Seguidores

Pages - Menu

lunes, 29 de diciembre de 2014

Cuidado con la marca CE en las etiquetas: ¿Conformidad Europea o China Export?

El marcado CE lleva alrededor de 20 años con nosotros. Nos rodea en nuestra vida cotidiana, está presente en la mayoría de los productos que utilizamos a diario: teléfonos móviles, electrodomésticos, juguetes, gafas de sol, etc. De hecho los consumidores nos hemos acostumbrado a ver estas siglas en las etiquetas junto a los componentes del producto y otros detalles de fabricación. Si aparece CE estamos tranquilos: cumple las normas y exigencias europeas de calidad.
Pero esto no siempre es así. En los últimos años al marcado CE, que identifica a los productos que han pasado las evaluaciones europeas de seguridad y salud, le ha salido un competidor fraudulento, el denominado China Export, que utiliza las mismas siglas.
A primera vista los símbolos son idénticos: la misma tipografía e igual tamaño y color. Solo tienen una pequeña diferencia, prácticamente inapreciable: la separación de las letras. En el caso del etiquetado asiático la C y la E están algo más unidas que en el etiquetado europeo.
El marcado CE significa ‘Conformité Européenne’, es decir, conformidad europea. Es obligatorio para muchos productos y el fabricante es el responsable de su colocación antes de la puesta en el mercado del producto. Cuando un fabricante coloca esta marca declara que “el producto ha sido evaluado antes de ponerse a la venta y que cumple los requisitos de seguridad, salud y protección del medio ambiente de la UE”.
El fabricante debe etiquetar los productos con el marcado CE y, a su vez, los distribuidores deben verificar la presencia del etiquetado, así como de la documentación justificativa necesaria.
El truco de China Export
Pero en los últimos años ha surgido un uso indebido o fraudulento. Son los productos que también llevan el símbolo CE, pero como abreviatura de China Export, que no compromete al fabricante a cumplir ninguna norma, solo informa de que el producto procede del país asíatico.
¿Qué productos deben llevar CE?
No todos los artículos están obligados a llevar esta marca. Sí deben mostrarlo:
·Todos los aparatos electrodomésticos, eléctricos, maquinaria y bricolaje, productos informáticos, etc. Es decir, productos industriales (aunque no todos) y eléctricos en general.
·Los productos infantiles, juguetes, plastilina, pinturas de dedos, etc.
·Equipos de protección individual (gafas de sol, trajes de neopreno, chalecos salvavidas, guantes profesionales, cascos, etc).
·Los productos láser debido a la compatibilidad electromagnética.
No están obligados a llevarlo:
·Adaptadores eléctricos (enchufes y clavijas…), que al no aplicarles la Directiva sobre baja tensión, no tienen obligación de llevarlo.
·Vehículos y accesorios, están sometidos a procedimientos de homologación y no necesitan el marcado CE.
·Productos que no tienen riesgo para la seguridad, como textiles, muebles, etc.
Si se detecta que un producto debería llevar el marcado CE y no lo lleva y, además, se trata de un artículo que no es seguro y podría presentar un riesgo para la salud, los organismos de Consumo lo notifican a la Red de Alerta de productos peligrosos, y se procede a su retirada u otra actuación que se considere oportuna.

martes, 23 de diciembre de 2014

Preguntas Suicidas, Verdades Que Queman

¿Y si…? Dos palabras: Y – si, seguidas de una frase llena de dudas, empapada de arrepentimiento, bañada en un mar de remordimientos y acompañada por dos signos de interrogación. “¿Y si hubiera esperado un poco más?”  “¿Y si no le hubiera dicho que se fuera?” “¿Y si le llamo?” Podría seguir con el “Y si…” eternamente, pero la realidad es que no existe forma posible de volver atrás, solo en nuestra imaginación, donde podemos imaginarnos una vida diferente, una respuesta acertada a la altura de nuestras expectativas, un final de historia, sin final. Y la realidad también es que, el ser humano es un animal racional pero con un corazón impulsivo, desobediente, aunque inteligente, por eso, cuando nuestra mente quiere creer algo que no es, siempre hace que tarde o temprano nos choquemos con la realidad, porque a veces solo hace falta que se nos escape un impulso emocional para recibir una respuesta dolorosa, inesperada y a la vez temida, porque en el fondo, sabíamos perfectamente lo que iba a ocurrir.

Hay palabras que se las lleva el viento y otras que hace falta un vendaval para esfumarlas. Pero los hechos hablan por sí solos y estos, aunque nos duela, permanecen en el tiempo. Tenemos la mala costumbre de no aceptar la realidad y hacer caso omiso a lo evidente porque no encaja con el guion que nuestra mente ilusionada había maquinado. Tenemos la mala costumbre de bebernos de un trago promesas como drogas y cerrar los ojos ante actos que disparan clavos directos al corazón.

La retirada es fácil, sobran los motivos, pero siempre piensas que puede cambiar, siempre piensas que quizás está en un momento difícil y que necesita su tiempo, siempre crees que no es posible que algo tan bonito pueda solo existir en tu cabeza. Tenemos la capacidad asombrosa de olvidar lo que nos hace daño y vivir felices con pequeños detalles que nos hacen volar de forma esporádica y efímera. Nos agarramos a un clavo ardiendo sin tener en cuenta que los clavos buenos nunca arden y que cuando es bueno de verdad, los hay a montones, sin que tengas que elegir a cuál agarrarte para no caer y tocar suelo.

¿Y si no le llamas? ¿Te atreves? Ten en cuenta que existe la posibilidad de que, a tu sorpresa, no te reclame, ¿estás dispuesta/o a asumir ese riesgo? Aceptar la realidad nunca es fácil pero la verdad solo duele una vez, la mentira cada vez que la recuerdas. Quémate. ¿Y qué sientes por mi? Pero, entonces, ¿no estás enamorado? Hay preguntas suicidas y también necesarias, preguntas cuya respuesta conoces, pero a veces, la única forma de pisar suelo es tocar fondo, a veces la única manera de abrir los ojos es quemándote, sentir el ardor de las llamas en tu interior, saltar al abismo, caer y reconocer, que ya hace tiempo que caminabas sola.

Y mi pregunta es la siguiente: ¿era necesario? Quizás hubiera sido mucho más fácil y menos doloroso haber escuchado, desde el principio, a tu corazón en lugar de a tus oídos, quizás hubiera sido más coherente hacerle caso a tu instinto y no a tu mente acostumbrada a manipular la realidad para no herirte, quizás hubiera sido mejor aceptar la realidad y buscar otro camino, o mejor, otra compañía. O quizás no, quizás necesitamos quemarnos para sentirnos vivos, tal vez es la única salida para poder, saber, decir adiós.

Sea como sea, te quemes o escapes del fuego, no te tortures. La realidad es solo una, querer es poder y quien te quiere, te busca y te encuentra. ¿Y si…? Dos palabras: Y–si, seguidas de una frase llena de dudas, empapada de arrepentimiento, bañada en un mar de remordimientos y acompañada por dos signos de interrogación. La respuesta es solo una: Todo hubiera sido igual.

Nueve Frases Malditas Que Tendrás Que Oír Cuando Cumplas Los 30

Lo sabes. Se nota en el aire. Te acercas a los 30 irremediablemente y no hay nada que puedas hacer para evitarlo. Se mastica la tragedia… O peor todavía: ya los has cumplido. Llegó el maldito cambio de década. Te va a costar mucho acostumbrarte a escribir un tres en lugar de un dos cuando rellenes la casilla “edad” en los formularios.

