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jueves, 13 de julio de 2017

Las impactantes imágenes de un bebé dormido en las escaleras del metro al que nadie prestó atención

Hoy me siento profundamente indignado al observar la indolencia a la que podemos llegar los seres humanos. Una sociedad que está dejando de lado la empatía y la amabilidad, cada vez más ensimismada por su egoísmo e intereses personales.

El bebé que estáis a punto de ver en las siguientes imágenes, las cuales pueden herir vuestra sensibilidad, estaba completamente solo, vulnerable y desnudo tirado en las escaleras de una boca de metro de Manila. Un lugar muy transitado, tal y como puede apreciarse en las fotos, pero las reacciones de la gente al ver tal escena brillan por su ausencia.

Las imágenes fueron tomadas fueron tomadas por A.J. Laberinto en Mayo de 2014, pero aún hoy siguen dando la vuelta al mundo para hacernos reflexionar sobre la condición y los valores de nuestra sociedad.

Literalmente, se nos rompe el corazón al ver semejante imagen…
Nadie se paró a socorrer al pequeño, a pesar de que tenían que sortearle para subir o bajar
Solo algunos parecían “ver” al bebé…
¿Es este el comportamiento humano?
Laberinto, la persona que denunció abiertamente en Facebook este tipo de situaciones, acompañaba las imágenes con el siguiente comentario narrando los hechos:
“AHÍ ESTABA YO, CÁMARA EN MANO, DANDO LA VUELTA A LA ESQUINA CUANDO VI AL NIÑO. DURANTE VARIOS SEGUNDOS EL BEBÉ YACIÓ EN EL SUELO, NO MURIÉNDOSE, SINO MÁS BIEN DORMIDO. LOS TRANSEÚNTES, ESTANDO ACOSTUMBRADOS A VER A NUMEROSOS NIÑOS EN LAS CALLES TODOS LOS DÍAS, REACCIONARON COMO DE COSTUMBRE: ALEJÁNDOSE. DESPUÉS DE HABER TOMADO LAS FOTOS, PREGUNTÉ A LA MULTITUD DÓNDE SE ENCONTRABAN LOS PADRES DE AQUEL BEBÉ. FUE ENTONCES CUANDO UNA MUJER, UN TANTO DESALIÑADA Y ATAVIADA CON ROPA SUCIA, SE ACERCÓ HASTA EL BEBÉ Y SE LO LLEVÓ. TODO OCURRIÓ EN UN LAPSO DE SEGUNDOS…”

Días después de aquello, Laberinto le llevó comida al bebé. Al parecer, el niño vivía todo el tiempo en la calle y no conocía otra vida que no fuera esa.

Qué triste… ¿qué nos está pasando? ¿de verdad nos hemos vuelto tan insensibles y fríos? Que cada uno de nosotros ayude a recoger las piezas, recordando siempre que la caridad empieza por nosotros mismos. Abramos nuestros corazones y ayudemos a los miembros más vulnerables de nuestra comunidad.

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