¿Hay mayor alegría para una mujer que la de traer una vida al mundo? Probablemente cada una tengamos una reacción distinta cuando nos dan la noticia de ser mamá, pero la conclusión final es que se trata del mejor momento de nuestras vidas, algo inexplicable, que como bien dicen… Para entenderlo, hay que vivirlo.
Bueno, pues ahora imagínate, si esa alegría se duplicase en el acto; que en vez de una, traigas dos vidas al mundo. Este ha sido el caso de Donna Aylmer, quien lloró de la emoción cuando el doctor le dijo que no venía uno, sino dos bebés en camino.
Y cuando por fin llegó el ansiado día, nunca imaginó lo que vería. Donna quedó totalmente sin palabras.
Sus mellizas, Lucy y María, eran totalmente diferentes. Lucy tenía los ojos azules, tez muy blanca y cabello liso y pelirrojo, y María sin embargo, tenía ojos marrones, tez morena y el cabello rizado y castaño oscuro.
A todos les costaba creer que pudiesen ser mellizas. ¡No podían explicarse cómo tan bellas y a la vez distintas! Incluso su madre, Donna, estaba impactada. No obstante, todo esto tenía una explicación.
Donna es medio británica y jamaicana, y el padre de las pequeñas es también británico. Las pequeñas son mellizas, esto significa que dos óvulos distintos fueron fecundados por distintos espermatozoides. Hablando genéticamente, Donna tiene genes con rasgos claros y oscuros, es por ello que una de las mellizas tiene la piel clara y la otra oscura.
Las mellizas recibían constantes burlas en el colegio precisamente por sus distintos tonos de piel, especialmente Lucy, a quien le asignaron el apodo de “fantasma” o “gasparín”, además de recibir comentarios de que era adoptada. Sin embargo, María también se torturaba con cómo era ella misma, detestaba sus rizos; cada noche lloraba por querer tener el cabello liso y pelirrojo de melliza Lucy.
Y bueno, pasado el tiempo, esas dos pequeñas mellizas tan lindas pero tan diferentes, se han hecho ya mayores. Lo cierto es que a día de hoy, siguen siendo tan distintas como antes, y me atrevería a decir que aún más, pues ahora también son totalmente opuestas en cuanto a su personalidad y sus gustos. Lucy es una chica muy reservada y apasionada del arte, y en cambio María es muy extrovertida y amante de la moda.
Sí, puede que estas mellizas sean polos opuestos… Pero por encima de todo hermanas y mejores amigas. Con el tiempo han aprendido a quererse a sí mismas, incluidas a sus diferencias, a sus pieles, a sus cabellos y a sus personalidades. ¡Están orgullosas de quiénes y cómo son!
Aunque hay algo que se mantiene… La admiración de María hacía su hermana. ¡Desea con todas sus fuerzas que, al menos, uno de sus futuros hijos se parezca a Lucy!
¿Qué bonita es la admiración entre hermanos, verdad? Quizá no se parezcan mucho físicamente, ni tan siquiera en sus vestimentas, pero en lo que sí se parecen es, en la sonrisa permanente que tienen sus rostros, y por supuesto, en lo mucho que se admiran, quieren y aman. ¿Hay algo más imprescindible que un hermano?
¡Es increíble cuanto han crecido en este tiempo y lo preciosas que son ambas!
¿Y tú qué opinas? ¿Crees que se parecen?
A continuación, te mostraremos un vídeo donde podrás ver cómo lucen estas mellizas a día de hoy:
Ojalá ambas logren sus metas, alcancen todos sus objetivos y tengan el futuro que se merecen.
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