Pero si hay algo que te saca de tus casillas son todas esas frases típicas y tópicas sobre los 30 que la gente te suelta tan felizmente, como si nada, cuando ya los has cumplido. Aquí tienes nueve ejemplos de frases cuyos autores deberían ser condenados al fuego eterno.

“Si es que ya no tienes 20 años…”
Ponte en situación: llegas a casa después de estar toda la noche de farra, quemando la ciudad. Pero ahora que tienes 30, trasnochar te pasa factura, y al llegar a casa no luces la mejor de tus caras. Más bien pareces un gremlin con resaca. Entonces te encuentras con alguien y te suelta la frase mágica. ¡Así da gusto regresar a casa!



“Te están saliendo arruguitas en los ojos, pero son de sonreír tanto”
Desde luego, un cumplido tan cursi como destructor. Ya que te gusta tanto sonreír, aprovecha ahora para esbozar tu mejor sonrisa y responde: “¿Por qué no te vas a la mierda un ratito?”.

“¿No piensas sentar la cabeza?”
Lo tuyo es la variedad, y te gusta cambiar de pareja más que de gafas. Pero claro, parece ser que eso es más propio de los alocados 20 y a los 30 ya debes sentar la cabeza y encontrar al amor de tu vida. Un consejo: ni puto caso.

“Yo con 30 años ya tiraba de una casa para adelante”
Típica frase de las madres o padres. Vale, que sí, que tenías críos, un piso y un matrimonio súper feliz. ¿Quieres que te demos una medalla al mérito o te conformas con que te pongamos una calle?



“Tienes que encontrar un trabajo estable”
Claro, claro… ¡Como si fuera tan fácil! Y si puede ser un trabajo aburrido y rutinario y hasta el fin de los días, mejor, ¿no?

“¿Es que no te gustan los niños o qué?”
Especialmente si eres chica, vas rozando los 30 y largos y todavía no has tenido descendencia, escucharás con frecuencia frases parecidas a esta. Es también típica la de “que se te va a pasar el arroz”. Deja a todos alucinando con una buena respuesta, por ejemplo: “Sí, los niños me gustan mucho. Ayer me comí dos al ajillo”.

“Señor/a, ¿me puede devolver la pelota?”
¿Señor? Solo cuando oyes esta frase emanando de la dulce voz de un niño sabes lo mucho que duele. Te destrozará el corazón. Sentirás la tentación de devolverle la pelota, pero de una enérgica patada y directa a la cabeza de ese pequeño y maldito bastardo que se ha atrevido a llamarte así.



“¡Que hay que empezar a cuidarse!”
Tu cuerpo serrano ya no es tan serrano como a los 20, y ahora los excesos con la comida (y la bebida) se empiezan a notar, en forma de barriga en ellos y de cartuchera en ellas. Tú ya eres consciente de eso y te jode, pero lo que más te jode es que venga alguien a recordarte que tienes que hacer dieta.

“Lo siento, pero es que eres muy mayor para mí”
Sin duda, la peor frase de todas las que puedes oír a los 30. Te dejará fuera de combate y desmontado por completo, sintiéndote como un despojo humano. Por cierto, ¿oyes eso? Son tu juventud y tu sex-appeal gritando mientras caen por un precipicio… Seguramente, necesitarás guardar cama durante unos días para recuperarte tras esta dosis de sinceridad asesina.

Ser Vegano O Vegetariano En Navidad: Cómo Superar El Tercer Grado Familiar

Para ponernos en situación, imaginaos el drama que se monta en una familia súper conservadora y tradicional cuando un hijo sale del armario, pues bien, ser de Euskadi y renegar del chuletón supone un shock y una incomprensión similar para la familia vasca de pura cepa.

De hecho, puedo recordar perfectamente a mi madre comentando: “Esta es una fase que está pasando la chavala”, como si me hubiera plantado allí con una camiseta de Justin Bieber o algo por el estilo. Como llevo unos años pasando por este duro trance y ya estoy curtida, aquí van unos consejillos para poder salir (casi) ileso de las jornadas familiares navideñas siendo un pobre comehierbas primerizo.

1 – La hora de la comida
Puede que con el tiempo tus familiares se interesen un poco por el tema y te preparen alguna cosilla para ti, pero, de primeras, lo más normal será que ni siquiera tengan claro qué comes y qué no, así que lo más recomendable es que lleves un tupper de supervivencia o unas socorridas hamburguesas vegetales.

Estarán bastante confusos y frustrados diciendo cosas como “Ya nos había comentado algo tu padre de que ahora comías como vegetariano, pero pensábamos que pollo comerías” y “Anda, qué más te dará por un día, no nos hagas el feo”. Las preguntas “¿Ah, pero jamón tampoco?”, “¿Pescado por qué no?” y “Pero si solo lleva un poquito de panceta, ¿eso también cuenta?” se pueden suceder durante horas, por lo que mantén la calma, que esto no ha hecho más que empezar.

2 – Las acusaciones y teorías conspiratorias varias
En el segundo round, alguno puede comentar que eso del veganismo tiene que ser como una secta y que te han lavado el cerebro. Otro soltará los clásicos de que todo vegano ha tenido que escuchar sobre la evolución, estar en la cima de la pirámide alimentaria, dirá que somos cazadores y te preguntará si piensas que un león es malo por comerse a las pobres cebras.

Cuando la family al completo lleva un rato increpándote con estupideces varias es difícil no dudar de si siempre te han odiado y están aprovechando la situación para hacértelo saber. Es probable que seas el primer vegano que conocen en su vida y todo les parece muy raro, así que respira hondo y explícales que lo haces sobre todo por ética, por intentar ser más justo y mejor persona y que crees que deberían simplemente valorar que intentas hacer algo bueno por los demás. Si después de eso siguen jodiendo, desconecta el cerebro un rato, que no hay nada que hacer.

 3 – Todos van a ser médicos y nutricionistas
Es bastante complicado ver a un montón de gente enchufándose colesterol y vino en vena poniendo en tela de juicio lo saludable de tu estilo de vida, pero paciencia one more time, que ya queda poco para que saquen los turrones.

Tu familia, como la mayoría de gente, no tiene ni idea de nutrición. Lo más parecido que han podido palpar en la vida fue cuando hicieron la dieta de la alcachofa en 1988 y cogieron 6 kilos más después por el maldito efecto yoyó. Estarán muy preocupados sobre todo por tus dificultades para conseguir hierro, proteínas y calcio, explícales rapidito que todas esas cosas pueden conseguirse de fuentes vegetales sin problema y, con suerte, te dejarán terminar tranquilo lo que te queda de tupper.



Como medida drástica pero eficaz, recomiendo hacerte unos análisis de sangre antes de Navidad, y si siguen cuestionando non-stop tu salud, se los plantas en la mano y tema zanjado. Lo más probable es que tengas los resultados más saludables entre los presentes, a ellos seguirá pareciéndoles que tu dieta es un sacrilegio y que te estás muriendo por dentro aunque se te vea estupendamente, pero al no tener más argumentos seguramente lo dejarán estar.

Y cuando las fuerzas flaqueen, recuerda que esta será la primera vez en la que los pantalones te suban con la misma facilidad al inicio que al final de las fiestas, ¡todo tiene premio en esta vida!

Los Cinco Mejores Estados Navideños De Las Redes Sociales

Cuando el calendario marca fechas señaladas, las redes echan humo. ¿Estás ñoño/a y echas de menos esa llamada para desearte unas felices navidades, aunque pases olímpicamente de esta fiesta? Te entendemos, es la marea social impregnada de zambombas y turroncetes. Para que la espera no se haga demasiado larga, ¿qué tal echar un vistazo a los cinco mejores estados que andan por Facebook y Twitter? Este vez son en femenino. Oye, que tenemos fichada hasta a la Virgen María.

