Ponerse farruco cuando la Policía te da el alto no es buena idea. Lo ha descubierto por las bravas un motorista que conducía borracho. Insultó y faltó el respeto a los agentes llegando a mostrarles sus genitales. La consecuencia: una condena de nueve meses de cárcel y 15 sin carné de conducir, según informa La Voz de Galicia.
Todo ocurrió el 10 de mayo de 2015. Una patrulla de la Policía Local de A Coruña detectó a un hombre que conducía una moto y, a simple vista, parecía tener muchos problemas para mantener el equilibrio debido a su estado de ebriedad. Al darle el alto, el motorista desobedeció las órdenes del cuerpo de seguridad y aceleró, desencadenando una persecución en la que iba a más de 100 kilómetros por hora, sin respetar las señales de tráfico ni semáforos, y poniendo en peligro al resto de conductores y peatones. Finalmente, perdió el control del vehículo y se fue al suelo.
La caída no disminuyó el ímpetu del motorista, que tras ser levantado por los agentes se revolvió y trató de desembarazarse con golpes mientras les dirigía toda clase de insultos y amenazas como "cuando esté libre, voy a por vosotros y os abro la cabeza". Al llegar el turno de realizar el control de alcoholemia, su rebeldía no remitió y se negó a soplar, incluso teniendo el aparato en la boca. Cuando se le avisó de que si se negaba sería denunciado, el hombre decidió bajarse los pantalones, mostrar sus genitales y responder: "Soplen aquí". No quedó todo ahí, ya que ante la amenaza de ser llevado al juzgado espetó: "Entonces también puede venir el juez a soplar aquí".Para más inri, un mes después del incidente protagonizó un suceso similar con los mismos ingredientes: alcohol, insultos y exhibicionismo. Su conducta le ha llevado a una condena de cárcel de nueve meses de cárcel y 15 meses sin carné decretada por el Juzgado de lo Penal número 5 de A Coruña.
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