta que logra incluso satisfacerla sexualmente, pero carece de libre albedrío, entre otras características propias de los seres humanos. Con el paso del tiempo, Martha se siente sofocada y la tecnología no logra completar ese «vacío», sino potenciarlo.
Entonces,¿es positivo que se estén creando robots sexuales con inteligencia artificial? Como afirmaba Hawking, todo depende del motivo que impulse esa creación (y querer completar un vacío lejos está de ser un buen motivo).
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