Titulares bomba. Eso es lo que son. Se trata de estados que están surfeando por Facebook y Twitter, y que es una necesidad contarlos aquí. Porque son el relleno del pavo navideño, las burbujitas del cava. Te ambientan en estas fiestas y te sacan una sonrisa, o una risa, mejor dicho, en este caso. Aquí están:

1. “Si vais a participar en campañas navideñas de recogida de alimentos comprad esos alimentos en tiendas de barrio. ¡He oído que reduce la hipocresía en un 50%!”, by Marina Kapowski.
Llevo meses tronchándome con los estados que publica Marina en su Facebook. Tiene para diestro y siniestro. Autora de perlas como “Lo nuestro fue amor a primera birra”, “Hay dos tipos de personas, las que les gusta la tortilla de patatas poco hecha y los que no tienen ni puta idea de la vida” y “El cambio climático existe y vive en el metro de Barcelona”.

2. “Ese es el problema, que el consejero de salud tiene la vida resuelta, el Ministro de Justicia un mayordomo y la de Salud un Jaguar que ni ve” RT@Barbijaputa
“Ignoramos continentes enteros. Solo los miramos cuando son un riesgo para nuestro bienestar. Que nos den mucho por culo ahora”. @Barbijaputa es el perfil perfecto de Twitter si buscamos cosas directas, sin colar (y sin movernos del sillón). Profunda e incisiva.Es ácida también en navidades, aunque las mencione poco. Porque las críticas no se cogen días festivos.

3. “Ya hay que tener el alma negra para servir canapés y no dar alcohol. Gentuza” RT@chiclett4u
En el estilo que podríamos denominar “Bukowski new age“, encontramos a @chiclett4u. Escribe sobre vicios y cosas negruzcas, pero te ríes, al final, cerca del punto. Uno de sus mejores últimos tweets puede tener que ver con un despecho sufrido tras una desastrosa cena de empresa.

4. “Que mis tacones midan más que tu cerebro sí que debería preocuparte”. RT@Femmenninne
¿Qué te pones para la cena de Nochebuena? ¿Y para la comida multitudinaria del día de Navidad? Prueba los tacones de @Femmenninne. Esta mujer tiene algo en contra del género masculino. Ideal para desengaños, desamores, o bien hombres inútiles per se. Sí, es cierto que las generalizaciones son odiosas, pero se utilizan, y reírse de ellas es lo mejor para quitar peso a su significado.

5. “¿Habéis elegido ya a qué gimnasio empezaréis a ir en enero para dejar de ir en febrero?”RT@Virgin_Mery_
Vaya por Dios. Pues la Virgen María es de lo más agnóstica. Sus tweets dan fe de ello. Milenarios, @Virgin_Mery_ es un gran ejemplo de que las navidades se las monta uno a su gusto y que los propósitos que se salen del sistema, a veces, son los que te darán un gran año nuevo.

¡Chin, chin!

lunes, 22 de diciembre de 2014

EL HELECHO Y EL BAMBU

Un día decidí darme por vencido…renuncié a mi trabajo, a mi relación, a mi vida. Fui al bosque para hablar con un anciano que decían era muy sabio.
-¿Podría darme una buena razón para no darme por vencido? Le pregunté.
-Mira a tu alrededor, me respondió, ¿ves el helecho y el bambú?
-Sí, respondí.
-Cuando sembré las semillas del helecho y el bambú, las cuidé muy bien. El helecho rápidamente creció. Su verde brillante cubría el suelo. Pero nada salió de la semilla de bambú. Sin embargo no renuncié al bambú.
-En el segundo año el helecho creció más brillante y abundante y nuevamente, nada creció de la semilla de bambú. Pero no renuncié al bambú.
-En el tercer año, aún nada brotó de la semilla de bambú. Pero no renuncié al bambú.
-En el cuarto año, nuevamente, nada salió de la semilla de bambú. Pero no renuncié al bambú.
-En el quinto año un pequeño brote de bambú se asomó en la tierra. En comparación con el helecho era aparentemente muy pequeño e insignificante.
-El sexto año, el bambú creció más de 20 metros de altura. Se había pasado cinco años echando raíces que lo sostuvieran. Aquellas raíces lo hicieron fuerte y le dieron lo que necesitaba para sobrevivir.
-¿Sabías que todo este tiempo que has estado luchando, realmente has estado echando raíces? Le dijo el anciano y continuó…
-El bambú tiene un propósito diferente al del helecho, sin embargo, ambos son necesarios y hacen del bosque un lugar hermoso.
-Nunca te arrepientas de un día en tu vida. Los buenos días te dan felicidad. Los malos días te dan experiencia. Ambos son esenciales para la vida, le dijo el anciano y continuó…
-La felicidad te mantiene dulce. Los intentos te mantienen fuerte. Las penas te mantienen humano. Las caídas te mantienen humilde. El éxito te mantiene brillante…

Si no consigues lo que anhelas, no desesperes… quizá sólo estés echando raíces…

Anónimo 

miércoles, 17 de diciembre de 2014

Hay Vacíos Que Ni La Comida Puede Llenar

Un mal día en el trabajo, una discusión con la pareja o un momento de desánimo, y abrimos la nevera como por inercia, buscando una respuesta a nuestra angustia existencial. Pagamos el enfado con una tableta de chocolate o derramamos nuestras lágrimas sobre un trozo de pastel. En el mejor de los casos, conseguimos animarnos y recuperar la alegría de vivir, pero a menudo nos sentimos aún peor, y hemos creado un nuevo problema.

Y es que comer es algo que los seres humanos hemos elevado más allá de la supervivencia: nos reúne entre amigos, nos proporciona un placer a veces inexplicable y puede incluso aliviar una ansiedad que nos devora. Pero, como ocurre siempre que no disparamos en el blanco de nuestros problemas y simplemente les ponemos pequeñas tiritas para tranquilizarnos, seguimos insatisfechos.

Entonces, uno cree que lo que necesita es un chocolate más sabroso, una casa más bonita o una novia más guapa, y sigue abriendo la nevera, en una desesperación en aumento que cada vez hace más grande el agujero interior. Porque hay vacíos que la comida no puede llenar. El vacío de una cama fría o el de entrar en casa y que nadie conteste al saludo. El de sentirnos solos aun cuando nos rodean muchas personas o el de perder la ilusión por algo que antes conseguía motivarnos. Todos esos vacíos interiores no se llenan con comida, porque no es el estómago el que nos pide alimento.

Necesitamos aprender a dar de comer a nuestras emociones, nuestras ilusiones y nuestra mente. Hay un chocolate emocional por descubrir, y está ahí fuera, esperándonos. Se puede encontrar en los abrazos, la belleza del brillo de una calle mojada, una gran conversación con un amigo, el orgullo de haber conseguido algo o una maravillosa banda sonora.

Pero antes de lanzarte a descargar la nueva app Cuddlr y que te regalen algún abrazo, comprar entradas para un concierto sublime o coger el móvil y marcar el teléfono de alguno de tus buenos amigos, primero hace falta pararse. En esos momentos de vacío, cuando algo dentro de nosotros nos impulsa a buscar fuera alguna clase de estímulo que nos devuelva la fuerza, es cuando más necesitamos mirar dentro y preguntarnos qué queremos. Si no nos hacemos esta pregunta y la tapamos con azúcar y placer rápido o la enterramos en la gratificante sensación de una gran noche de amigos, cada vez nos costará más escucharla.

Es la pregunta que nos ayuda a descubrir un sueño dormido, un talento escondido y un amor olvidado. Es la que nos permite seguir disfrutando del chocolate, los abrazos y los amigos. Porque sin amor propio, no hay espacio para los otros; y sin llenar el vacío de nuestros deseos más profundos, no habrá experiencia, por maravillosa que sea, que nos devuelva la sensación de plenitud.

Consejo milenial: no intentes calmar un vacío emocional llenando el estómago.

Reconócelo: Buscar El Regalo Perfecto Te Pone

Los que preferimos hacer regalos a que nos regalen vivimos estas fechas muy intensamente: por los amigos invisibles, por los regalos a nuestros familiares, a nuestra pareja, etc. Nada como estrujarse el coco para encontrar el regalo perfecto para cada persona. Buscar el regalo perfecto te pone. Y la incertidumbre de saber si has acertado, también. Eres de los que cuenta las horas para dar ese regalo tan currado, y que cuando se trata de ese amigo tuyo invisible disimulas con una sonrisa de oreja a oreja, sabiendo que has dado en el clavo pero con unas ganas tremendas de que sepan que has sido tú el responsable.

Si eres de esos, te damos algunas ideas para que no te pille el toro en un futuro y dar siempre con el regalo ideal.

Estar atento a todas y cada una de las conversaciones
Prestar atención a las conversaciones del día a día, además de hacerte parecer un buen amigo, te servirá para que cuando lleguen estas fechas o cumpleaños no digas “No sé que regalarle”. ¡Puñetas, si lo/la escucharas y retuvieses la información suficiente durante el año conocerías sus gustos! Tampoco te vamos a pedir que lo retengas todo. Se trata de que a medida que te vayan viniendo ideas a la cabeza las vayas anotando para luego no tener que correr desesperado: salidas, escapadas, sitios que le gustaría visitar, personajes favoritos, grupos de música que le gusten, cosas que necesite… para que después, cuando llegue el momento, poder crear una armonía o temática con la que poder relacionarlos. Seguro que así triunfas.

Dale un toque emotivo al regalo
El regalo material está muy bien, pero a mi parecer siempre debe ir acompañado de algo significativo, personalizado, y no digo que todos debamos ser unos manitas e imaginarnos un mundo de cartulina y de color, pero un detalle que haga referencia a un comentario que se hizo un día o alguna experiencia que hayáis compartido puede quedar muy bonito. Así demostrarás que prestas atención a la persona regalada. Si además te animas y decides relatar el momento en el que la otra persona, sin darse cuenta, te estaba dando las claves de su regalo perfecto, te harán la ola.

Un regalo debe emocionar por la persona de la que procede, por el esfuerzo y empeño que se ha puesto sobre él, pero sobre todo por el cariño y el amor con el que se ha llevado a cabo; por lo inesperado y porque no solamente hay que regalarse en las fechas indicadas; los regalos los recibimos cada día, lo que de una forma tan minuciosa que consigue que los pasemos por alto.

Como decía Risto Mejide en el artículo que publicó en El Periódico este lunes titulado “Tu regalo”:

Tu regalo no puede ni debe fabricarse. Ni mucho menos ponerse a la venta. Mereces algo que no pueda figurar en un vulgar catálogo. Algo que te mueva tanto que salgas borrosa en todas las fotos.

¿Menéame Se Mudará A Gibraltar?

Ricardo Galli, el fundador del agregador de noticias Menéame, ha publicado en su cuenta de Twitter el interés que tiene Gibraltar por trasladar su web al peñón. Esta información viene precedida de la firme decisión del Gobierno de España de cobrar una tasa en concepto de enlazado de noticias (la llamada tasa Google).

Si últimamente has andado un poco perdido con este tema que mezcla leyes, derechos y tecnología, te lo resumiremos en que se va a cobrar una cantidad de dinero por enlazar noticias de otros medios, lo cual afecta principalmente a los agregadores de noticias. Google News es el principal ejemplo, pero el gigante de Internet ha anunciado que no está dispuesto a ceder a las pretensiones del Gobierno español y ha preferido cerrar su versión en el país ibérico. Desde ayer, se puede leer este mensaje que puedes ver al teclear news.google.es.

Pero detrás van otros medios, como Meméame, quien también critica con dureza esta decisión del Ejecutivo y la tilda de injusta. ¿Qué solución le queda? Pues si se quiere hacer todo de forma legal, las opciones se reducen a cerrar la web o a irse de España. Y esta última idea parece que gana enteros. ¿Pero a dónde? Gibraltar se ha ofrecido a acoger un posible traslado de la sede y se muestra como una alternativa totalmente viable.

Si Menéame se muda a Gibraltar seguiremos con el éxodo de empresas que deciden abandonar España. Es un caso más que ya se suma a un listado de millares. Fuga de cerebros y fuga de empresas. Si aquí no los quieren, en otro lugar los recibirán con los brazos abiertos. ¿Realmente le compensa al Gobierno?

El caso de Menéame es más específico, porque también afecta a la información que reciben los ciudadanos. No sabemos si el Gobierno tan solo pretende llenarse los bolsillos y repartirse dinero con AEDE o si lo que en realidad busca es limitar la información que llega a la sociedad. Pero seamos realistas, un obstáculo no es un impedimento; gracias a Internet el usuario siempre encontrará alternativas para acceder a la información que busca. De cualquier modo, si Google News España ha cerrado y Menéame no descarta irse, podríamos decir claramente que les ha salido el tiro por la culata.

Meterse En Facebook Antes De Irse Dormir Provoca Malestar Mental. Comprobado

Muchas personas invierten más de la mitad del día en conectarse a redes sociales. El boom de Facebook, Twitter y otras páginas similares parece incombustible, y es que hoy en día se ha vuelto frecuente despertarnos y acostarnos con el portátil. ¿Hasta qué punto es razonable este comportamiento? Nadie niega que las redes sociales resulten muy prácticas, pero su potencial para dañar nuestra salud es casi tan alto como su utilidad.

No es ningún misterio que las redes sociales son adictivas. Ya lo fue en su época comprobar el correo electrónico… El caso es que, bien por aburrimiento, bien por “necesidad”, muchísima gente se pasa horas enteras delante de la pantalla, investigando fotos, estados, perfiles… Yo mismo viví una temporada en la que las seis horas diarias de Facebook no me las quitaba nadie, hasta que me di cuenta de que estaba perdiendo el tiempo, porque las redes sociales no son un sustituto de la relaciones personales.

¿Qué ve una persona que permanece hasta las tantas conectada a Facebook? Que Fulano no contesta a sus mensajes, que Mengano salió anoche con sus amigos y no le dijo nada, que la chica que le gusta escribe indirectas en su estado dirigidas a otro… Todos estos detalles, nimios en realidad, bastan para convertir nuestra mente en un hervidero de preocupaciones sin sentido. Fulano no contestará porque está ocupado, no porque no te preste atención; Mengano tiene más amigos aparte de a ti; y los comentarios que alguien pueda hacer nunca son representación de la verdad, sino de lo que nosotros queramos pensar.  Nuestro cerebro interpreta lo que quiere y, como dice el refrán, “piensa mal y acertarás”.

¿Qué sucede si todo esto ocurre antes de irse a dormir? Pues que uno acaba por no dormir, o duerme fatal. Y si a eso le sumamos el acostarse tarde y el levantarse temprano, tendremos un atentado contra la salud brutal. Dormir unas ocho horas, dependiendo también de cada persona, es uno de los tres pilares de la salud. Si las redes sociales te privan de esa necesidad, flaco favor te hacen. Y por no hablar de lo que supone minar tú mismo tu autoestima, día tras día, por culpa de cuatro estupideces colgadas en el muro de cualquier imbécil.

Las redes sociales son una herramienta y deben emplearse como tal, no como arma de destrucción masiva. Del mismo modo que utilizar la calculadora puede hacer que olvides cómo se multiplica, engancharte a Facebook, whatsapp o cualquier otra red social, puede idiotizarte hasta extremos insospechados. Pruébalo. Solo por esta noche. Cena tranquilo, escucha música, lee, mira la tv, lo que quieras, pero no te metas ni en Facebook y apaga el móvil.

Mañana nos comentas qué tal te ha ido.

lunes, 15 de diciembre de 2014

6 Tipos De Solteras Que Te Encuentras Al Final De Tus 20’s

Hace un par de semanas hablábamos en Código Nuevo de los tipos de solteros que te puedes encontrar una vez que vas creciendo, madurando y, sobre todo, acercándote a los 30. Y si recalcábamos que este grupo de población resultaba ser de lo más variado, no podemos evitar reconocer que entre las chicas solteras también puedes encontrarte de todo.

Y es que, para qué engañarnos, las mujeres solteras podemos llegar a ser aún más variopintas que nuestros congéneres masculinos. Y si no lee, a ver si te reconoces en alguno de estos tipos:

1. La que está soltera tan solo unas horas
O unos días, pero no más de un mes. Vamos, que es cortar con su novio y enseguida le aparece otro. Yo no sé cómo lo hace, la verdad, pero un día te dice que ha roto con Javi, y a la semana te enteras que está saliendo con un tal Pablo. Y, hombre, pues un poquito raro es, pero vamos, si hay algo en que yo les envidio es en la facilidad que tienen para superar una ruptura.

 2. La devora-hombres
También conocida como la mujer “destroyer”. Suele tener entre 28 y treinta y tantos, y la reconocerás por su atuendo. Faldas cortas y pantalones ajustados, escotes prominentes y zapatos de tacón incluso para ir al trabajo a diario, y una actitud de lo más… abierta y cercana. Eso sí, hasta conseguir lo que pretende, y luego si te he visto no me acuerdo.

 3. La que vive en el anzuelo
Esta pobre lo que vive es una de las peores experiencias que se pueden tener. Tiene una relación – no relación. Está tan enamorada del chico con el que sale que no le importa no ser su novia. Eso sí, ella siempre está ahí para cuando él la necesite porque sigue manteniendo la esperanza de que algún día él hará oficial su “relación”.

Pero la realidad es que no tiene una relación sana y que está soltera.

 4. La que dice estar muy bien tal y como está
Y, oye, muchas veces es así, pero otras veces está deseando que llegue un hombre. Algunas es cierto que por periodos nos sentimos muy a gusto con nosotras mismas, con nuestras vidas tal y como son, sin tener que compartir nuestro tiempo con nadie. Pero a veces llega el día en que cambias de opinión y ya no te apetece seguir estando sola, pero aun así sigues diciendo que estás sola porque estás muy bien así.

 5. La obsesionada con que se le pasa el arroz
Tiene ya 28, 29… todas sus amigas se han casado y están empezando a planear tener hijos, si es que no los tienen ya, por lo que en cada hombre que conocen ven al posible padre de sus hijos. Ese con el que tener la estabilidad que tanto ansían, la boda, la casa y la vida perfecta.

Vamos, que por eso todos huyen en cuanto empiezan a vislumbrar la desesperación…

 6. El espíritu libre o la que no sabe por dónde le da el aire
Lo mismo un día está súper colgada de un compañero de clase, que se está planteando hacer las maletas e irse de misionera a África. No intentes buscarle explicaciones, ni ella misma sabe lo que quiere.

Sí, las mujeres somos complicadas. No importa que estemos solteras o con pareja, siempre nos estamos comiendo la cabeza por algo. Pero bueno, eso también forma parte de la diversión de la aventura que supone conocernos.

5 Tipos De Solteros Que Te Encuentras Cuando Tienes Veintitantos

Los chicos treintañeros o que se encuentran en esa última fase de los 20’s son realmente un grupo muy variopinto. Puedes toparte tranquilamente ya sea con el tipo que sigue compartiendo piso con los mismos compañeros que durante la universidad y saliendo de fiesta como si no hubiera un mañana, hasta al padre de familia que acaba de dejar a sus dos hijos en el colegio o la guardería. Pasando, claro está, por aquellos que están absolutamente centrados en su trabajo o, por el contrario, los que lejos de buscar una oportunidad laboral son la definición del auténtico Ni-ni, y casi con treinta tacos siguen viviendo de sus “papis”.

Sin embargo, si hay algo que resulta curioso es que la cantidad de hombres de esa edad que están solteros es cada vez mayor, y aquí te presentamos solo algunos tipos de especímenes sin pareja que puedes encontrarte en tu vida diaria.

1. El Pack Completo
Inteligente, bien educado, atleta y atlético, músico, viajero intrépido… y además, guapo. Por si fuera poco, es un hombre con una carrera laboral estelar, lo que podría dar la impresión de que es un adicto al trabajo. Sin embargo, el Hombre-Pack Completo es un tipo familiar. Para eso tiene el pack.

La única cosa que parece que se le complica es encontrar a una chica digna de su grandeza. Y es el que el chico pack busca a la chica pack, para que ponga la guinda al pastel de perfección que es su vida. Él la imagina a menudo: una chica preciosa, que llama la atención allá donde va, llena de encanto y de carisma, que ilumina la habitación al entrar, que tiene una carrera meteórica en su trabajo y que, además, es querida por todos sus amigos. Y eso solo en público, porque en casa, su chica ideal es una fiera en la cama, cocina de maravilla y además habla cinco idiomas, juega al tenis y, por si no fuera suficiente, canta como los ángeles.

El problema es que de tanto buscar la perfección sin éxito, el paso de los años lo convertirán en un soltero cuarentón.

 2. El tío con una nueva vida
Desde que uno tiene memoria recuerda a este tipo de hombre como aquel que había estado saliendo con su novia de toda la vida. No es que parecieran una pareja feliz, pero aun así, él asumía que iban a casarse. Sin embargo, después de una larga, difícil y dolorosa ruptura, el tío con una nueva vida ha resurgido como el Ave Fénix y de repente está actuando como un recién llegado a la gran ciudad. No está muy seguro de cómo es ser soltero, pero es feliz así, y lo que está claro es que esta noche se va de fiesta.

 3. El tío que sigue dentro del armario
El hombre que sigue dentro del armario estaba cerca de ser la captura perfecta del día. Es guapo, viste bien, y tiene un gran trabajo. Además, es divertido, elocuente y encantador. Sí, es el hombre perfecto, si no fuera por un pequeño inconveniente… Que no se siente atraído por las mujeres.

 4. El chico que está estancado
El chico que está estancado no es que hiciera un gran esfuerzo para llegar al punto en el que se encuentra, pero al menos parecía que intentaba superarlo. No le gusta ir a bares, se niega a tener citas on-line y tanto la Play como la X-box han salido del armario y están de vuelta en la sala de estar después de que hace cuatro meses su colega le diera una charla.

En el fondo, a este tipo le dan miedo un montón de cosas, y este miedo se manifiesta a través de la negación indiferente y la pasividad general. Solo hay una manera de que el chico estancado en este punto cambie, y eso es toparse de lleno con la mujer que, aunque lo niegue, persigue implacablemente.

 5. El perpetuo mentiroso
Este tipo de hombre suele ser misógino. Odia a las mujeres y por eso las trata como objetos. Pero las mujeres también le odian a él. No sabe mucho sobre el sexo opuesto, pero, sin embargo, te puede decir el número exacto de mujeres con las que se ha acostado: 194.

Lo hacía bastante bien con las mujeres hace tiempo, sobre todo cuando estas estaban en la fase de “vaya culo”, pero en los últimos tiempos, las únicas que parecen hacerle caso son aquellas con el autoestima por los suelos.

Y por si fuera poco, es incapaz de ser sincero, fiel y comprometido. Vamos, que es uno de los mejores tipos con los que sin duda te puedes topar…

Así que, bueno, si eres de las mujeres que tienen pareja, enhorabuena, disfrútala. Pero si eres soltera, tampoco te preocupes, que por suerte en el conjunto de la humanidad también existen especímenes normales.

La Línea Entre: Estoy Superando Una Ruptura Y He Conocido A Alguien

Tan difícil es dejar a alguien como ser dejado. La verdad es que terminar una relación siempre es duro, sobre todo si se trata de una historia larga, que ha durado años, con alguien a quien sin duda has amado, con quien lo has compartido todo, que se ha convertido en la persona que mejor te conoce, pero a quien por más que has dado, ha llegado el momento en que has dejado de amar. Tomar la decisión nunca es fácil, puede costarte meses y, aunque al final des el paso, no significa que vayas a estar bien, que vayas a olvidar a una persona, todo lo que has vivido, todo lo que has sentido de manera rápida e indolora. Y lo mismo ocurre cuando quien toma la decisión de romper no eres tú.

Superar una ruptura cuesta tiempo, alcohol y lágrimas. Es cierto que cada persona puede llevarlo de una manera u otra y que dicen que para saber cuánto tiempo vas a tardar en olvidar a una persona has de dividir entre tres el tiempo que habéis estado juntos, que ese es el tiempo que debes llorarle. Pero ni el amor ni el desamor son matemáticas, así que lo mismo que no existen reglas para amar, tampoco existen para olvidar.

Durante el largo camino que supone superar una ruptura, es normal llorar mucho, no importa que estés solo o con tus amigos, darle vueltas a lo que ha fallado de tu relación, arrepentirte de lo que no has hecho, de lo que no has dicho, de haber roto. Irte de bares con tus amigos, emborracharte y ahogar tus penas, conocer gente, tener sexo esporádico, cambiar tu rutina, cambiar tu imagen, apuntarte al gimnasio, ir de compras, pensar en ti, centrarte en ti, madurar y tener más claro lo que quieres.

Lo que no es normal es acabar una relación y rápidamente meterte en otra. Superar la pérdida de una persona conlleva pasar por una serie de fases: negación-ira, -negociación-depresión, y aceptación. No importa el ritmo, ni si te saltas alguna, pero pasar por este periodo es absolutamente necesario.

Y puede que hayas roto recientemente con tu pareja y que de repente aparezca una persona que reúna todo eso que querías en tu ex, pero que nunca tuviste. Entonces, cegado por el vacío que sientes al estar solo después de tanto tiempo, por el conjunto de las virtudes que siempre deseaste y que parece que tiene tu nuevo ligue, inicies una relación con toda la ilusión del mundo, pero demasiado rápido; una relación que en sus inicios parecerá perfecta, pero que se tratará solo de una ilusión. Porque si fue una relación importante, tarde o temprano empezarán a asaltarte los recuerdos de tu ex, comenzarás a comparar a tu nueva pareja con él, volverás a acordarte de él, te arrepentirás de todo y acabarás llamándole de nuevo. Porque aún le quieres, no te ha dado tiempo a olvidarte de él y por el camino has perjudicado a una tercera persona.

Así que date tiempo. Solo cuando realmente hayas superado una ruptura, estés bien contigo mismo y tengas claro lo que quieres, podrás abrirte para conocer a alguien de manera total y sincera y podrás iniciar una relación que pueda tener un futuro. Cuando ese momento llegue, lo sabrás, pero hasta entonces, todos tus intentos estarán inevitablemente abocados al fracaso. Y no te tortures pensando que hay trenes que solo pasan una vez, si hay que ir, se irá; en tren, en barco, en bicicleta o andando… aquí lo importante no es el cómo, sino el cuándo.

“El tiempo es el mejor autor: siempre encuentra un final perfecto” Charles Chaplin

7 Frases ‘Inocentes’ Que Un Chico Dice Y Que Hacen Explotar A Su Novia

Las mujeres somos complicadas, cierto, y por lo general, también tendemos a ser bastante más emocionales que los hombres. Razón más que suficiente por la que cuando un tío esté peleando o enfadado con su novia, o esta está enfadada por algo, aunque no tenga nada que ver con él, debería tener cuidado con lo que dice y, sobre todo, evitar decir ciertas frases que pueden sacar a su chica de sus casillas.

Cuando alguien está tan cabreado que le sale humo por las orejas, lo normal es decirle que se calme, más que nada porque le puede dar un “jamacuco” ahí mismo, y a ver cómo le llevas tú al hospital en tu bici plegable, porque el coche, desde que aprobaste el carnet de conducir, ni lo has olido. Sin embargo, cuando ese alguien es tu novia, y está enfadada, lo último que quiere oír es que le digan que “se calme”, aunque sea por su bien y de manera totalmente justificada.

En ese momento, una mujer siente que todas sus emociones están totalmente justificadas, por lo que cuando a un chico se le escapa cualquiera de las siguientes frases, más vale que huya…

1. Eh, “relax”
Lo que quiere decir: Va, venga, cariño, no te lo tomes así, que no ha sido para tanto…

Lo que significa para una mujer: Tía, se te está yendo la olla.

Por qué no debes volver a usar esta frase: Porque da igual que tengas razón, en cuanto la uses vas a avivar una llama que ya está encendida…

Sinónimo: Cálmate y respira profundamente.

 2. Estás loca
Lo que quiere decir: Estás actuando de manera irracional.

Lo que significa para una mujer: Lo que acabas de decir es lo más estúpido e irracional que he oído nunca. Absolutamente nada de lo que has dicho podría formar parte de lo que es considerado como pensamiento racional.

Por qué no debes volver a usar esta frase: Porque no creo que hayas visto a tu chica actuar como una loca hasta el momento en el que se lo llames. Y si no, haz la prueba…

Sinónimo: Se te está yendo la olla.

 3. Mi ex jamás hacía esto
Lo que quiere decir: Alguien de quien me deshice nunca se comportó así, así que como sigas montándome pollos de este tipo me parece que vas a seguir su mismo camino.

Lo que significa para una mujer: Me odia. Me va a dejar.

Por qué no debes volver a usar esta frase: Porque es un golpe bajo.

Sinónimo: Esto no es normal. ¿Quién coño me habrá mandado meterme en esto?

 4. En realidad no es para tanto
Lo que quiere decir: Estás dando demasiada importancia a algo que no la tiene.

Lo que significa para una mujer: No me preocupo por ti en absoluto.

Por qué no debes volver a usar esta frase: Porque parece que nuestras preocupaciones nunca fueran importantes.

Sinónimo: No pasa nada.

 5. Está todo en tu cabeza
Lo que quiere decir: No entiendo cómo puedes pensar algo así cuando no hay razón lógica alguna para…

Lo que significa para una mujer: Estás creando problemas donde no existen y estás siendo paranoica sin razón.

Por qué no debes volver a usar esta frase: Porque con ella se insinúa que estamos locas.

Sinónimo: ¡Eso no es cierto!

 6. ¡Vaya culazo!
Lo que quiere decir: Me gusta tu culo.

Lo que significa para una mujer: Tu culo es enorme.

Por qué no debes volver a usar esta frase: Porque nunca nos lo tomamos como un cumplido a no ser que se especifique como tal.

Sinónimo: Tu culo se parece al de Kim Kardashian.

 7. Necesito un poco de espacio
Lo que quiere decir: Tengo una semana dura de trabajo, por lo que ahora mismo necesito un poco de tiempo para centrarme en el trabajo.

Lo que significa para una mujer: Eres un monstruo asfixiante.

Por qué no debes volver a usar esta frase: Porque si quieres espacio, quieres pelea.

Sinónimo: Solo necesito un poco de tiempo.

domingo, 14 de diciembre de 2014

Si Ya Sé Quién Soy, Puedo Decidir A Dónde Voy

Qué gran dilema abriga el rumbo de nuestras vidas, y más aun, el destino. ¿Hacia dónde voy? Esta es una pregunta que necesariamente debo responderme tras definir quién soy. Pero supongamos que ya lo sé, que ya decidí cómo quiero vivir. Lo que hoy me da martillazos en la cabeza es que no logro entender hacia dónde voy. ¿Cómo defino mi rumbo?

Se llaman “metas”, objetivos personales, y son las que nos motivan cada día a hacer lo que hacemos. Por ignorancia, por miedo y quizás también por flojera, estamos tentados a elegir las metas que por tradición la sociedad impone.

Si aún estás solo, no tienes hijos ni planeas tenerlos aún, tienes entre 25 y 35 años y tratas de conservar la esencia de alguien de 20, es muy probable que ya te hayan dicho: “¡Hey! ¿Por qué no te has casado?” o “¿Cuándo tendrás hijos?”. Sí, esas son las metas tradicionales que impone la sociedad.

¿Cómo puedo definir y alcanzar mis metas sin que sean las que todo el mundo se plantea? A eso es a lo que voy.

No niegues tu esencia
Si quieres que tus metas sean diferentes, debes aceptar que eres diferente. ¿Te sentirás mal por los reproches de quienes llevan una vida tradicional? Al principio puede que sea así, pero cuando tienes la mente clara con lo que eres, nadie perturba tu propia paz.

Son tus metas, no las de los demás
Se llaman “metas personales” porque son de una sola persona. ¿Qué debes considerar para establecerlas? Sin duda que tus propios intereses personales. Debes tener claro qué te gusta hacer y por qué, y debes ser egoísta en esto. No hay satisfacción personal cuando te planteas metas de los demás. Piensa individual.

Escríbelas, repítelas, memorízalas
A veces tenemos dudas sobre cosas que ya conocemos, pero que hemos “olvidado”. ¿Qué hacemos? Bueno, hoy día googleamos. Y es porque Google, más que solo información, es memoria. ¿Quieres recordar tus metas personales? Respáldalas, como si fuesen una fotografía con un famoso. Repítelas, como si fuesen una canción; y memorízalas como si fueses a una presentación.

Conserva tu rebeldía
Los amantes de “lo normal” te seguirán diciendo que vas por el camino incorrecto. No tengas miedo a retarlos, ¡enfréntalos! Y sigue tu propio rumbo. Te dirán arrogante, loco, inadaptado; incluso te querrán chantajear con el famoso “te arrepentirás”. Esa, sin duda, es la señal de que vas por un camino para nada tradicional.

No te rindas
Lo vas a intentar un millón de veces y fallarás al menos la mitad. Habrás querido renunciar en todas, pero habrá valido la pena por cada vez que acertarás. Recuerda esto cada vez que estés cansado y tú mismo te motivarás.

La vida es en un cien por cien trabajo individual. Incluso lo que haces en equipo es para alcanzar tus metas personales y no las de los demás. Saber quién eres y establecer tus propios objetivos es la clave para que puedas llegar.

El Amor No Se Mide En Una Lista De Pros Y Contras

El otro día un amigo me comentaba como en todas sus relaciones siempre había repetido un mismo patrón que le atormentaba. Me explicaba que con cada una de esas chicas siempre había tratado de cuantificar en gestos, detalles y sacrificio la implicación de cada uno de ellos en la pareja. Poner en cifras quién de los dos estaba aportando más. Y, aunque nadie nunca me lo había expresado de una forma tan cruda, tengo la sensación de que es algo que muy a menudo va pudriendo los cimientos de una relación.

Aunque a priori pueda sonar como una especie de competición dentro de la pareja sobre quién es más bueno que quién, creo que va más allá. Más que establecer una jerarquía de quién está aportando más a la relación, o buscar cosas que echar en cara en las discusiones que se tienen con cuatro copas de más, lo que pretendemos es buscar una respuesta objetiva y racional a algo que no la puede tener: ¿me quiere tanto como le quiero yo? Buscamos la seguridad en estadísticas de sacrificio que imaginariamente creamos.

Parece que tenemos tan asimilado nuestro deber de puntuar y ser puntuados, de medir y ser medidos, que nos cuesta aceptar que las cosas más importantes en la vida no se pueden valorar con la cabeza fría y una libreta en la mano. Lo que la persona que tienes a tu lado te aporta no se calcula en los regalos que te ha hecho, las veces que te ha venido a buscar al trabajo o te ha prestado dinero. Una persona no puede resumirse en una lista de pros y contras, y la unión de dos personas tiene mil matices que son incluso complicados de expresar con palabras, como para pretender entenderlos con números.

Desde los exámenes en el colegio, hasta el dinero que llevamos en el bolsillo, pasando por lo que medimos, lo que pesamos y la talla de nuestro pantalón. Todo lo que nos rodea nos lleva inevitablemente a ponerle nota a nuestras vidas, y sentirnos fracasados y desgraciados si creemos que no llegamos al aprobado. A veces parece que esta cultura de cifras ha limitado nuestras emociones a unidades de medida, condiciona nuestros sentimientos a lo que creemos que nos corresponde. Dejamos decidir a la cabeza aunque las tripas nos griten lo contrario.

No voy a hacer el típico discurso de que hay que dejar de lado la razón y dejarse llevar por los instintos, como tampoco pienso hacer lo contrario. Pero sí creo que, cuando tratamos de esbozar las líneas que deseamos que den forma a nuestra vida, tenemos que aprender a salir de la caja que de antemano ya nos han presentado, decorada con las parejas de películas en las que el amor se mide solo en grandes gestos y locuras. Porque para saber si alguien te hace feliz, o si tu relación funciona, no necesitas evaluar en una lista todas esas cosas. Solo hace falta dejar de oír lo que desde fuera te hacen creer que necesitas para poder escuchar lo que realmente deseas vivir.

Gore Y Sexo: 6 Macabras Historias Que Se Esconden Tras Los Cuentos De Disney

Me río yo de los cuentos Disney, de los príncipes azules, las princesas delicadas y los siete enanitos correteando felices enamorándose de la buena fe de Blancanieves. Me río pero a carcajadas. Sobre todo cuando uno recuerda que tras los finales felices de Disney se esconde una macabra verdad manipulada para representar las historias en forma de caricia en la espalda. Puede que los niños necesitaran ser niños, puede que incluso los mayores queramos volver a ser niños, y renunciar a la idea de que va a llegar un príncipe que va a darnos un besito para despertarnos de nuestro letargo no mola nada. Pero la realidad es otra. Lo que creíste hasta el momento no es otra cosa que pura ficción. La gran mayoría de cuentos se adaptaron para la gran pantalla y tras ellos se encierran tétricas narraciones envueltas en gore, asesinatos y mucha sangre* (lee abajo).

1. La Cenicienta
Escrita por Charles Perrault, se llamaba en realidad Rashin Coatie y se enamoró de un carnero que murió asado. Pidió el deseo de tener un bonito traje e ir a una fiesta y fue concedido. Ahí se dejó una zapatilla (que no zapatito de cristal) y el príncipe fue a buscar a quién pertenecía. En el cuento original la madrastra obliga a una de las hermanas a cortarse los dedos, incluso el talón, para que la zapatilla cupiese. Otra versión de esta Cenicienta fue escrita por Basile y la protagonista se llamaba Zezolla (impresionante el nombre: Zezolla, qué maravilla). Era maltratada desde la infancia e incluso sus padres llegan a cortarle el cuello. Muy bonito todo.
 2. La Bella Durmiente
En La Bella Durmiente (su primera versión en 1836 también escrita por Basile) narraba la historia de una joven de 16 años protegida por su padre para que no se clavara la astilla envenenada de la rueca. Como el destino está escrito, al final se la clava (la astilla) y su padre decide reposar su cuerpo entre telas. Todo parece coincidir con el original hasta que… ¡PAM! un noble que paseaba por el campo halla a la princesa y quedándose prendado de su belleza, además de darle un besito muy mono, decide mantener relaciones sexuales con ella mientras ella seguía estando en el limbo. Nueve meses más tarde tiene gemelos (aún dormida) y no despertó hasta que uno de sus hijos le succiona el dedo y consigue sacarle la astilla envenenada. Ni príncipes ni historias, aquí ya sabemos quién es el héroe. El caso es que Talía (que así se llamaba) muere finalmente en la hoguera. Todo un clásico para contarle a los peques.

3. Hansel y Gretel
En Hansel y Gretel, ni son tan niños, ni se pierden, ni hay casas de chocolate y chuches ni tampoco una bruja. La verdadera historia habla sobre las duras condiciones medievales y la necesidad de supervivencia en épocas donde se pasaba tanta hambre. Los padres deciden abandonarlos en el bosque porque “iniciarlos en la madurez los libra de sus responsabilidades como padres”, y de esa forma, el canibalismo es perfectamente aplicable en condiciones de necesidad extrema. Por si tienes dudas, se los comen. Y tan guay. Esto me recuerda a la canción aquella de Mary Poppins que dice… “con un poco de azúcar esa píldora que os dan…”.

 4. Caperucita Roja
Caperucita Roja era solo un elemento decorativo en la historia. Fue escrito también por Perrault y data de la época del canibalismo. En algunos casos, el cuento llegó a llamarse ‘La Finta Nonna” (la falsa abuela). El lobo se come a la abuela (y hasta aquí parece que todo bien); sin embargo, luego extiende la carne sobre la mesa para que Caperucita la devore ferozmente (o poquito a poco con una migajilla de pan). El siguiente turno es el de Caperucita, pero un leñador escucha los gritos de la joven y este abre las tripas del lobo para devolverla mágicamente al mundo de los vivos.
5. Blancanieves y los Siete Enanitos
De nuevo Los Hermanos Grimm haciendo de las suyas. Aunque es cierto que el cuento original mantiene bastante su identidad, lo que no se cuenta es que la venganza del príncipe al enterarse de que la bruja había intentado envenenar a Blancanieves estuvo cuidadosamente preparada. En el cuento original ordena confeccionar un par de zapatos de hierro que son calentados hasta adquirir un color rojo pasión y posteriormente invita a la bruja (siempre desde el respeto, imagino) a calzárselos calientes y bailar mientras los lleve puestos. El final es precioso: baila, y baila, y baila hasta caer muerta. Hay que ver el príncipe, ¿eh? menudo carácter, el tío. Como para invitarle a café en casa.
 6. La Sirenita
Este creo que es el que más me llegó a la patata (corazón en la RAE). Si creíamos que ya había drama en el cuento de Disney, en el original escrito por Hans Christian Andersen, ni te cuento. La protagonista solo podía salir de la tierra y renunciar al mar bebiendo una poción que le haría sentir como si caminara sobre cuchillos todo el tiempo. La Sirenita, en un acto de amor profundo, la bebe. Y puede que creáis que esto sería suficiente para disfrutar de Erik en el maravilloso mundo terrestre, pero no. Ni vivieron felices ni comieron perdices, el príncipe se casó con otra mujer (aaaaaaala) y la pobre y pelirrojita sirenita se lanzó al mar hasta disolverse en espuma marina. (Moraleja de este cuento: el amor no es renuncia. Y si no acuérdate siempre de esto si no quieres convertirte en espuma de mar).



*Manual de este Cuentacuentos:

1. No le contarás esta historia a tus futuros hijos, ni a tus hermanos, ni a tus sobrinos.
2. Fingirás que seguimos viviendo en un cuento feliz ante ellos.
3. Los Reyes Magos siguen existiendo. El Ratoncito Pérez, también.
4. Compartirás este artículo porque eres conocedor de la verdad y si no te perseguirán las hermanastras de Cenicienta para cortarte los pies.

Y ahora sí, ya podéis iros a dormir tranquilos.

Por Qué Nunca Deberíamos Renunciar Al Amor

Las relaciones son complicadas. Son complicadas y, en muchas ocasiones, eso nos asusta. Nos asusta el hecho de comprometernos con otra persona, tenemos miedo a lo que supone el enamoramiento en sí mismo, miedo a fracasar, a que nos rompan el corazón, a no volver a amar como una vez lo hicimos…

Todos tenemos en nuestra cabeza la visión de lo que para nosotros sería la relación perfecta, esa que a veces no podemos evitar anhelar. Pero la cuestión es que, una vez que empiezas a salir con alguien, te das cuenta de lo difícil que resulta que todo sea ‘perfecto’. De repente te ves en la situación de tener que cuidar y estar pendiente de alguien cuando hasta hace nada de los únicos seres vivos de los que tenías que preocuparte erais tú y tu cactus.

Y el tiempo avanza, y después de un año, dos, o los que sean, te ves atrapado en una relación en la que hace meses que no eres feliz. Tú sabes que se acabó, a pesar de que haces esfuerzos por intentar que vuelva a ser lo que una vez fue. ¿A dónde se fueron los buenos momentos? Hacia discusiones, peleas, malentendidos constantes, malos gestos, malas palabras, odio, y al final, uno o dos corazones rotos. Por lo que después de ese gran palo, te prometes que jamás de los jamases volverás a enamorarte.

Ni a preocuparte por nadie, ni a confiar en nadie, ni a entregarte como una vez lo hiciste. Te prometes no volver a amar. O al menos eso es lo que piensas, hasta que llega esa persona que te hace bajar la guardia, que sabe cómo hacerte sonreír, y en definitiva, que te hace feliz.

Entonces es cuando decides que no vas a volver a cometer los mismos errores que cometiste la última vez, que esta vez vas a ir más despacio, e intentar no hacerte ilusiones. Pero, ¿para qué? ¿para no ser tú mismo? Si la mejor parte de estar con alguien es poder conocerle tal y como es.

Existen muchas razones por las que jamás habría que renunciar al amor. La principal es que no existe otra sensación humana que pueda equipararse al estar enamorado de alguien. Cuando amas a alguien, esa sensación lo invade todo, y aunque suene a tópico, eres más feliz y la vida te parece mucho más bella.

Y es cierto que a veces el amor supone desamor, te arriesgas a sufrir. Pero, ¿acaso es mejor llevar una vida plana y aburrida, sin sobresaltos solo por evitarnos sufrir?

Con esta actitud ante el amor y ante la vida, lo único que haces es perderte cosas. Te pierdes conocerte a ti mismo, evolucionar como persona, te pierdes conocer a otras personas. Te pierdes la oportunidad de ser feliz. Tan solo por evitar un corazón roto.

Pero qué más da cuántas veces te partan el corazón, la primera siempre es de verdad, el resto son rasguños… porque por suerte el desamor es una enfermedad que tarde o temprano se cura. Por eso, no construyas un muro en torno a ti y date la oportunidad de vivir, de reír, de enamorarte, de desenamorarte, de crecer como persona, de conocerte y, sobre todo, de ser feliz.